Capitalismo

La roca del dragón

Esta historia comienza con Érase una vez, ya que las mejores historias hacen, por supuesto.

Así, Érase una vez, y si se puede imaginar, un valle empinado lleno de gigantes, espigados árboles de pino verde y grueso, la hierba verde que llega a la parte superior de los calcetines para que, cuando se ejecuta, lo que tienes que llevar las rodillas en lo alto, como correr a través del agua. Flores silvestres difundir su perfume embriagador dulce a lo largo de la suave brisa y las abejas tararear musicalmente a sí mismos, ya que alegremente recogen el polen de flores.

La gente es muy feliz aquí y trabajan duro, mantener su casa impecable y limpio y las caras de sus hijos limpios.

Este verano en particular había sido muy caluroso y seco, por lo que los perros de la granja magras sueño y sigue. Los agricultores silbó perezosamente a sí mismos y que ponerse de pie y mirar a lo lejos, tratando de recordar qué era lo que se suponía que debían estar haciendo. A las dos de la tarde, la ciudad estaría en una nube de sueño, con abuelas cabeceando sobre su punto y agricultores dormitando en los pajares. Fue muy, muy caliente.

No importa qué tan caliente el día, sin embargo, los niños siempre juegan en las suaves praderas onduladas. Con sombreros de ala ancha y la piel resbaladiza con bloqueador solar, que chilló y charlaban como gorriones, ya que retozaban en su lugar favorito.

Ahora, su lugar favorito es muy importante en esta historia, porque en este punto en particular es mucho, roca grande, con escamas que se parece sorprendentemente similar a un dragón dormido.

Los niños sabían que era un dragón.

Los adultos sabían que era un dragón.

Los perros y los gatos y los pájaros sabían que era un dragón.

Pero nadie estaba asustada porque nunca, nunca se movió.

Los niños y niñas se trepar por todas partes, metiendo palitos en él y colgar botas de goma mojados en sus oídos, pero no le importaba en lo más mínimo. La gente de los hombres a veces cortar leña en la cola zigzagueante porque era la altura justa y las señoras tejen Grupo menudo giró ovejas de lana en sus picos.

A menudo, en una noche fría, cuando las estrellas brillaban intensamente en un cielo de terciopelo y los niños durmiendo pacíficamente, los adultos se conformaría con la noche con una taza de humeante chocolate en un sillón acolchado suave. A continuación, las historias acerca de cómo el dragón llegó allí comenzaron. Nadie sabía a ciencia cierta, había muchas versiones diferentes en función de que la familia le dijo a la historia, pero una cosa que todo el mundo estuvo de acuerdo en, era la siguiente:

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En tiempos de problemas

El Dragón se despierta

Y libre de la Villa

Al hacer un lago

Este pequeño poema fue grabado en la mente de todos y, en ocasiones aparecía en paños de cocina y bordado de la abuela.

Los días pasaban lentamente, en silencio y lo más importante, sin lluvia. No había llovido en el valle durante el tiempo que los niños puedan recordar. Los pozos estaban empezando a llevar el agua marrón sucio y la ropa tenían que ser lavados en agua sucia de ayer. El césped se habían desvanecido a un color galleta crujiente y las flores drooped sus hermosas cabezas. Incluso los árboles parecían colgar sus ramas como brazos cansados. El valle se volvió más marrón y seca y sed, todo caliente, día de hornear.

La gente del pueblo empezó a preocuparse y murmuraba entre sí al pasar con mucho temblor de cabeza y tuts tut. Su aspecto sería buscar hacia arriba de las nubes de lluvia en el cielo azul, claro, pero ninguno llegó.

"El cuento del dragón no puede ser verdad", dijo la anciana señora Greywhistle, el tendero.

"No ha movido ni un milímetro, lo juro", respondió su cliente, el golpear ligeramente un pie enojado.

Ahora era demasiado caliente para los niños a jugar en el sol directo y que se reunían bajo la sombra de los árboles, cavar hoyos en el polvo y rompiendo ramas quebradizas.

"El Dragón nos ayuda pronto", dijo un niño.

"Tiene que hacer algo", acordado otra.

"Estoy seguro de que lo hará."

Todos asintieron con la cabeza.

Pasó una semana sin ningún cambio, las personas que luchan a lo largo de la mejor manera posible. Algunos estaban cada cruz en el Dragón y habría echado enojado, lo mira de reojo al pasar. Los aldeanos estaban convirtiendo flaco ojos y hosco.

Mientras tanto, los niños tenían un plan.

Rápidamente y en silencio, se trasladaron invisible alrededor de la ciudad, recogiendo y tirando de las flores de desvanecimiento. Con los brazos extendidos y ramos de flores hasta la barbilla, que crujió hasta donde la roca gigante yacía tan inmóvil como siempre.

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Los muchachos y las muchachas

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