ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Asamblea De Distrito

andreajoana7 de Agosto de 2012

1.029 Palabras (5 Páginas)412 Visitas

Página 1 de 5

*** w10 15/2 págs. 6-8 Hablemos la palabra de Dios con valentía ***

Cómo podemos cobrar valor

6 La forma más directa de recibir el espíritu santo es solicitarlo. Jesús dijo a sus oyentes: “Si ustedes, aunque son inicuos, saben dar buenos regalos a sus hijos, ¡con cuánta más razón dará el Padre en el cielo espíritu santo a los que le piden!” (Luc. 11:13). Estas palabras nos animan a rogar constantemente a Jehová que nos conceda su fuerza activa. Podemos hacerlo, en particular, cuando necesitemos valor para emprender alguna faceta del ministerio que nos intimide, como la predicación en situaciones informales, en las calles o en locales de negocios (1 Tes. 5:17).

7 Así lo hizo una cristiana llamada Rosa. Un día, cuando se encontraba en el centro educativo donde trabaja, vio que una maestra estaba leyendo un informe de otra escuela sobre el maltrato infantil. La profesora se indignó tanto por lo que leyó que exclamó: “¡Adónde iremos a parar!”. La hermana no desperdició la ocasión de darle testimonio. ¿De dónde sacó el valor para hablarle? “Le pedí a Jehová que me ayudara con su espíritu”, señaló. Consiguió darle una buena explicación y quedó en hablar con ella más adelante. Otro caso semejante es el de Milane, de cinco años, quien vive en la ciudad de Nueva York. “Antes de ir a la escuela —cuenta la niña—, mi mamá y yo siempre hacemos una oración.” ¿Y qué le pide la madre a Jehová? Que le dé fuerzas a Milane para ser firme y hablar de su Dios. “Gracias a esto —dice la madre—, mi hija ha logrado explicar su postura sobre los cumpleaños y los días festivos, y ha podido negarse a participar en esas celebraciones.” ¡Qué ejemplos tan claros de lo útil que es orar para recibir valor!

8 Meditemos también sobre la ayuda que recibió Jeremías para vencer sus temores. Cuando Jehová lo comisionó como profeta de las naciones, se excusó así: “Mira que realmente no sé hablar, pues solo soy un muchacho” (Jer. 1:4-6). Pero con el tiempo llegó a anunciar los juicios de Jehová con tanta persistencia y energía que muchos lo consideraron un catastrofista, un pájaro de mal agüero (Jer. 38:4). Por más de sesenta y cinco años, cumplió resueltamente con su labor. Su valerosa predicación lo hizo tan conocido en Israel que seis siglos más tarde, al ver la intrepidez de Jesús, la gente creyó que era Jeremías resucitado (Mat. 16:13, 14).

¿Cómo logró superar el profeta la indecisión y la timidez? Él mismo lo explica: “[El mensaje divino que tenía] en mi corazón resultó ser como un fuego ardiente, encerrado en mis huesos;; y me cansé de contener[lo]” (Jer. 20:9). La irresistible fuerza de la palabra de Jehová lo impulsó a hablar.

9 En su carta a los Hebreos, Pablo escribió: “La palabra de Dios es viva, y ejerce poder, y es más aguda que toda espada de dos filos, y penetra hasta dividir entre alma y espíritu, y entre coyunturas y su tuétano, y puede discernir pensamientos e intenciones del corazón” (Heb. 4:12). La palabra de Dios —o sea, el mensaje divino— influye en nosotros del mismo modo que lo hizo en Jeremías. Recordemos que la Biblia no es fruto de la sabiduría humana. Aunque es cierto que la escribieron hombres, estos actuaron por inspiración divina. Es como leemos en

2 Pedro 1:21: “La profecía no fue traída en ningún tiempo por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo”. Por eso, cuando estudiamos con interés las Escrituras, llenamos la mente con el mensaje que se transmitió mediante el espíritu santo (léase 1 Corintios 2:10). Y ese mensaje llega a ser “como un fuego ardiente” en nuestro interior que no nos deja quedarnos callados.

10 Si

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (6 Kb)
Leer 4 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com