Cultura Cristiana.

El tema a tratar tal vez llame la atención a muchos: “La Dignidad Humana”. ¿Qué más se puede decir sobre este título?

Encuentro que la mejor forma de iniciar este ensayo es teniendo claro el concepto tan grande que abarca el termino dignidad humana. El término dignidad tiene como concepto algo que es valioso, lo que es estimado o considerado por sí mismo, y no en función de otra cosa. La dignidad humana radica en el valor interno e insustituible que le corresponde a las personas en razón de su ser, no por ciertos rendimientos que prestara ni por otros fines distintos de sí mismo.

La persona vale por lo que el mismo es, por su ser, nace en ella misma, en su ser persona. De aquí se crea todos los derechos humanos y la igualdad en cuanto ser de hombre y mujer.

Las diferencias físicas, raciales y culturales no pueden ser motivo para excluir a nadie ni tener un trato diferente, ya que a pesar de esas diferencias, que verdaderamente son enriquecedoras, somos iguales en dignidad.

La dignidad humana es la razón por la que no podemos tratar a las personas de cualquier manera como cosas o animales. El humano es un ser consciente, racional y libre, y, por eso mismo, es también un ser social, que sólo en la compañía de sus semejantes encuentra las condiciones aptas para lograr el desarrollo de su conciencia, racionalidad y libertad, características que lo distinguen de los otros animales. Y precisamente debido a esto, el hombre cuenta con derechos inalienables y deberes morales, mientras el animal sólo tiene instintos y hábitos. De ese conjunto de condiciones que caracterizan a la persona humana, resulta la misma dignidad absoluta y la misma igualdad esencial para todos los hombres, sin importar su color de piel, situación socioeconómica, religión o cultura, entre otras.

La dignidad propia de ser humano es un valor singular que fácilmente puede reconocerse. Se puede descubrir en nosotros o se puede ver reflejado en los demás. Pero muy importante tener claro que ni podemos otorgarlo ni está en nuestra mano retirárselo a alguien.

Se puede tomar en cuenta que de la dignidad se derivan otros principios en torno al bien-ser, como ejemplo, el principio del respeto trata de que en toda acción (e intención), en todo fin y en todo medio, por lo cual se tiene que tener presente la famosa “regla de oro”, se debe tratar siempre a cada persona como a ti mismo, en otras palabras más conocidas, no hagas lo que no te gustaría que te hicieran a ti.

En la búsqueda del bien-hacer, se sustentará en la profesionalidad y en el principio de integridad, que buscan que el comportamiento en todo momento debe ser con la honestidad de un auténtico profesional, tomando todas las decisiones con el respeto que debes de tenerte a ti mismo, de tal manera que te hagas así merecedor de vivir con plenitud tu profesión. En todas y en cada una de tus acciones, evita dañar a los otros y procura siempre el bienestar de los demás.

Por lo expresado hasta este momento me atrevo a preguntar: ¿Tiene sentido que se hable de dignidad en un mundo deshumanizado? Una sociedad que en la actualidad ha transformado lo social en algo individual. Un mundo donde la dignidad pareciera ser un “comodín” que se emplea.

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