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Apunte teologia


Enviado por   •  27 de Agosto de 2019  •  Apuntes  •  4.201 Palabras (17 Páginas)  •  245 Visitas

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INSTITUTO DE TEOLOGÍA

UNIVERSIDAD CATÓLICA DE LA SSMA.CONCEPCIÓN

APUNTE CONTENIDOS CLASES DE

FUNDAMENTOS DE TEOLOGÍA

LA TEOLOGÍA,

EL CONCEPTO, SU CAMPO

Y         SUS

CATEGORÍAS    FUNDAMENTALES

APROXIMACIÓN AL CONCEPTO Y A LA TEOLOGÍA COMO CIENCIA

La palabra “teología”: τεο− λογοσ estudio sobre Dios. Yo puedo estudiar a Dios sólo porque Dios se ha revelado, es decir, por la revelación. Por tanto la teología sería un estudio de las revelaciones de Dios. La palabra teología apunta a la revelación. La ubicación de esta palabra “teología” dentro de la historia nos dice que dicha palabra viene de Platón. Para él la teología era un género poético. Después Aristóteles habla de 3 tipos de teologías: Mitológica (se refiere a la de los dioses), teología filosófica (estudio de los dioses en el sentido del motor inmóvil). Estudio racional de la 1ª causa y teología civil o política (estudio de los ritos que van con la sociedad civil para organizarla). En el cristianismo la palabra teología al comienzo no se usaba porque era una palabra de uso pagano. Lo que se encuentra en estos tiempos es la palabra “Sacra Doctrina” (2 Timoteo 4, 1-4).

Teología. Ciencia de las cosas divinas. En la antigüedad, la teología es primero un himno, en el que Dios es glorificado más que explicado por el espíritu humano. Este sentido permanece muy vivo en los padres de la Iglesia, incluso en aquellos, como orígenes, que hacen el mayor uso instrumental de las nociones tomadas de la  filosofía griega, o aquellos que, como los grandes teólogos llamados Capadocios (San Basilio de Cesarea, San Gregorio Nacianceno y San Gregorio de Nisa), se sirvieron de ellas ante todo para refutar los errores resultantes de una ilusión racionalista referente a nuestra capacidad de aclarar los misterios divinos. En el Pseudo-Dionisio de la teología mística es la única teología plenamente digna de este nombre, superando las analogías insuficientes en una experiencia que se proclama a sí misma finalmente inexpresable. De manera general, hasta muy avanzada la edad media latina la teología se concibe, especialmente en el orden monástico, menos como una ciencia propiamente hablando de las cosas divinas que como una meditación de los misterios: sí acude a la razón lo hace sólo para separar de ella las falsas interpretaciones que los disiparían, y preparar la contemplación en la que ella se supera. Esto sigue siendo verdad en un autor como San Anselmo, que es sin embargo uno de los primeros en hacer el más riguroso uso del pensamiento dialéctico en teología.

Pero la tendencia de Abelardo, en el siglo XII, a racionalizar completamente la teología, al mismo tiempo que suscitará, en un San Bernardo por ejemplo, una apasionada repulsa, provocará en otros pensadores, incluso muy próximos a este último, como Guillermo de Saint-Thierry, un esfuerzo para utilizar más sistemáticamente una crítica racional de los conceptos o una construcción racionalmente arreglada de las verdades de fe en un sistema ordenado. Esto debería desembocar en el siglo XIII, con San Alberto Magno y sobre todo con Santo Tomás de Aquino, en la concepción de la teología como ciencia sagrada, que ordena el conjunto de verdades de fe en una síntesis racional, pero a partir de un reconocimiento más neto de las verdades propiamente sobrenaturales, y como tales, recibidas de la revelación sola, por oposición a las verdades sobre Dios que pueden ser alcanzadas por las o solas fuerzas de la razón. Esto, evidentemente, no era posible si no se llegaba a una clara noción de una naturaleza metafísica de las cosas y de los seres que permitiese distinguir radicalmente en ellos las realidades sobrenaturales como tales (-naturaleza-sobrenaturaleza). Esto es precisamente lo que constituye quizá el punto más brillante del pensamiento teológico tomista.

Santo Tomás sostiene que la teología como ciencia sigue siendo ciencia de la fe, y como tal, no puede proseguirse más que a la luz de la fe. Esto fue o ignorado de hecho, o incluso negado en principio, por un buen número de sucesores: de ahí la decadencia de la que sólo pudo recuperarse bajo la inspiración de vigorosos espíritus que volvieron a encontrar el pleno sentido de los principios del pensamiento tomista, como Cayetano en el s.  XVI.

Una teología como Santo Tomás la ha concebido exige, en efecto, que el vigor racional del pensamiento dialéctico este constantemente asociado a una exploración no sólo extensa, sino penetrante, de todo el acervo revelado y tradicional, bajo la salvaguardia del magisterio vivo de la iglesia, y en un espíritu de fe viva. Entonces será verdaderamente ciencia sagrada en el sentido de que no alimentará la pretensión temeraria y fútil de sustituir la palabra de Dios confiada a la iglesia, en especial en las Sagradas Escrituras, sino solamente la esperanza

de explorar respetuosamente sus profundidades, no vaciándolas de su misterio, sino situándolo en mejor relación con nuestros conocimientos simplemente naturales. La teología sistemática

deberá, pues, alimentarse constantemente de la teología positiva que se limita a hacer el inventario de la exégesis de la palabra de Dios en sus auténticos documentos al tiempo que deberá siempre guardar un estrecho contacto con los desarrollos del pensamiento simplemente humano, pero permaneciendo siempre en la escuela viva de la iglesia, en profunda comunión de fe con ella.

¿Cómo se puede hacer teología, de dónde parte? Rp. Parte de la “creación”, o de “Jesús” que son verdades reveladas de Dios. Pero también Dios se ha revelado a través de los patriarcas, de los profetas, de pueblos y esa revelación lo importante es lo que ha dicho Dios a los recibidores del mensaje. No hay descripción de Dios en estas revelaciones, lo importante es lo que dice y para eso usa la “Palabra”. Por tanto hay dos formas de humanización de Dios: La primera es la “palabra” que es la manera específica que tiene Dios para revelarse a su pueblo o profetas. La segunda forma de humanización de Dios es que esa palabra recibida por seres humanos y esa palabra debe ser inteligible para los seres humanos, es decir, en el lenguaje, en la manera de pensar, etc; para que los hombres puedan captar el mensaje. Los hombres reaccionan frente a esto de 2 maneras: La vía mística: es una reacción afectiva de lo que Dios dice o revela y esto es muy importante pero es también muy personal, una experiencia muy individual y profunda por lo tanto, es muy difícil comunicarlo a otro. La vía racional: es el razonamiento sobre lo que está revelado, y de aquí parte la teología, esta reflexión de la humanización de Dios. La teología como ciencia debe colocarse en el razonamiento. La teología sirve para dar razón de lo que creemos, para entender mejor lo que es la revelación y para entender yo lo que creo y así explicarlo a otro.

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