Vigostki Y Bruner
cartagena152515 de Marzo de 2015
7.715 Palabras (31 Páginas)303 Visitas
E LA PERCEPCIÓN AL LENGUAJE
Mikel Aramburu Oyarbide
Facultad de Psicología, Universidad del País Vasco, España
1. LA PERCEPCIÓN
Bruner hizo un gran esfuerzo por demostrar la influencia que tienen las variables cognitivas y
motivacionales en la percepción. Desde este punto de vista, distingue tres fases en la percepción: 1) Una fase
pre-perceptiva, en la que el sujeto está a la expectativa de un determinado acontecimiento, llevado por sus
esquemas intelectuales o motivacionales. 2) La fase de la recepción de la información. 3) La fase de evaluación
de las hipótesis perceptivas, en la que el sujeto juzga la adecuación existente entre sus expectativas
anteriores y la información recibida. Si las hipótesis se confirman, estamos en presencia de un nuevo percepto.
Si no se confirman, se formulan nuevas hipótesis. Algunas veces, si los objetos percibidos no se corresponden
con las expectativas del sujeto, pueden darse distorsiones perceptivas, y se sobrevaloran las características
que se corresponden con las expectativas del perceptor.
Según Bruner, hay dos tipos de determinantes en la percepción:
· Formales: las propiedades de las estimulaciones y del aparato receptor.
· Funcionales: las necesidades, emociones, actitudes, valores y experiencias del perceptor.
Hasta la década de los cuarenta, los psicólogos se ocuparon sobre todo de los determinantes formales
de la percepción; en reacción a esa tendencia, los autores de la “new look” (Salomon Asch y otros autores que
estudiaban la percepción social) empezaron a ocuparse de los determinantes funcionales. Para estos autores,
además de los estímulos recibidos por los sentidos, hay otros factores que influyen en la percepción: las
experiencias previas, las motivaciones, las defensas afectivas y las emociones del perceptor. Bruner trata de
las variables intermediarias que se sitúan entre la experiencia previa y las necesidades del perceptor y su
respuesta perceptiva: son las hipótesis del sujeto.
En un experimento realizado por Bruner y Goodman (1947) con niños de 10-11 años, la mitad de ello
de familias pobres, y la otra mitad de familias ricas, los niños tenían que adecuar un círculo luminoso variable
al tamaño de diferentes monedas. Según se pudo ver en los resultados, se sobrevaloraron los tamaños de las
monedas más valiosas, y se infravaloraron los tamaños de las monedas menos valiosas. Pero fue mayor la
distorsión de los niños de familias pobres.
La percepción se asienta pues sobre la formulación de hipótesis y sobre la toma de decisiones,
influyendo en ella las necesidades, valores y deseos del sujeto. Así, Bruner pudo observar que los sujetos
interpretaban de modo diferente una imagen humana ambigua, expuesta a ellos durante un breve momento.
Los que tenían fuertes valores religiosos, percibían a un hombre en actitud de rezar; los que compartían
valores de la ética protestante, percibían a un hombre trabajando.
2. LA REPRESENTACIÓN
Aramburu Oyarbide, M.: Jerome Seymour Bruner: de la percepción al lenguaje
Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-5653)
2
El sujeto codifica y clasifica los datos que le llegan del exterior, reduciéndolos a categorías de las que
dispone para comprender el entorno. Estas clasificaciones y codificaciones son procesos intermediarios entre
los estímulos y la conducta. Son clasificaciones y codificaciones que dependen de las necesidades,
experiencias, expectativas y valores del sujeto.
Para Bruner, el comportamiento no es pues algo que depende únicamente y mecánicamente de un
estímulo objetivo externo; el sujeto transforma la información que le llega por medio de tres sistemas de
representación: la representación enactiva, la representación icónica y la representación simbólica.
En la representación enactiva (enactive representation) el sujeto representa los acontecimientos, los
hechos y las experiencias por medio de la acción. Así, por ejemplo, aunque no pueda describir directamente
un vehículo como la bicicleta, o aunque no tenga una imagen nítida de ella, puede andar sobre ella sin
tropezar. Los contornos de los objetos relacionados con nuestras actividades quedan representados en
nuestros músculos. Este tipo de representación está pues muy relacionado con las sensaciones cenestésicas
y propioceptivas que tiene el sujeto al realizar las acciones. Es un tipo de representación muy manipulativo.
