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Carne Y Sangre De Cristo


Enviado por   •  10 de Julio de 2014  •  4.849 Palabras (20 Páginas)  •  313 Visitas

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El Sufrimiento de Jesús En La Cruz

Desde un punto de vista Médico

Dr. C. Truman Davis, M.D., M.S.

Traductor y editor, Rafael Shead, con ayuda de Dr. Nelson Arriagada M., Cirujano Ortopédico

LA CRUCIFIXION DE JESUS

En este artículo discutiré algunos de los aspectos físicos de la pasión, o sufrimiento, de Jesucristo. Lo seguiremos desde Getsemaní, a través de sus juicios, su flagelación, su senda por la Vía Dolorosa, hasta sus últimas horas agonizando en la cruz.

Me interesé en estos asuntos hace un año aproximadamente cuando leí sobre la crucifixión en el libro en inglés por JimBishop llamado The Day ChristDied (El día que Cristo murió). Repentinamente me di cuenta que yo no había puesto mucha atención a la Crucifixión durante tantos años y que yo me había desensibilizado a sus horrores debido a una fácil familiaridad con sus crudos detalles y por una amistad alejada con él. Por fin se me ocurrió que siendo yo un médico, ni sabía la causa real de su muerte. Los Evangelistas, Mateo, Marcos, Lucas, y Juan, no nos ayudan mucho en este punto, porque crucifixión y flagelación eran tan comunes durante sus tiempos que ellos consideraron una descripción detallada totalmente superflua. Entonces, tenemos las palabras concisas de ellos: "Pilato. . . entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuese crucificado. . . Y le sacaron para crucificarle."

Estoy en deuda con muchos que han estudiado este asunto en el pasado, y en especial a mi colega contemporáneo Dr. Pierre Barbet, cirujano francés, quien ha hecho investigación exhaustiva tanto histórica como experimental y quien ha escrito ampliamente sobre el tema.

No estoy calificado para discutir el infinito sufrimiento psíquico y espiritual de Dios que vivió en cuerpo humano para propiciación por los pecados de la raza humana caída. No obstante, podemos examinar con algunos detalles los aspectos fisiológicos y anatómicos de la pasión de nuestro Señor. . . ¿Qué sostuvo el cuerpo de Jesús de Nazaret realmente durante esas horas de tortura?

Esta pregunta me llevó primeramente al estudio de la práctica de la crucifixión misma; es decir, la tortura y la ejecución de una persona por fijación a una cruz. Aparentemente, la primera práctica de crucifixión fue realizada por los persas. Alejandro Magno y sus generales la trajeron al mundo Mediterráneo a Egipto y a Cartago. Los romanos aparentemente aprendieron la práctica de los cartagineses, y (tal como con casi todo lo que hacían los romanos) desarrollaron rápidamente un alto grado de eficiencia y habilidad en llevarla a cabo. Varios autores romanos (incluyendo a Tito Livio, a Cicerón, y a Tácito) comentan sobre el tema. Varias innovaciones y modificaciones se describen en la literatura antigua. Mencionaré solo unas pocas que tienen que ver con nuestro objetivo. El travesaño (patibulum)de la cruz a veces se fijaba a unos sesenta o noventa centímetros del extremo más alto del madero vertical (estípite). Esto es lo que comúnmente pensamos como la forma clásica de una cruz (la que después hemos llamado la Cruz Latina); sin embargo, la forma común en los días de nuestro Señor fue la Cruz Tau (parecida a la letra griega de tau, o como nuestra "T"), también llamada la Cruz de San Antonio. En esta cruz el travesaño fue colocado en un corte (o mortaja) en el poste. Existe una abrumadora evidencia arqueológica de que éste es el tipo de cruz en que Jesús fue crucificado.

El poste estaba fijado permanentemente en el sitio de ejecución y el condenado era obligado a cargar el travesaño, que pesaba alrededor de cuarenta y cinco kilos, desde la prisión hasta el lugar del suplicio. Sin ninguna prueba ni histórica ni bíblica, pintores medievales y renacentistas nos han impuesto el cuadro de Cristo llevando la cruz entera. Muchos de aquellos pintores y la mayoría de los escultores de crucifijos hoy demuestran los clavos atravesando las palmas. Escritos históricos romanos y trabajo experimental han demostrado que los clavos fueron martillados entre pequeños huesos de las muñecas (carpo), y no por las palmas. Clavos que penetraran las palmas romperían los músculos entre los metacarpianos al soportar el peso de un cuerpo humano. El concepto equivocado puede haberse creado por un malentendido referente a las palabras de Jesús cuando dijo a Tomás, "Mira mis manos." Anatomistas, modernos y de la antigüedad siempre han considerado la muñeca como parte de la mano.

Un títulus o letrero pequeño que indicaba la ofensa del condenado se llevaba de costumbre al frente de la procesión para posteriormente clavarse en la cruz, arriba de la cabeza del condenado. Este letrero clavado en la parte superior de la cruz daría una imagen similar a la tradicional Cruz Latina.

La pasión física del Cristo comienza en Getsemaní. De los muchos aspectos de este sufrimiento inicial, comentaré solamente el de interés fisiológico: el sudor sangriento. Es interesante que el médico del grupo, San Lucas, es el único que lo menciona. Él dice, "Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra."

Los eruditos modernos han hecho todo intento imaginable para apoyar la omisión de esta frase, evidentemente bajo la impresión equivocada que esto simplemente no ocurrió.

Se ahorrarían muchos esfuerzos consultando la literatura médica. Aunque muy raro, el fenómeno de hematidrosis, o sudor de sangre, está bien documentado. Bajo un gran estrés emocional los vasos capilares diminutos en las glándulas sudoríparas se pueden romper, mezclándose así sangre con sudor. Este proceso por sí sólo podría haber producido una debilidad marcada, y posiblemente shock.

El Dr. LeBec escribe: “Es un agotamiento físico acompañado de un trastorno moral, consecuencia de una emoción profunda, de un miedo atroz” (Le supplice de la Croix, Paris, 1925)

Se describe como una dilatación y ruptura de los vasos capilares subcutáneos en su punto de contacto con la base de los millones de glándulas sudoríparas. La sangre se mezcla con el sudor y se coagula sobre la piel después de la exudación. Es esta mezcla de sudor y coágulos la que se va juntando

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