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¿CONFLICTO ENTRE LA LEY NATURAL Y LA LEY POSITIVA?

alcagimi10 de Mayo de 2013

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INTRODUCCION

Siguiendo la concepción de Aristóteles sobre la ley natural, Santo Tomas de Aquino afirma que el hombre igual que los demás animales, experimenta ciertas tendencias enraizadas en su naturaleza. No se trata de pulsiones irresistibles, sino de orientaciones espontaneas de la conducta hacia una finalidad concreta.

La ley que no es justa no parece que fuera ley. Por eso tendrá fuerza de ley en la medida en que sea justa. Ahora bien, en los asuntos humanos se dice que una cosa es justa cuando es recta en función de la regla de la razón (recta razón), y la ley positiva humana tiene fuerza de ley en cuanto derive de la ley natural.

Pues, el hombre tiene por naturaleza una cierta disposición para la virtud; pero la perfección de esa virtud no la puede alcanzar sino merced a la disciplina (ley positiva). Es lo que pasa con las necesidades primarias, tales como los de alimentos y vestido, a las que el hombre ha de subvenir con su personal industria. Aunque se le dotó para ello los primeros medios que son la razón y las manos, no se le dio el trabajo ya hecho, como a los demás animales, bien surtidos por naturaleza de alimento y abrigo.

No es fácil para el hombre bastarse a sí mismo para imponerse aquella disciplina, porque la perfección de la virtud consiste en retraer al hombre de los placeres indebidos, a los que se siente más inclinado.

Si bien el hombre ejercitado es el mejor de los animales, cuando se aparta de la ley y la justicia es el peor de todos ellos. Y es que, para satisfacer sus concupiscencias y sus iras, el hombre cuenta con el arma de la inteligencia, que no poseen los demás animales.

En tanto las leyes humanas no pertenecen a la ley humana únicamente como leyes positivas, sino que en parte mantiene esa fuerza de ley natural. Por eso, si bien es dicho, la ley natural es una ley previa al hombre mismo, universal e inmutable.

¿CONFLICTO ENTRE LA LEY NATURAL Y LA LEY POSITIVA?

LEY NATURAL

Es la ordenación inscrita en la naturaleza del hombre y que hace que esta sea capaz de gobernarse a sí mismo y tender hacia los bienes que son necesarios para su perfeccionamiento integral como persona.

Desde que tiene conocimiento el hombre, siempre se ha cuestionado acerca de su propio comportamiento, se ha preguntado ¿Cómo saber si mi comportamiento es bueno o malo y si a través de ello facilita mi felicidad? Podría afirmarse que precisamente de la ética depende la respuesta que demos a esta pregunta.

La ley natural ya viene impresa en cada hombre desde su nacimiento, esa ley es el quicio sobre el cual descansa todo criterio ético. Ahora bien, la ley naturales la ordenación que inscrita en la naturaleza del hombre, hace posible que este sea capaz de gobernarse a sí mismo y tender a los bienes que son necesarios para su perfeccionamiento integral como persona.

Hay pues, inclinaciones naturales en el hombre que constituyen el contenido de esa ley plasmada en nuestra naturaleza que nos determina actos y fines mediante los cuales alcanzamos nuestra propia perfección. Gracias la ley natural, el hombre acaba siendo dueño de sus acciones, pero no puede decirse propiamente que nuestra propia perfección consiste en el autogobierno, pues este debe remitirse a una instancia superior que señale el fin.

La vinculación entre ley natural y naturaleza humana es obvia, pues, como afirma Santo Tomas de Aquino, la ley natural es la participación de la ley eterna en la criatura racional, con eso se está refiriendo a la integridad ontológica, en la naturaleza humana de la ley de Dios, ya que el propio hombre le ha sido dado, en tanto que criatura racional es ser capaz de gobernarse así mismo, de otro modo si no fuera así, el hombre no sería libre.

La ley natural aparece como una facilidad de la inteligencia que, de acuerdo con los principios supremos de ley eterna, dirige y ordena las acciones humanas como su fin. Por eso, la ley natural se podría definir también como el conjunto de normas que con rectitud de intención orientan al hombre para ejercer su libertad de acuerdo a su fin último.

La ley natural no la ha inventado ningún hombre, ni es consecuencia de la evolución histórica y de los diversos progresos socioculturales que pudieron haber hecho evolucionar a nuestra sociedad, tal y como hoy la conocemos. A la ley natural no hay obligación de seguirla porque haya sido promulgada mediante consenso por los legisladores autorizados, al modo como se promulgan las leyes civiles, o porque sea fruto de alguna circunstancia coyuntural o histórica, de manera que pueda cambiar en función de que esta circunstancia también cambie.

