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CELIATO SACERDOTAL


Enviado por   •  25 de Julio de 2013  •  11.049 Palabras (45 Páginas)  •  351 Visitas

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INTRODUCCIÓN

El celibato es un tema muy delicado a ser tratado en la actualidad.[1] La iglesia protestante en general está en desacuerdo con esta enseñanza y práctica de la Iglesia Católica Apostólica Romana, por razones teológicas básicamente, mientras los protestantes toman como absurda esta práctica, los católicos tienen "pruebas" que tratan de mostrar que los protestantes se hacen problemas por una enseñanza tan clara en la Biblia.

Encontramos opiniones variadas sobre el origen del celibato en los ministros de la Iglesia Católica, algunos teólogos tienen la firme convicción de su origen divino y otros aseveran que es una mera disciplina de institución eclesiástica. A fin de alcanzar un mejor conocimiento sobre esta "institución" el presente escrito se va a referir a algunos fundamentos teológicos que sostienen el celibato y otras que se muestran totalmente contrarias. Para ello se recurrirá a la historia como base humana y a la palabra de Dios como base divina.

EL CELIBATO SACERDOTAL: DEFINICIONES

La palabra española se deriva del latín caelebs "no casado", y se refiere a la abstinencia del matrimonio por parte del clero y las órdenes monásticas de la Iglesia Católica Romana.[2] El celibato es en realidad una de las características peculiares de la Iglesia Apostólica Romana y probablemente una de sus enseñanzas más polémicas en un mundo cambiante y con inclinaciones al liberalismo en general. El celibato consiste básicamente el abstenerse o en la continencia sexual, es decir no contraer matrimonio voluntariamente, sin embargo como mencionamos en la introducción nos enfocamos básicamente al celibato sacerdotal o consagrado.

Esta práctica católica romana requiere que su clero permanezca sin casarse y se consagre a la pureza personal en pensamiento y en obra a Dios.[3]

El celibato significa etimológicamente la condición propia del hombre que no se ha casado, así también como el estado de una alguien que ha decidido quedarse a completa disposición a la obra de Dios en el plano profesional o relacional, rechazando los límites que la vida familiar o conyugal comportan.[4]

El celibato es la forma de vida de los sacerdotes ministros de la Iglesia Católica Apostólica Romana (ICAR)[5] los cuales han renunciado a todo según ellos como respuesta a la invitación de Cristo a su ministerio al igual que sus apóstoles.

El significado del celibato consagrado según la vocación cristiana consiste en que el hombre es llamado a una vida en espíritu cada vez más amplia y profunda, de esta manera llegue a ser progresivamente como Cristo, es esa según la ICAR la verdadera motivación de aceptar el celibato, es claro que hay otras razones pero las mencionaremos más adelante.

El estado célibe es una anticipación social del hombre resucitado en Cristo. El matrimonio aunque no obstaculiza una vida cristiana, induce a aceptar estructuras destinadas a desaparecer en la realidad escatológica[6]

En la tradición cristiana se habla de virginidad, castidad y celibato. El término de "virginidad", también es empleado para designar a las mujeres, este es el mismo caso para las mujeres que desean el ser siervas de Dios para toda la vida, las muy conocidas madres o monjas, para la ICAR esta práctica encierra un rico contenido teológico, es por esta razón que Tony Mifsud, S.J. menciona así:

"de plena disponibilidad a la voluntad de Dios, una disponibilidad fecunda de apertura al plan del Padre en la realización del reinado de Dios mediante la confianza en poder del Espíritu de Jesús; pero, desafortunadamente, con el paso del tiempo se ha cargado el acento sobre el aspecto biológico y con una referencia predominante y también con malicia machista la mujer. Hoy por hoy la palabra virginidad más bien tiende a denotar "la abstención de relaciones sexuales de la mujer".

EL CELIBATO SACERDOTAL

Empero el Espíritu dice manifiestamente que en los venideros tiempos, algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus de error y a doctrinas de de¬monios; que con hipocresía hablarán mentira, tenien¬do cauterizada la conciencia. Que prohibirán casar¬se...» (1 Timoteo 4:1-3).

En este pasaje podemos ver que el apóstol Pablo profetizó que muchos se apartarían de la verdadera fe. Declaró que esto sucedería en «tiempos posterio¬res», es decir, tiempos venideros a la época en la cual él escribía. Esta separación no sucedería en un solo tiempo, sino en distintos tiempos (plural). Poco a poco, los hombres caerán en apostasía, separándose de la verdadera fe y escuchando «doctrinas de de¬monios».

Estas doctrinas de demonios son las enseñanzas de los misterios paganos (es evidente que Satanás y sus demonios estaban detrás de estas enseñanzas pa¬ganas —los misterios— porque éstas contenían mu¬cha similitud con la verdad y podían falsificarla fá¬cilmente). En el pasaje anterior, se hace especial mención a una de estas doctrinas paganas, la doctri¬na de «prohibir casarse». ¿Pero qué era esta doctrina y a quiénes se aplicó?

Al estudiar este tema, hallamos que la doctrina pagana de «prohibir casarse» no se aplicó a todos.

Esta era una doctrina traída de los viejos tiempos, relacionada con los sacerdotes de los ministerios, ¡la religión de Babilonia! Sí, tiempos atrás en los días de Babilonia, dentro de las doctrinas de demonios que se tenían, estaba la doctrina del celibato sacer¬dotal. Estos sacerdotes solteros eran miembros de un alto orden sacerdotal de la reina Semiramis quien los ligó a una vida de celibato, a pesar de que Semi¬ramis era adúltera e inmoral. «Aunque parezca ex¬traño —dice Hislop—, la voz de la antigüedad atri¬buye a la reina viuda la invención del celibato cle¬rical y esto en su forma más estricta.»

Desde Babilonia, esta doctrina del sacerdocio sol¬tero se propagó a otras naciones, como es evidente, por el celibato sacerdotal de las religiones orienta¬les en el Tíbet (China), Japón y otros países. Sin em¬bargo, algunas naciones aunque aceptaron otras par¬tes del misterio religioso, no siempre apoyaban la re¬gla del celibato, como en Egipto, donde se les permi¬tía a los sacerdotes casarse. Pero cuando los miste¬rios llegaron a Roma en tiempos precristianos, ¡la regla del celibato babilónico fue observada estricta¬mente!

«Todo estudioso sabe —dice Hislop— que cuando el culto a Cibeles, la diosa babilónica, fue introduci¬do en la Roma pagana, éste se estableció en su for¬ma primitiva, con su clero célibe.» Y así esta doc¬trina diabólica y peligrosa para el buen crédito de la propia religión, fue establecida en la Roma pa¬gana.

La supuesta pureza dentro del celibato sacerdotal nunca ha sido una

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