El inminente regreso de Cristo
Ney PérezApuntes19 de Marzo de 2019
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Bosquejo Homilético
Alumna: Vianney Aurora Pérez González
Título: ¡Ya viene!
Tema: El inminente regreso de Cristo
Base Bíblica: Apocalipsis 22:12-17
“He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira. Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana. Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.”
Versión Reina Valera 1960
Propósito general: Doctrinal
Propósito específico: Demostrar el apremiante regreso de Cristo y la expectativa que la iglesia debe tener.
Asunto: La Segunda Venida de Cristo
Proposición: Que la iglesia entienda la importancia del regreso de Cristo.
Interrogante sermonaria: ¿Por qué?
Palabra clave: Razones
Tipo de sermón: Expositivo
Bosquejo
- Jesús será reconocido como el Mesías
- Él es la Raíz y linaje de David
- Él es la Estrella resplandeciente de la mañana
- Él es el Alfa y la Omega, el principio y el fin el primero y el último
- El Mesías traerá Su mensaje
- Yo vengo pronto
- Y Su galardón con Él
- Para recompensar a cada uno según su obra
- El Espíritu y la esposa claman por su regreso
- El Espíritu dice: ¡Ven!
- La esposa dice: ¡Ven!
Introducción
El León de la tribu de Judá, el Cordero Inmolado, que vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos. Al sonar la séptima trompeta, el mundo se enfrentará a los acontecimientos más catastróficos jamás antes vistos. El Señor que reina sobre el universo, comenzará los juicios para aquellos que no fueron fieles, los incrédulos y Su pueblo elegido. ¡Iglesia!, ¿estamos listos para el retorno de nuestro Rey?... El apóstol Juan, el nombrado por Cristo como el discípulo Amado; fue designado para dar a conocer los eventos del porvenir.
El Apóstol Amado, enfrentó todas estas visiones en medio de una gran prueba. Desterrado por el emperador Domiciano, tentativamente en el año 14 d. de C.; condenado a trabajar en las minas, ¿por qué razón?, por proclamar el nombre de Jesús como el Salvador. En medio de esta difícil situación, Dios usa a su siervo para una de las más grandes tareas dadas a un ser humano: ser el portador del mensaje final del Padre Celestial.
Pero, ¿cuál sería el objetivo del Señor al mostrarle las calamidades futuras a Juan, en medio de prueba?; sencillo: Darle aliento a él y a Su pueblo. Domiciano había iniciado una persecución, lo cual, estaba desanimando a los creyentes sobre la promesa que Jesús hizo al ascender a la diestra del Padre: que regresaría con gloria. Sin embargo, la espera se estaba haciendo cansada.
A través de Juan, El Gran Yo Soy nos dice a todos los creyentes: ¡Recobrar fuerzas y tener esperanza, porque la victoria del Todopoderoso está dada!
Después de ver todas las desgracias que sobrevendrán a esta tierra, otorgadas en la isla de Patmos, Juan regresa a Éfeso y las escribe con el propósito de dar ánimo a los fieles.
El Nuevo comentario Bíblico nos describe que el Apocalipsis es trascendental porque: “Manifiesta el reinado definitivo del Rey de reyes, Aquél que fue inmolado en la cruz del calvario pero que de nuevo vendrá con gloria para juzgar a la humanidad. Describe las calamidades por las que han de pasar aquellos que no rindieron su corazón, y también habla de la recompensa que obtendrán los fieles al Todopoderoso. Sobre todo, exalta al Cristo Resucitado que regresará con gloria para juzgar a vivos y muertos; y ser reconocido por los que lo mandaron a la muerte de cruz como su Mesías prometido.” Además, demuestra la fidelidad hacia Su pueblo elegido, ya que las promesas que se les dieron desde el Antiguo Testamento, serán cumplidas.
¡El mensaje de Apocalipsis es eterno! ¡Y nos llama a rendir nuestras vidas porque nadie sabe ni el día ni la hora del retorno del Salvador del mundo!