La representación icónica (iconic representation) es más evolucionada. Echa mano de la imaginación.
Se vale de imágenes y esquemas espaciales más o menos complejos para representar el entorno. Según
Bruner, es necesario haber adquirido un nivel determinado de destreza y práctica motrices, para que se
desarrolle la imagen correspondiente. A partir de ese momento, será la imagen la que representará la serie de
acciones de la conducta.
La representación simbólica (symbolic representation), va más allá de la acción y de la imaginación;
se vale de los símbolos para representar el mundo. Esos símbolos son a menudo abstracciones, que no tienen
porqué copiar la realidad. Por medio de esos símbolos, los hombres pueden hipotetizar sobre objetos nunca
vistos.
Al tratar de examinar la influencia que tienen estos tipos de representación en la educación, Bruner
constató que incluso las personas que han accedido a la etapa de la representación simbólica, se valen
todavía a menudo de la representación enactiva e icónica, cuando van a aprender algo nuevo. En
consecuencia, Bruner aconseja a los educadores que utilicen en las escuelas la representación por la acción y
la representación icónica, cuando vayan a enseñar algo nuevo.
Cada niño puede utilizar el nivel de representación que le permita su nivel de desarrollo. Un niño que
está estudiando “la relieve” en el área de Naturaleza, puede valerse de la representación enactiva para construir
su representación, subiendo y bajando las faldas de una colina. Utilizará la representación icónica, si se vale
de una maqueta de curvas de nivel. Puede también valerse de la representación simbólica, si ha adquirido un
nivel de evolución suficiente y es capaz de interpretar las cotas de relieve.
En consecuencia, Bruner rechaza la tendencia a la introducción demasiado temprana y precoz del
lenguaje formal; incluso cuando el alumno haya llegado al nivel simbólico. El aprendizaje significativo se logra
mejor, si pasa por las tres etapas:
3. LA CONSERVACIÓN
Aramburu Oyarbide, M.: Jerome Seymour Bruner: de la percepción al lenguaje
Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-5653)
3
En los experimentos sobre la conservación se puede ver el paso de la representación icónica a la
representación simbólica. Bruner y Kenney (1966) mostraron un ejemplo del cambio de la representación
icónica a la representación simbólica en niños de 5 a 7 años. Utilizaron 9 vasos de tres diámetros diferentes y
de tres alturas diferentes. Tal como aparece en la Figura-1, los vasos se colocaban en una tabla de 3 x 3.
Figura1. Procedimiento de construcción de la matriz
(Bruner y Kenney, 1966)
Se le pedía al niño que mirara la tabla; acto seguido, el experimentador mezclaba los vasos y pedía al
niño que hiciera algo parecido a lo que había antes. Después de haber logrado con éxito el primer
ordenamiento, el experimentador mezclaba de nuevo los vasos, pero colocando el vaso bajo y estrecho, que al
comienzo estaba en el extremo inferior-izquierdo, en el extremo inferior-derecho; acto seguido, se le pedía al
niño que colocara los vasos como al comienzo, dejando en su sitio el vaso que el experimentador había
cambiado de lugar.
En la tarea de reconstruir la matriz original, poniendo en su lugar los vasos desplazados de su lugar,
no se constataron diferencias entre los niños de 5, 6 y 7 años. Casi todos los niños, ejecutaron bien el trabajo.
La única diferencia estuvo en la mayor rapidez de los niños mayores al ejecutar el trabajo. En la tarea de
construir la matriz, con la posición de un vaso cambiada, casi todos los niños de 7 años realizaron bien el
trabajo. Ninguno de los más pequeños consiguió superar la tarea. En este experimento se pudo constatar que
en los niños más pequeños influye mucho la imagen de la matriz original. Los niños de 5 años tienden a
representar la matriz icónicamente, como si fuera una imagen espacial. Sin embargo, los niños de 7 años
disponen ya de símbolos lingüísticos como la anchura o la altura.
Los niños que utilizan la representación icónica tienen una sensibilidad especial para la organización
espacial e imaginaria de la experiencia, pero tienen menos sensibilidad para los principios y normas de
ordenación de esa organización. Incluso el lenguaje que utilizan en la elaboración de la tarea no es un
instrumento suficientemente trabajado para esa ordenación (Bruner, 1964).
Aramburu Oyarbide, M.: Jerome Seymour Bruner: de la percepción al lenguaje
Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-5653)
4
Según demostraron
...