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Asilos de ancianos. La solidaridad es la fuerza de la gente débil

sjch8 de Febrero de 2012

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Colegio Marista, Alajuela, Costa Rica

Departamento de Educación Religiosa.

Visita Solidaria al Acilo de Ancianos Santiago Crespo 2011.

Steven Jiménez Chaves.

Álvaro López Zúñiga.

Nidia Sánchez.

9-B.

III Trimestre, 2011.

“La solidaridad es la fuerza de la gente débil”

Introducción ¿Qué trataremos?

En el siguiente reporte de visita solidaria trataremos varios temas, tales como: valores, ancianos, centros de atención a éstos… siendo el de mayor trascendencia el de ancianos.

Dentro de los valores esta la solidaridad, su concepto y porque es importante vivir en un ambiente de solidaridad alrededor de la vida. Otro de los valores es el de la tolerancia porque se tuvo que ser tolerante a la hora de realizar la visita, en las relaciones que tuvimos con los ancianos a la hora de contarnos una y otra vez la misma historia como ejemplo.

En lo referente a ancianos se investigará sobre su concepto, como es el adulto mayor; sobre sus cuidados, los cuales son primordiales para una buena calidad de vida; las dificultades que ellos presentan, tales como enfermedades pero también debido a nuestro trato que en muchos casos no suele ser el adecuado; producto de este trato es que se crean los centros de atención al adulto mayor, conocidos popularmente como acilos de ancianos; también trataremos este tema explicando algunos antecedentes de estos centros en nuestro país, así como leyes que ayudan y protegen a los ancianos.

Solidaridad ¿En qué consiste este valor?

Proviene del sustantivo latín soliditas, expresa la realidad homogénea de algo físicamente entero, unido, compacto, cuyas partes integrantes son de igual naturaleza.

La teología cristiana adoptó por primera vez el término solidaritas, aplicado a la comunidad de todos los hombres, iguales todos por ser hijos de Dios, y vinculados estrechamente en sociedad. Entendemos, por tanto, que el concepto de solidaridad, para la teología, está estrechamente vinculado con el de fraternidad de todos los hombres; una fraternidad que les impulsa buscar el bien de todas las personas, por el hecho mismo de que todos son iguales en dignidad gracias a la realidad de la filiación divina.

En la ciencia del Derecho, se habla de que algo o alguien es solidario, sólo entendiendo a éste dentro de «un conjunto jurídicamente homogéneo de personas o bienes que integran un todo unitario, en el que resultan iguales las partes desde el punto de vista de la consideración civil o penal». Dentro de una persona jurídica, se entiende que sus socios son solidarios cuando todos son individualmente responsables por la totalidad de las obligaciones. Para el derecho, la solidaridad implica una relación de responsabilidad compartida, de obligación conjunta.

La Doctrina Social de la Iglesia entiende por solidaridad «la homogeneidad e igualdad radicales de todos los hombres y de todos los pueblos, en todos los tiempos y espacios; hombres y pueblos, que constituyen una unidad total o familiar, que no admite en su nivel genérico diferencias sobrevenidas antinaturales, y que obliga moral y gravemente a todos y cada uno a la práctica de una cohesión social, firme, creadora de convivencia. Cohesión que será servicio mutuo, tanto en sentido activo como en sentido pasivo». Podemos entender a la solidaridad como sinónimo de igualdad, fraternidad, ayuda mutua; y tenerla por muy cercana a los conceptos de «responsabilidad, generosidad, desprendimiento, cooperación, participación.

En nuestros días, la palabra solidaridad ha recuperado popularidad y es muy común escucharla en las más de las esferas sociales. Es una palabra indudablemente positiva, que revela un interés casi universal por el bien del prójimo.

Podríamos imputar el resurgimiento casi global del sentir solidario, a la conciencia cada vez más generalizada de una realidad internacional conjunta, de un destino universal, de una unión más cercana entre todas las personas y todos los países, dentro del fenómeno mundial de la globalización. Esta realidad ha sido casi tan criticada como aplaudida en todas sus manifestaciones. Buena o mala, la globalización es una realidad actual, verdadera y tangible.

Creemos que una de las consecuencias favorables que nos ha ganado la globalización es, precisamente, una visión más conjunta del mundo entero; un sentido de solidaridad mayor entre los hombres. De pronto, los niños en Ruanda no se sienten tan lejanos; los cañones de guerra en el Medio Oriente también aturden nuestros oídos; el terremoto en Japón sacude nuestra respiración.

