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Análisis Hermenéutico De Deuteronomio 23:17,18


Enviado por   •  13 de Octubre de 2013  •  1.814 Palabras (8 Páginas)  •  1.631 Visitas

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Análisis de Interpretación Bíblico

Deuteronomio 23:17,18

“No haya ramera de entre las hijas de Israel, ni haya sodomitas de entre los hijos de Israel”.

“Ni traerás la paga de una ramera ni el precio de un perro a la casa de Jehová tu Dios por ningún voto; porque abominación es a Jehová tu Dios tanto lo uno como lo otro”.

I. Análisis Histórico Cultural y Contextual

Aún en los tiempos de Moisés (1500 a. C.), la homosexualidad no sólo era un asunto de vicio social entre los pueblos que no conocían al Dios vivo, sino también poseía un claro contexto religioso-pagano. La conexión entre los dos versículos tiene que ver con los cultos de adoración a la fertilidad sexual. Dichos cultos eran comunes en la antigüedad y prácticamente eran las ceremonias más solemnes de casi toda religión pagana; involucraban prostitución tanto femenina como masculina. También incluía la homosexualidad y el lesbianismo. El contenido de estos textos es una solemne prohibición de Dios con el fin de que el pueblo de Israel no incurriera en la prostitución sagrada. Estos cultos que incluían relaciones homosexuales era una de las vías directas a la apostasía

(Jer. 3:2,6).

II. Análisis Léxico Sintáctico

La palabra hebrea toebah (traducida “abominación” en la mayoría de versiones bíblicas en español) significa “sucio” o “impuro”. Su posición es la siguiente:

“Abominación” es la traducción de la palabra toebah. Pero este término puede ser traducido como ‘suciedad’ o ‘impureza’. Pero también ‘tabú’ lo que cultural o ritualmente está prohibido podría ser otra exacta traducción. El significado de la palabra toebah se hace claro cuando comprendemos otro término hebreo, zimah. Esta palabra significa no lo que es objetable en materia de religión o cultura, sino lo que es injusto en sí mismo. Significa una injusticia, un pecado. Claramente entonces, Levítico no dice que si un hombre se acuesta con otro sea algo malo o injusto. Lo que Levítico declara es que se trata de una violación ritual, es una impureza, algo sucio.

Como otro ejemplo donde aparece el término toebah como sinónimo de pecados groseros que Dios condena moral, ética y espiritualmente. Toebah tiene el claro sentido de “maldad” o “perversidad”, y por estos pecados viene el juicio de Dios (véase Proverbios 6:16-19). La estructura poética de estos versos en Proverbios es clara al decirnos lo que Dios odia y abomina: Mentir, asesinar, sembrar discordia entre hermanos, maquinar el mal, no son tabúes culturales.

III. Análisis Teológico

Una sencilla explicación de Deut. 23:18 nos conduce al examen del término “perro”. Prácticamente en todas las versiones de la Biblia se emplea esta palabra a manera de desprecio para el homosexual masculino. La ley de Dios prohibía tajantemente traer a la casa de Dios “la paga de una ramera” o “el precio de un perro”. Probablemente indicaban sus dones u ofrendas (en dinero o especies) dentro del culto a Dios, los cuales no podían ser aceptados por el Señor. Todo el asunto tiene que ver con el “voto” hecho a Dios. Este es un punto significativo puesto que incluía un aspecto elevado de la vida de santidad que Dios pedía del que venía a pagar un voto, igual sentencia que cuando el voto y su ofrenda constituían algo contrario a la ley del Señor, tal voto no podía ser admitido, se trataba de una “abominación”. La persona que hacía este voto no tenía respaldo de la ley, ni tampoco ninguna posición delante del trono de Dios.

La lesbiana prostituta o el homosexual que traían sus ofrendas no eran simplemente pecadores ante la ley, sino rebeldes fuera de la ley. En otros términos, es una realidad que hay una gran diferencia entre un pecador ante la ley de Dios y por otro lado lo que es un “enemigo” de la ley. Los pecadores arrepentidos que se acercaban a Dios por medio de sus ofrendas estipuladas en las leyes del levítico, eran aceptados para recibir el perdón divino. En cambio, ir a presentar una ofrenda a Dios en la condición de homosexual o lesbiana, les estaba rotundamente prohibido. La razón es que la homosexualidad o el lesbianismo es una condición de rebeldía en sí misma. Con toda probabilidad, al igual que hoy, Dios les aceptaba si había cambio de esta conducta, es decir, arrepentimiento, conversión, entrega a la voluntad de Dios. Esta es una razón poderosa para advertir a los pastores de estos tiempos postmodernos secularizados que se atreven a dar “membrecía” en la iglesia a homosexuales que no se han arrepentido. Queda demostrado que es una abominación, --al igual que en los días de Moisés—, permitir ser miembros de la iglesia a homosexuales o lesbianas que legítimamente no se han arrepentido de este pecado para con Dios y el prójimo en general. Esto está atestiguado por el Nuevo Testamento. El apóstol Pablo sólo aceptó a la membrecía de la iglesia en Corinto a homosexuales que verdaderamente habían creído en Cristo y abandonado su comportamiento homogenital. “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis, ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones…, y esto erais algunos… (1ª Cor. 6:9b, 11a). En la condición de homosexual (o ladrón, adúltero, mentiroso, etc.) no se puede heredar el reino de Dios (10b).

IV. Análisis Literario

Según el contenido, el libro se podría dividir en tres grandes partes, que corresponderían a las de un “código de leyes”: preámbulo, leyes

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