EL TEMPERAMENTO
kattyt5718 de Febrero de 2015
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El Temperamento, el Carácter y la Personalidad
El temperamento
Es la combinación de rasgos con los cuales nacemos e incluye fortalezas y debilidades.
El carácter
Es el verdadero “Yo” (1 Pedro 3:4), implica la mente, las emociones y la voluntad influenciadas por nuestras experiencias, nuestra educación, creencias, etc.
La personalidad
Es lo que perciben los demás, la exteriorización de nuestro yo (no siempre es auténtica).
Gálatas 5.22-23: Este pasaje muestra un temperamento lleno del Espíritu Santo, que tiene nueve características que Jesucristo manifestó. Esta es la Voluntad de Dios para nuestras vidas que, aunque conservemos nuestros rasgos naturales, no seamos dominados por nuestra debilidad.
El fruto del Espíritu es:
AMOR, GOZO, PAZ, PACIENCIA, FE, BENIGNIDAD, BONDAD, MANSEDUMBRE, TEMPLANZA.
Nuestro carácter debe ir cediendo para dar lugar al carácter de Cristo.
Tengamos presente esto:
TENEMOS UN CARÁCTER PRESENTE Y EL ESPÍRITU SANTO LO IRÁ TRANSFORMANDO HASTA LLEGAR A LA META: SER COMO CRISTO. (Filipenses 3: 12-14 - Efesios 4:13)
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Mientras somos transformados
Debemos aceptar nuestro temperamento actual así como Dios nos acepta. Nosotros también debemos aceptarnos con las siguientes salvedades:
• No para justificarnos: diciendo “así soy yo, Dios es el que me va a cambiar”.
• No para condenarnos, ni para acomplejarnos. Sabiendo que el que comenzó la buena obra en nosotros, la perfeccionará.
• Más bien aceptando nuestra realidad para que a la luz del Espíritu Santo veamos aquellos aspectos que Dios quiere modificar.
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Somos diferentes
Teniendo presente que somos diferentes. Aunque parezca obvio, es de mucha ayuda tener conciencia de esto. Consideremos lo siguiente:
• Dios es mi Hacedor. Él nos ha dado dones diferentes a los de nuestro prójimo. Aceptémonos sin complejos ni soberbias, también a nuestros semejantes, sin esperar que sean iguales a nosotros (esposos, hijos, familiares, hermanos en la fe, etc.).
• Ejemplos de distintas formas de ser: encontramos diversidad de caracteres, mencionaremos cuatro posibilidades: el introvertido, sumamente introvertido, el extrovertido y el super extrovertido.
Es muy probable que nos identifiquemos con algunos de estos o seamos una mezcla de varios, pero lo realmente importante, es que Dios hará que algunas características permanezcan y crezcan y otras sean cambiadas por la obra del Espíritu Santo.
Debemos estar abiertos para reconocer nuestros errores y arrepentirnos cuando Dios nos hable. Juan 12:24 nos habla de cómo la semilla muere para desarrollar el fruto. Nuestro yo irá desapareciendo para dar lugar a la vida de Cristo en mí. El Espíritu Santo crecerá y nosotros menguaremos dando lugar al Espíritu Santo que prevalecerá sobre nuestra personalidad. Las debilidades de nuestra vieja naturaleza y que son un estorbo para Dios serán modificadas con el fin de hacernos aptos para la obra. No es simplemente que he abandonado un vicio sino que en mí se manifiesta una nueva forma de vivir.
Siempre contaré con la ayuda del Espíritu Santo para consolarme y enseñarme actuando sobre mi conciencia.
Existen casos donde la conciencia se ha cauterizado (Hebreos 3:7).
Debemos autoexaminarnos (Salmo 66:18); ver nuestras debilidades como pecado (1 Juan 1:9); y pedirle a Dios, ser llenos del Espíritu Santo.
2 Corintios 10:4-5 nos dice que llevemos todo pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo y enfrentemos con la Palabra de Dios las mentiras de Satanás que quiere que pensemos que no podremos cambiar.
Filipenses 4:13 dice que: “Todo
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