La ley natural ni siquiera depende de que el hombre crea o no crea en ella y por tanto, su cumplimiento no solamente obliga a los creyentes sino a todos los hombres, como tal, la ley natural, emerge de la propia naturaleza humana y ésta como tal naturaleza, nadie ha podido demostrar por el momento que sea una ficción, una mera invención del hombre o que además cambie de una generación a otra, por eso se dice que la ley natural es INMUTABLE.

Además, la ley natural tampoco depende de cuales sean las modas y costumbres sociales, de manera que si es aceptada por la sociedad, entonces obliga y si es rechazada socialmente en ese caso ya no obliga, así responde entre otras cosas a lo que debe hacerse según la recta razón, por lo que su vigencia no está en función de lo que haga la mayoría con una razón recta o equivocada, por lo que se afirma, la ley natural es UNIVERSAL, por lo tanto obliga a todos los hombres, en todas las circunstancias y en todos los actos que realizan de ahí que la naturaleza humana tampoco cambia de una hombre a otro, ni de una a otra circunstancia, ni tampoco de un acto a otro.

Por consiguiente, el primer principio universal de la ley natural afirma muy brevemente lo siguiente “ Hay que hacer el bien y evitar el mal ” en este principio se sintetizan todas las normas éticas por las que se rige el ACTUAR HUMANO de ahí que hacer el bien y evitar el mal sea un primer principio que forzosamente hace relación a la naturaleza del hombre, quien por su naturaleza caída desde los tiempos de nuestro Padre Adán, después de ser arrojados del Paraíso terrenal, está inclinado a realizar el mal y en segundo término hacer el bien, por lo que la ley natural le indica al hombre cuales son los deberes éticos y los derechos personales que se derivan para cada hombre, impresos en el DECÁLOGO dado por Dios a Moisés, en el antiguo testamento, pero aún hoy, todavía vigente más del cien por ciento.

Recordemos que el actuar del hombre repercute severamente en nuestra sociedad de la que forma parte importante, puesto que es en el seno de nuestra

sociedad en donde se realiza a sí mismo y se perfecciona o se pierde, según la voluntad propia de cada persona, no olvidemos que el primer precepto del decálogo es el amor a Dios, por lo que se afirma que el autor de la ley natural es Dios y por consiguiente es una razón importantísima que nos haya sido inscrita en nuestro seno natural de una manera imborrable, así fuimos creados por Dios, la ley natural es como la síntesis compendiada de cuales son las finalidades esenciales de la naturaleza humana, “ el bien común trascendente y inmanente ”

Si Dios nos creó y nos dio la naturaleza humana, es lógico que la ley natural sea conocida por todos los hombres y es que en cada hombre hay un hábito natural de los primeros principios morales conocidos con el nombre de SINDÉRESIS, este principio de rectitud permanente e inmutable, nos ilumina y nos impulsa para aprehender los bienes reales como fines que se deben conseguir.

Si al hombre se le ha dado la capacidad de auto gobernarse es lógico que también se le haya dado la capacidad de discernir qué es lo bueno que debe hacer y qué es lo malo que debe evitar. El desorden que se produce en la persona como consecuencia de la repetición de los actos, que no respetan el principio de hacer el bien y evitar el mal, produce un obscurecimiento de la razón fracturando a la voluntad, provocado por los pecados y por los hábitos de comportamiento antinaturales.

Pues bien, hay normas que se derivan de los principios comunes de la ley natural por vía de conclusión; y así, el precepto «no matarás» puede derivarse a manera de conclusión de aquel otro que manda «no hacer mal a nadie». Y hay otras normas que se derivan por vía de determinación; y así, la ley natural establece que el que peca sea castigado, pero que se le castigue con tal o cual pena es ya una determinación añadida a la ley natural.

Por ambos caminos se originan las leyes humanas positivas.

LEY POSITIVA

Es la que se promulga explícitamente en un código, y sirve como complemento a la ley natural, pues desarrolla y explica cómo debe actuar el hombre en situaciones más concretas. Estas leyes pueden ser divinas o humanas. El decálogo del Sinaí es un ejemplo de una ley positiva divina. Las leyes positivas humanas abarcan todo lo que se llama derecho positivo, incluyen las Constituciones, los Códigos Civiles, etc. Las leyes positivas deben de ser justas (que esté de acuerdo con la ley natural), útiles (que no se multiplicaran en exceso, pues darían lugar a una opresión) y estables (aunque no posea la inmutabilidad de

la ley natural, por lo menos, tenga cierto lapso razonable de vigencia, para que coopere efectivamente al bien de la comunidad).

La ley positiva es la que se halla escrita en los códigos y reglamentos aceptados por un grupo social, con carácter vinculante:

a. La existencia de la ley positiva es una exigencia de la ley natural misma. Si la ley natural impone la vida en sociedad,

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