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EL LIBRO DE JONAS

deyreli3 de Octubre de 2014

9.218 Palabras (37 Páginas)198 Visitas

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El Irrevocable

Llamamiento

De Dios

Br. Francisco Gutiérrez

Introducción

Leyendo el libro de Jonás, nos damos cuenta de muchas cosas que nos ayudan a crecer en nuestra vida espiritual. Pero más de eso, se encuentran dos cosas que son por las cuales se escribe este folleto. Primero, Dios cuando llama a alguien a cumplir una misión, lo hace porque lo hace; va o va; aquel individuo. Y segundo, Dios no revoca credenciales ministeriales, sus dones y su llamamiento son irrevocables. Si por alguna razón el individuo cayera en desobediencia y fuera al lado opuesto, pero que estando en esa situación se volverá a Dios, Dios lo perdonara, lo consuela y le da una segunda oportunidad reintegrándolo a la misión encomendada antes.

A través de todo el libro de Jonás, se lee como Jonás desobedece, huyendo de la responsabilidad encomendada por Dios, en lado opuesto; y como Dios lo pasó por un proceso disciplinario, pero que a través de ese proceso él lo vuelve a integrar a la misión que le había encomendado.

Para entender la enseñanza escrita en este pequeño estudio, es muy necesario que el lector lea primero la cita del libro que vamos a estudiar. Esto es Jonás. Pues este estudio este explicado y escrito versículo, por versículo. ¡Bendiciones Hermano!

Br. Francisco Gutiérrez

EL IRREVOCABLE LLAMAMIENTO DE DIOS

TOMADO DEL LIBRO DE JONÁS

Esta es la historia de la ciudad de Nínive, a quien Jonás fue enviado a predicar, pero Jonás no compartía con Dios esa idea. Al contrario, deseaba que Dios la destruyera. Por eso hace que los resultados sean incomprensibles e inesperados. Pero Nínive, una ciudad pagana y símbolo de crueldad, escucho la voz de Dios en el mensaje de juicio que predico el profeta, y sin pretensión alguna se arrepintieron sus habitantes en ayuno y oración. Cuando Dios vio y oyó, la oración y actitud de ellos les mostro su gracia, redención y perdón arrepintiéndose así de destruir a aquella ciudad pagana. El libro de Jonás nos enseña que a pesar de nuestros conceptos precurribidos y la opinión que podamos tener de otros, Dios muestra su gracia, perdón y redención a quienes se arrepienten y se vuelven de corazón a Él.

Capítulo I

Dios Comisiona a Jonás

Capítulo 1: 1-2

Algunos nombres no hacen justicia a quienes lo llevan, Jonás es uno de ello. Ya que su nombre significa “Paloma”, pero sin espíritu y rebeldía y desobediencia fue una negación a su nombre. Dios no escogió a Jonás porque fuera la persona más indicada o conveniente para esa misión, sino porque Jonás era su siervo y él quiso usarlo para esa misión foránea. Dios le dijo a Jonás “levántate”; es decir, ponte en acción. La comodidad y el descanso no evidencian el llamado de Dio. Dios no le dio alternativa a Jonás sino un mandato determinante y claro “ve a Nínive” Nínive era la capital de los peores enemigos de la nación de Israelita en este tiempo. Los asirios eran inhumanos y crueles en el trato de sus enemigos, Nahun el profeta describe esta crueldad unos 150 años más tarde (Nahun 3:1-4). Los asirios atacaban a sus enemigos con estacas en el cuello, los pelaban vivos como un marrano, y luego los exhibían al público para infundir terror. Después de exhibirlos los decapitaban y sus cabezas las recogían en costales y las llevaban a un magistrado para que las contara y así saber a cuantos habían matado.

Jonás no fue enviado a una nación mansa y humilde, sino a la rebelde Nínive. Y fue el primer profeta enviado a predicar a una misión foránea. Jonás no fue enviado a Nínive, como un sociólogo, biólogo, antropólogo o ingeniero, él fue enviado por Dios a predicar juicio. Así que en este libro se demuestra el interés de Dios a otra nación fuera del pacto, aunque dentro de la promesa hecha a Abraham. Pues dice: “en ti serán benditas todas las naciones o familias de la tierra” (Génesis 12:3).

Capítulo 1:3

Todo llamado de Dios requiere una respuesta, Jonás oyó la voz de Dios y se levantó pero para ir en dirección opuesta a la voluntad de Dios. La frase “para huir de la presencia de Dios” nos confronta con el problema del llamamiento irrevocable de Dios en el (v.9) se ve que Jonás no intentaba escapar de la presencia de Dios, sino de los límites de su voluntad para él, encontró fácil aceptar el hecho que Dios seria amoroso con Nínive, cuando él sabía que ellos merecían ser castigados por su rebeldía. La intención de Jonás era eludir el llamado de Dios, sin embargo, debemos entender que el llamado de Dios es irrevocable. Nadie puede huir, o escaparse del llamamiento divino. Si hemos aceptado el llamado de Dios a la salvación, somos suyos, él tiene todo el derecho de utilizarnos cuando y como mejor le parezca o lo desee. La rebeldía y negación de Jonás no cancelaron su llamado. Jonás no podía hacer nada para que Dios cambiara su propósito de salvar a Nínive y de utilizarlo a él en el proceso. Dios pudo buscar a otro, pero determino que fuese Jonás, obligar a Jonás no fue un castigo sino un acto de misericordia. A nosotros Cristo nos llama a cumplir una misión mucho mayor que la de Jonás: “id, por todo el mundo y predicar el evangelio”.

