Cristo sufrió por nosotros

Piense en la siguiente escena: un hombre está a punto de salir de viaje. Ya tiene todo su equipaje y está listo para salir. Aunque el lugar a donde va no es tan cómodo como el lugar en donde vive, Él está dispuesto a ir, porque el lugar a donde va están sus muy queridos y preciados familiares. De hecho, dentro de su equipaje lleva algunos obsequios que con mucho cariño ha hecho para ellos. Pregunta: ¿Cómo recibiría usted a este hombre si fuera su familiar? ¿Verdad que lo recibiría con agrado y con gusto?...

Una vez que este hombre llega a su destino y se encuentra con sus familiares, ¿Qué cree que hicieron con Él? Lejos de darle una cordial y cálida bienvenida, lo despreciaron, si, lo insultaron y lo criticaron. Ahora, ¿Cómo cree que este hombre se sintió? ¿Verdad que no es difícil imaginar el dolor y sufrimiento que tuvo a causa de ellos? ¿Usted cree que le darían ganas de entregarles los obsequios que con tanto cariño les llevaba? Quizá muchos de nosotros, bajo esas circunstancias, no los entregaríamos y con justa razón podríamos decir, “No se lo merecen”. Pero este hombre, aun con todo el sufrimiento que le causaron, estuvo dispuesto a darle a cada uno el regalo que le llevaba.

Esta ilustración nos ayudara a comprender lo que Cristo sintió y vivió cuando estuvo aquí en la tierra. Así como el hombre de la ilustración, Cristo del mismo modo, dejo su cómodo y agradable lugar de habitación para ir a ver y ayudar a la gente que amaba. Y no llego con las manos vacías, no, si no que llego para darles todo aquello que tanto necesitaban. ¿Y que hizo la gente cuando llego?, es decir ¿Cómo recibieron a Jesus? ¿Cómo lo trataron? ¿Quiere verlo? Vaya por favor al libro de Isaías capítulo 53 y vamos a ver lo que se narra del trato que recibiría. Veamos los versículos 3 al 5

“Fue despreciado y fue evitado por los hombres, un hombre que era para dolores y para estar familiarizado con la enfermedad. Y hubo como si fuera el ocultar uno su rostro de nosotros. Fue despreciado, y lo consideramos como de ninguna importancia”.

Deténgase aquí por favor. ¿A quién le gustaría que lo tratasen de esa manera? ¿Verdad que a nadie? A Jesus tampoco le gusto que lo trataran así, sin embargo, estuvo dispuesto a sufrir ese trato por causa de los suyos, y no solo eso, sino que estuvo dispuesto a darles todo lo que necesitaban. ¿Y qué era lo que en aquel tiempo la gente necesitaba? Sigamos leyendo el versículo 4:

“Verdaderamente nuestras enfermedades fueron las que él mismo llevó; y en cuanto a nuestros dolores, él los cargó”.

Así que dentro de las cosas que la gente necesitaba, estaba el que la gente enferma se curara. En aquel tiempo había enfermedades que por más que la gente se tratara, simplemente no tenían cura. Pero Jesus, movido por la compasión, curó a machismos personas. Sin importar el trato que le dieron estuvo dispuesto a dar lo que la gente necesitaba. El sufrimiento ajeno le compadecía y eso lo impulsaba a ayudar. Por eso se dice que el llevo o cargo con sus dolores.

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