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EL TEMOR DE DIOS


Enviado por   •  13 de Diciembre de 2012  •  2.028 Palabras (9 Páginas)  •  958 Visitas

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El Temor de Dios

Introducción

La Biblia nos exhorta, a través de muchas escrituras tanto en el AT como en el NT, a andar en el temor de Dios. Sin embargo, la enseñanza sobre el temor de Dios es una de las que menos se predica en nuestras iglesias hoy en día. El concepto del “Temor de Dios” puede sonar contradictorio con la idea de un Dios amoroso y misericordioso. Sin embargo, veremos a través de este mensaje que el temor de Dios es esencial para tener un concepto apropiado de Dios, para vivir de una manera digna del Señor y para disfrutar plenamente de la libertad y la vida abundante que Cristo nos ofrece.

El temor de Dios en al AT

• Éx. 19:1-25; 20:18-20

Después de haberlos liberado de la esclavitud en Egipto, Dios se reveló al pueblo de Israel de una manera majestuosa, porque quería crear en ellos una impresión permanente, una sensación imborrable de Su majestad y poder. Dios quería enseñarle a Su pueblo a temerle, a servirle y obedecerle con temor y reverencia, y apartarse del pecado.

• Dt. 5:22-27

Los israelitas entendieron lo que era el temor de Dios. No mostraron presunción ni orgullo. Ellos entendieron que Dios es digno de ser temido y obedecido, y que aún sus propias vidas dependían de la misericordia de Dios.

• Dt. 5:28-33; 6:1-3

Dios no es egoísta ni cruel. Aquí se demuestra lo que está en el corazón de Dios: El desea que le temamos y le reverenciemos para nuestro propio bien.

• Dt. 6:13-15, 7:6-11

Es importante que tengamos un concepto apropiado y equilibrado de Dios. Dios es amoroso y bueno, pero también es un Dios santo, que odia el pecado. Dios nos ama tanto, que nos cela como un esposo a su esposa. El no desea que le seamos infieles.

Es importante para nosotros saber que Dios tiene todo poder para bendecirnos, pero también tiene el poder para juzgar y castigar al que hace lo malo. UN CONCEPTO EQUIVOCADO DE DIOS ES PELIGROSO.

¿Qué es el temor de Dios?

El temor de Dios es una actitud de reverencia y respeto hacia Dios, que pasa progresivamente por las siguientes etapas:

• Una conciencia de que Dios es el dueño de nuestras almas, y tiene el poder de otorgarnos la salvación eterna o condenarnos eternamente en el infierno. Aunque la motivación que genera este temor es completamente egoísta, es preferible a no tener ningún temor de Dios

• Una conciencia de que Dios está permanentemente mirando todo lo que pensamos, decimos y hacemos, y que El tiene el poder para premiarnos o castigarnos de acuerdo a nuestra conducta; lo cual nos debería motivar a ser cuidadosos y apartarnos del mal

• Un deseo consciente y permanente de agradar a Dios en todo lo que hacemos y no ofender Su santidad

• Un reconocimiento humilde de que El es Dios y nosotros somos Sus criaturas, y por lo tanto, El es digno de ser temido y reverenciado

El temor de Dios expresado en la conducta diaria

Cuando Dios se manifestó al pueblo de Israel, les dio leyes para que pudieran expresar el temor de Dios en su conducta diaria.

• Lv. 18:1-5; 19:1-4, 11-18, 30-37;

La expresión “Yo Jehová” implicaba “Yo soy su Dios y a mi deben temer”.

• Pr. 15:16; 22:4

Muchas otras escrituras nos enseñan principios que llevan implícita una conducta de temor de Dios.

El temor de Dios en otras escrituras

• Pr. 8:13

El temor de Dios es aborrecer el mal. Dios no desea que simplemente seamos indiferentes ante el mal, y mucho menos que guardemos en nuestro corazón una atracción íntima hacia el pecado. Lo que Dios desea es producir en nuestros corazones un aborrecimiento profundo hacia el pecado y un amor por hacer lo bueno.

Por ejemplo: de nada vale que Ud. se cohíba de ver material pornográfico, si en su interior todavía está anhelando verlo y lamentándose porque no “puede” verlo porque es “cristiano”. ¡Lo mismo se puede aplicar a cualquier otro pecado que pueda imaginar!

• Job 28:28; Pr. 1:7, 9:10

El temor de Dios es sabiduría. La sabiduría nos llevará a ser precavidos y evitar meternos en situaciones que puedan inducirnos a pecar. No debemos tentar al Señor, ni sobre-estimarnos y abusar de Su gracia.

Por ejemplo: si Ud. tiene un problema con la bebida, lo más sabio será que no frecuente lugares donde sea tentado a ingerir licor. Si Ud. es un hombre, y tiene debilidad en el área de la codicia, no sería sabio que procurara estar sólo en compañía femenina.

• Pr. 14:26-27

El temor de Dios trae confianza y seguridad a los que andan en integridad. ¡El temor de Dios es fuente de vida porque trae verdadera libertad!

Aquellos que son carnales creen que la libertad consiste en poder dar “rienda suelta a la carne” y hacer lo que nos venga en gana. Pero el cristiano que es espiritual entiende que la verdadera libertad consiste en ser libres del pecado para poder hacer lo bueno. ¡No se necesita ser libre para hacer lo malo, ya el pecado es parte de nuestra naturaleza caída! Para esto fue que Cristo murió por nosotros, para liberarnos de la esclavitud del pecado y que pudiéramos vivir haciendo lo bueno agradando a Dios.

Hay cristianos que asocian “santidad” con “legalismo”. ¡Eso es trágico! Hay cristianos que piensan que ser libres significa “acercarse al mundo lo más posible sin pecar”. Usted los reconoce porque los oye elaborando unos argumentos muy bien razonados para justificar su conducta carnal. Puede ser que esas personas no vayan al infierno, pero lo triste es que sus conciencias se endurecen cada vez más al Espíritu Santo, y sus vidas son espiritualmente superficiales, sin poder, y permanecen derrotados y atados al pecado. Se pierden de lo mejor de Dios porque todavía aman su pecado. ¡Y después se sorprenden cuando les viene toda clase de problemas y tribulaciones!

Ya hay demasiados esclavos

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