Capítulo 1: 4-5

Algunas veces los descansos se hacen peligrosos. La actitud tomada por Jonás al entrar en el barco V5, nos recuerda de los rótulos que los huéspedes colocan en la puerta de sus recamaras en algunos hoteles (“por favor no interrumpa, no molesten”). Jonás pensó que se había salido con la suya, pero Dios lo estaba esperando en el mar. La lección que aquí aprendemos y no debemos de olvidar nunca, es que el mismo Jonás fue el que provocó la tormenta en el mar y que puso en peligro la nave en donde viajaban. De manera que quien se aleja de la voluntad de Dios, tarde o temprano se encontrará con algunas tormentas en la vida, en el hogar, en el trabajo o en el campo de su vida. Muchas de las tormentas que nos azotan en nuestra vida son permitidas por la voluntad de Dios con el fin de llamarnos la atención. Ante la actitud indiferente de Jonás al entrar en la nave, Dios lo comienza a sacudir de la comodidad en que se encontraba y lo llama a recapacitar. Tanto la tormenta como el pez que lo esperaba fueron instrumentos que Dios usó para rescatar del estado indiferente en que se encontraba su siervo Jonás, sino también a los marineros. Ellos estaban acostumbrados a las tormentas y vientos en el mar, pero el viento repentino y severo de esta ocasión les infunde pánico. Una segunda lección que aquí se aprende es, que el medio puede hacer religioso a cualquier persona. Pues vemos que los marineros que no profesaban ninguna religión y eran paganos, se unieron e hicieron un culto ecuménico de oración, en el cual cada uno clamó a su santo de devoción, ellos eran de diferentes nacionalidades, pero el mar continuaba embravecido, después de orar arrojaron la carga al mar para aligerar la nave. Recordemos que la oración unida con un solo propósito y a un mismo Dios se puede lograr buenos resultados.

Capítulo 1:6-8

Muchas veces necesitamos de una buena sacudida en nuestra vida. Dios sacudió la embarcación en donde iba su siervo, sin importarle lo que sufrieran el resto de la tripulación. La Iglesia no puede estar indiferente mientras el mundo es imbatido por las por las tormentas ocasionadas por causa de su rebeldía y desobediencia. Jonás dormía indiferente al peligro de los demás, pero Dios despierta a Jonás por medio del Capitán de la nave. Recordemos que el Capitán era pagano. Pero este llama al siervo de Dios y le dice: “Que tienes dormilón, levántate y clama a tu Dios” pero la falta de respuesta a su oración y el arrecio de la tormenta severa hicieron que los marinos pensaran que alguien en el barco le había faltado a su dios. Las cuatro preguntas que los marinos hicieron según el versículo 8 fueron con el propósito de descubrir quién era este hombre, y así clasificar la decisión de la suerte. Esto determinaría si valdría la pena luchar por salvar la vida o no.

Capítulo 1:9-10

En estos versículos, Jonás hace una confesión que sin duda alguna espanta a los a marineros, “Soy hebreo” era el término en que las naciones conocían al pueblo de Dios, Israel. Luego Jonás declara su fe en el Dios Altísimo, “Temo a Jehová” era indispensable la confesión de Jonás, y su fe que profesaba en el Dios de quien estaba huyendo. Jonás explica a los marineros que trataba de huir de la presencia de este Dios. Qué triste es cuando un cristiano tenga que confesar ante un inconverso incrédulo, y que el incrédulo tenga que llamarle la atención al creyente que está actuando contra de lo que profesa.

Capítulo 1: 11-13

Por fin Jonás acepta su falta y responsabilidad delate de los marineros y les dice que hace con él. Los marineros al darse cuenta que no estaban tratando con un criminal empedernido, sino con alguien que ha quebrantado la ley de su Dios, decidieron hacer lo que para ellos era práctico y debido, satisfacer a la deidad enojada pero de la manera más correcta, pues no querían ofender al Dios de Jonás. Pero ya Jonás había aceptado su culpa y que la única manera de calmar la tormenta era echarlo al mar, él les dice: “Tomadme y echadme al mar, y el mar se os aquietará; porque yo sé que por mi causa ha venido esta gran tempestad sobre vosotros” (v. 12), Jonás era consciente que por su culpa o desobediencia, la vida de los demás

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