Desgraciadamente, esta conciencia de solidaridad universal suele reducirse a una buena intención, una aberración lejana y sentimental hacia las injusticias sociales, hacia la pobreza o el hambre. Y este sentimiento que arroja nuestras esperanzas hacia un país lejano, tal vez arranque de nosotros la capacidad de observar las necesidades de los seres humanos que lloran a nuestro lado todos los días.

Solidaridad ¿Por qué es importante que vivamos un espíritu solidario?

Todos necesitamos ayuda en algún momento de nuestra vida. Los seres humanos tenemos la capacidad de ser caritativos y altruistas, de manera que al poner en práctica esas capacidades maduramos más como personas.

Adulto Mayor ¿Qué significa ser un adulto mayor?

Este es el término o nombre que reciben quienes pertenecen al grupo etario que comprende personas que tienen más de 65 años de edad. Por lo general, se considera que los adultos mayores, sólo por haber alcanzada este rango de edad, son lo que se conocen como pertenecientes a la tercera edad, o ancianos. El adulto mayor pasa por una etapa de la vida que se considera como la última, en la que los proyectos de vida ya se han consumado, siendo posible poder disfrutar de lo que queda de vida con mayor tranquilidad.

Centros Atención Antecedentes o historia de centros de atención al adulto mayor en Costa Rica

Los servicios hacia la población de la Tercera Edad han venido sufriendo una serie de cambios y mejoras con el propósito de mejorar la calidad de vida de esta población cada vez más creciente.

Estos Asilos de Ancianos como se les llamaban inicialmente no contaban con todas las condiciones en salud y servicio, por lo que se han venido transformando tanto en sus instalaciones como en el servicio brindando una mejor atención hacia nuestros abuelos.

La atención integral en estos Hogares de Ancianos o Residencia Geriátrica como se les llama actualmente han venido mejorado desde la promulgación de la Ley Orgánica del Ministerio de Salud 5412, la Ley 7600 de Igualdad de Oportunidades y la Ley Integral para la Persona Adulta Mayor y su Reglamento No.7935.

El término abuelos se ha usado en Costa Rica para ubicarlos dentro de la población de la Tercera Edad y en donde un 2% de esta población en nuestro país vive permanentemente en Hogares de Ancianos o Residencias Geriátrica públicas o del Estado.

El gobierno de Costa Rica a través del Ministerio de Salud ha elaborado un Manual de Normas con el propósito de especificar las condiciones y requisitos que deben cumplir los Hogares de ancianos o Residencias Geriátricas para que brinden la atención integral a nuestros abuelos en Costa Rica.

Según el Censo del 2000 hay más de 214,000 personas de la Tercera Edad en Costa Rica de los cuales solo un 2% están en Hogares de Ancianos o Residencias Geriátricas. Actualmente según el Ministerio de Salud hay más de 380,000 Adultos Mayores y poco más de 2% están en un Hogar de Ancianos o en lista de espera para ingresar a uno de ellos.

Nadie puede detener el envejecimiento, no se puede luchar contra la naturaleza, pero si podríamos envejecer de una mejor manera, con una paz y serenidad que de una calidad de vida y un contenido espiritual a nuestros abuelos actuales y futuros.

Ancianos ¿Qué cuidados se les debe dar?

1. Cuidado de los Pies

Es frecuente que las personas de dad presenten problemas en los pies, y el dolor puede impedir las actividades diarias y el ejercicio de caminar. Los problemas más frecuentes son deformaciones de los dedos de los pies, de las uñas y algunas infecciones. Entre las deformaciones podemos mencionar los juanetes (el dedo mayor se proyecta sobre los otros), los ortejos en martillo (los dedos se engarfian) y el pie plano (falta de curvaturas normales de la planta).

El mejor tratamiento de las deformaciones es evitar que aparezcan, descartando los zapatos en punta que aprietan los dedos y el taco alto.

2. Cuidado de la Piel

La piel del adulto mayor es distinta a la del joven: es más frágil, seca y menos elástica. Esto facilita la aparición de infecciones si el aseo es insuficiente. Por otra parte, su falta de lubricación la hace sensible frente al lavado exagerado.

Si existen rasguños o heridas superficiales de la piel, la cicatrización puede ser lenta. Debe realizarse aseo y aplicar algún desinfectante, de preferencia yodado.

3. Cuidado de los Ojos

La pérdida de visión impide desempeñar muchas actividades en la casa o fuera de ella; la sordera aísla a las personas. Las principales causas de pérdida de visión en el adulto mayor son las cataratas, la presbicia, el glaucoma y lesiones de los vasos de la retina.

4. Cuidado de los Oídos

Las causas de sordera en

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