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EL PROBLEMA DEL PECADO EN LA VIDA DEL HOMBRE

ruben11111111111Ensayo7 de Septiembre de 2015

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29/08/2105

Funibautista.

Ruben Dario Laurido Arce.

Profesor: Mag. Gustavo Sanchez Gutierrez.

EL PROBLEMA DEL PECADO EN LA VIDA DEL HOMBRE

El problema del pecado en la vida del hombre nos lleva a revisar sus inicios, ya sea a través de las sagradas escrituras, o partiendo de teorías filosóficas, y  evolucionistas que de alguna forma tratan de dar una respuesta a este conflicto reflexivo.

No podemos negar que entre las diferentes bases para tratar de esclarecer el problema del pecado en el ser humano, lo más viable son los textos bíblicos, específicamente los relatos del génesis, respecto a la caída del hombre en  el huerto del edén. Y es sobre esta base que muchos han trabajado, construyendo teorías aplicando sus propias concepciones  de la creación (generalmente ablando).

ORIGEN DEL PECADO

Vale la pena ir un poco más atrás de la caída del hombre, y revisar el pecado de los ángeles en el reino de Dios, descubriendo un origen del pecado pre-humano sin que necesariamente demos por sentada la ponencia de Orígenes  quien dice: “las almas pecaron antes de que nacieran”.

Aunque la biblia no da mucha información sobre esto, hay algunos pocos pasajes que nos permiten tener alguna noción de la originalidad del pecado. Es eferente a esto que Luis Berkhof en su teología sistemática afirma que [1]el origen del pecado fue angelical según (Judas 1:6) donde dice que los ángeles caídos “no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada”. Según Berkhof el pecado de los ángeles consistió en el querer ser iguales a Dios, lo cual explica por qué tentaron al hombre, dando por cierto que el origen del pecado como tal fue angelical, pero que el ser humano tomó la decisión de querer ser como Dios infringiendo el mandato del mismo, transmitiendo a su descendencia no una naturaleza pecaminosa, sino un contagio a la voluntad del ser humano, lo que se manifiesta como incapacidad espiritual.

Frente a esta ponencia, Pelágio no toma en cuenta el pecado angelical sino que parte desde el ser humano y la voluntad del mismo afirmando que [2]la liberta de voluntad es poder absoluto en todo lugar y a cada momento. De escoger entre lo bueno y lo malo, entre ser santo y ser impío y que todo lo que no caiga en el poder absoluto no puede tener un carácter moral, y no podría considerarse pecado.  En otras palabra lo que dice Pelágio es que en Adán no se había desarrollado la perfecta libertad de voluntad con lo que argumenta que “tal pecado original no existe” y por ende ninguna corrupción hereditaria. Afirmando como absoluto que cada hombre viene al mundo en el mismo estado en que Adán fue creado (limpio, santo, libre de todo pecado), y que el pecado se origina en cada individuo.

Estas posturas son muy interesantes, ya que desde diferentes  aspectos tratan de mostrar por un lado, el origen del pecado original y por el otro, la no existencia de tal pecado original, entendiéndolo  como un consecuente hereditario. Lo que debería llevarnos a pensar en él porque   nuestro cristianismo actual, el pecado es visto como algo inherente del ser humano, y a preguntarnos si en verdad tenemos una naturaleza pecaminosa o simplemente fue un contagio a la voluntad del ser humano que se manifiesta en su incapacidad espiritual.

¿NESCESITAMOS SER LIBRES DE PACADO?

 

Otra de las cosas en las que se ha trabajado referente al pecado es en la necesidad de ser libertados de pecado, esto partiendo de la transgresión del primer hombre sobre la tierra.

Según los planteamientos de Pelágio, [3]si una persona haciendo uso de su libre voluntad, decide hacer lo que le agrada a Dios desde que tiene uso de razón, no necesita ser redimido de ningún pecado. Debido a que el pecado de Adán no le afecta en lo absoluto y por tanto no necesita redención. A lo Agustín  responde haciendo una objeción, y argumentando que si Pelágio estuviera en lo cierto,  [4]el sacrificio de Jesús no habría tenido sentido, pues parte de su misión como hijo de Dios fue morir por nuestros pecados, en los cuales dice el apóstol pablo en su carta a los romanos “estábamos presos” y que es necesaria una emancipación del ser humano, y que esta solo puede darse por medio de Jesucristo.

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