BENCHMARKING, COMPETIR CON VENTAJA

BENCHMARKING, COMPETIR CON VENTAJA

Julio C. Lozano Diaz

Desde pequeños, en la educación que recibimos en casa, hemos escuchado a nuestros padres decir frases, justificantes a sus malas acciones, como: “Solo debes copiar las cosas buenas de los demás”, haciendo alusión a que no debemos calcar sus malas palabras o sus errores, por lo contrario tomar las virtudes y los buenos ejemplos que desde pequeños hemos podido observar y que, gracias a ellos y a este consejo, conservamos. Constantemente, en el pregrado de cualquier carrera económica, contable y/o administrativa, nuestros maestros nos enseñaron que la vida empresarial y la cotidiana no se separan en lo absoluto, es más, tienen mucha similitud y complemento. Por lo tanto, la frase de nuestros padres es tomada y reformada en una de las estrategias más importante del marketing contemporáneo, el benchmarking.

En definitiva, tal y como se señaló en el párrafo anterior, el benchmarking es, en resumen y bajo mi punto de criterio, copiar y pegar, pero reinventando las cualidades o estrategias que otras empresas, grandes o del rubro deseado, han tomado para obtener grandes beneficios o el éxito que nosotros quisiéramos para nuestra empresa. No solo se trata de reproducir tal y como muestra la competencia su camino de superación, sino de condicionarlo y adaptarlo a nuestra experiencia como empresarios, teniendo en cuenta las diferencias de los recursos humanos, materiales, financieros y tecnológicos; y sobre todo, y lo más importante, la diferencia que existe entre los clientes de la competencia y nuestra empresa, considerando que son distintas segmentaciones, nichos, tamaño y limitaciones de mercado.

El benchmarking es un proceso sistemático y continuo de evaluación de los productos, servicios y procesamientos, que demanda de mucha constancia, disciplina y tiempo; no debemos visionar utópicamente a que lograremos en tiempo récord todo el trabajo que a la empresa, en observación y objeto de comparación, le ha tomado para lograr ser lo que es en el mercado local, nacional o internacional, todo el transcurso que ha tenido que caminar para obtener su tan anhelado, y para todos, branding.

No obstante, debemos tener muy en claro, que el fin principal del benchmarking es el mejoramiento organizacional, es decir, lógicamente no obtendremos los mismos y exactos resultados de la compañía con la que hemos decido compararnos, pero definitivamente si habrá mucho cambios notorios en los beneficios u objetivos que tenga nuestra empresa, los cuales nos lleva a realizar esta estrategia de marketing.

Del mismo modo que existe un fin principal, también se puede desglosar los objetivos específicos que, debemos considerar para tener en claro el verdadero sentido del porqué decidirnos en esta táctica para nuestra empresa. Objetivos como; encontrar y comprender las prácticas que ayudarán a alcanzar nuevos estándares de desempeño, otorgar poder a los empleados para que avancen hacia el cambio en la práctica de trabajos existentes, basar las metas en una orientación externa, y concentrar a toda la organización en las metas de los negocios cruciales.

El benchmarking traerá consigo, como lo vengo mencionando, grandes beneficios; cambios considerables para obtener dirección, a partir de la semblanza, en el enfoque que deseamos desde el primer día que establecimos la empresa; por ejemplo aumentar la probabilidad de satisfacer las necesidades de los clientes de manera correcta y desde el principio, garantizar que las mejores prácticas se incorporen a los procesos de trabajo, calibrar la verdadera productividad, establecer metas con base en hechos, y lo primordial, volverse más competitivos.

Poseer dentro de nuestro plan estratégico al benchmarking significa; tener un proceso continuo y no un evento de solo un tiempo; es obtener información valiosa y no simples respuestas; es una búsqueda pragmática

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