OT: Iglesia, el Príncipe de paz ha de regresar con gloria y triunfo, pero ¿por qué es importante Su retorno? Primeramente, porque…
- Jesús será reconocido como el Mesías
- Él es la raíz y linaje de David
La Segunda Venida de Cristo tiene un enfoque específico: juicio. El ateo creerá, el judío se convencerá y el incrédulo se postrará ante el Hacedor de maravillas. En Su primera venida, Jesús fue el Cordero Inmolado, en la Segunda, será el Rey de Gloria. ¿Y qué hace un rey?, gobierna, juzga, su palabra es autoridad, como lo marca Eclesiastés 8:4; pero sobre todo esto, un rey permanece.
Podemos ver la monarquía de Inglaterra, la Reina Isabel y su indiscutible gobierno en el trono del principal país del Reino Unido. Decreto que establece, decreto que es llevado a cabo; claro, ahora con algunos filtros que pasar, pero siempre imperando su palabra.
Nos damos cuenta cómo la presencia de un Rey implica respeto, autoridad, soberanía y sometimiento por parte de aquellos que le rinden fidelidad. Sin embargo, ¿qué mueve a la gente para seguir a un dirigente con poder absoluto?, la respuesta es sencilla: la entrega de ese monarca en cuerpo y alma para servir a su pueblo. El 21 de abril de 1947, durante un viaje a Sudáfrica con su familia, Isabel se comprometió en un discurso en la radio a dedicar toda su vida al servicio de su pueblo; lo cual, hasta la fecha, ha cumplido.
Cristo entregó su propia vida por salvar a la humanidad, derramó hasta la última gota de Su sangre y nos dio algo que ningún monarca en esta tierra puede entregarnos: vida eterna. En su Segunda Venida, además de estar con Él por la eternidad, galardonará a todos aquellos que permanezcamos fieles a Su Nombre.
Hablar de Cristo como raíz y linaje de David, nos muestra su esencia de Rey incomparable y que permanecerá por los siglos de los siglos. Y no sólo eso, cuando decimos que es la “raíz”, podemos ver la eternidad de nuestro Señor.
La palabra “raíz” viene del griego Ριδα (rida), que significa “Descendencia no de familia o raza”; entendemos que Jesús es descendiente de David, pero antes que eso, Cristo ya estaba en la eternidad; Él creó a la humanidad a la que pertenece el rey David. El Príncipe de Paz se humilló de tal manera que tuvo que nacer de María, y ser hijo legal de José para poder acceder al trono prometido a aquel monarca; de esa manera, podrán ver todas las naciones que Él es el Mesías.
Es la raíz porque de Jesucristo procede todo, en Él comenzó todo y también en Él se terminará la historia de la redención para la humanidad. El linaje de David le otorga el Trono, lo cual, significa la autoridad suprema, y Su reino permanecerá por siempre; porque desde al Antiguo Testamento vemos esto, comprobando su estado Mesiánico, basta con leer lo que Jeremías nos dijo en el capítulo 23 versículo 5: “He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra.”
OT: Su manifestación gloriosa, no tiene fecha exacta, pero sí hay indicios de cuando se aproxime el tiempo; así lo revela el mismo Jesús al decir que…
- Él es la Estrella resplandeciente de la mañana
Este Yo soy de Jesús es majestuoso; declara una verdad impresionante para todo creyente. La palabra estrella, en el versículo 16 del capítulo 22 de Apocalipsis, viene del griego ἀστεήρ (astenr) que significa “como la estrella de la mañana”.
Si alguna vez han puesto atención, antes del amanecer se puede observar una estrella más resplandeciente que las que se pudieron ver durante la noche; y en el atardecer, cuando el sol se ha puesto y unos minutos antes de anochecer, la misma estrella hace su aparición. ¡Cuánta verdad declara el Salmo 19:1 al proclamar que los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos!
Esta estrella astronómicamente es conocida como Venus; ella está más cerca del sol, por lo tanto, es más vistosa que las demás estrellas; primeramente, porque es un planeta en realidad; segundo, porque su luz es reflejo directo del sol y tercero, no está tan lejana de la tierra como cualquier estrella que forma parte del firmamento.
En el tiempo del apóstol Juan, la estrella de la mañana era símbolo de poder y autoridad; en el caso de Apocalipsis 2:28 y 22:16, es una manera de referirse a Cristo.
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