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Edu Fisica


Enviado por   •  1 de Octubre de 2011  •  1.716 Palabras (7 Páginas)  •  519 Visitas

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Se dice con mucha frecuencia, que la educación es una tarea conjunta entre padres y profesores. En realidad, intervienen muchos más elementos: familiares, entorno, medios de comunicación,…etc. También es una tarea inacabada, dura toda la vida. En algunas culturas, hace falta una tribu, para educar a un solo individuo. Pero, ¿qué ocurre en nuestra sociedad en educación?

Quienes tienen la responsabilidad de educar a sus hijos son los padres. Algunos padres, eludirán esta difícil tarea, argumentando además de tener poco tiempo, no estar capacitados; ellos no fueron al colegio, instituto o universidad, y los que sí tienen una formación adecuada, están muy ocupados, dado que ambos trabajan y casi no les queda tiempo para estar con sus hijos; mucho menos para educarlos, con lo que ello supone de esfuerzo, paciencia, disciplina, perseverancia…

En fin, no están dispuestos a renunciar a su ritmo de vida, ni valoran el “sacrificio” como una cualidad; a diferencia de la generación anterior, que ya en su condición de abuelos, son los que en muchos casos, cuidan y “educan”, a sus nietos, desposeídos de la energía de antaño y con unos niveles de exigencia y permisividad desajustados; además, en algunas ocasiones, lejos de obtener el agradecimiento y reconocimiento de sus hijos, son el blanco de críticas, desaprobaciones en público, incluso delante de sus nietos, con lo que quedan desautorizados ante los mismos, en próximas actuaciones, por lo que eligen “pasar”, no mostrando la firmeza y convicción que las situaciones exigen , en la relación con sus nietos.

Si a esto le añadimos, su necesidad de afecto, nos encontramos a niños capaces de manipular, someter, amenazar a adultos, en edades muy tempranas: “Se lo voy a decir a mi madre cuando venga, ahora mismo la llamo, te va a regañar, te va a echar…”, esto último lo suelen decir a cuidadoras.

Hay otros niños, que han tenido la fortuna de ser atendidos por unos padres, abuelos, cuidadoras, conscientes de la importancia de la educación en los primeros años, a quienes todos deberíamos mostrarnos agradecidos.

Así, cuando algunos niños llegan a educación infantil, a sus tres añitos, arrastran un historial de éxitos en sus “batallitas”, con los adultos, más vulnerables.

Por no hablar de los intentos de manipulación a sus padres, especialmente a la madre, que algo culpabilizada por no haber podido darle toda la atención y afecto sincero que siente, no duda en compensar a su “indefenso tesoro” con todo tipo de juguetitos, para así, hacer un poco más feliz a su hijito del alma, por quién daría la vida , estaría dispuesta a matar, mucho más a abroncar a cuidadoras, abuelos, que sufren pacientemente , al pequeño aprendiz de tirano, mimado y consentido por su “mami”; el padre para no ser menos, y porque a su hijo no le falte de “na”, no dudará en obsequiarle con todo tipo de artilugios, de última generación.

A edad muy temprana, algunos niños, están tan saciados, que no saben qué hacer para llamar la atención. Su frase favorita suele ser: “me aburro” “jo, qué asco”. Es evidente, que han conseguido todo, a cambio de nada. Los abuelos y demás cuidadores, le han puesto la “tele” para poder descansar de ellos, y se han tragado todo tipo de programas, de la llamada “telebasura”, con unos modelos a imitar, no precisamente adecuados su edad, de los que banalizan la violencia…

Sus padres no tardan en regalar a cambio de nada, repito, video consolas, móviles, ordenadores con jueguecitos nada educativos, invitación a la violencia, cuando no a visitar al oculista, dada la enorme cantidad de horas que pasan inactivos, fijando la vista en estos aparatos…

Podríamos seguir hablando, de los “tics”, gestuales y expresivos, que desarrollan, ante los juegos cibernéticos; diálogos agresivos, golpes, insultos…, que se ponen de manifiesto, cuando no obtienen lo que desean, evidenciando su escasísima resistencia a la frustración, ya que como todo lo han conseguido a cambio de nada, no valoran esfuerzo alguno.

El portarse bien, no les aporta beneficio inmediato, por lo que no están acostumbrados a aplazar la gratificación, ni a regular o controlar sus emociones, ni su comportamiento. Luego esos tics, que nadie ha corregido, no vayamos a darle un mal rato, al rey de la casa, en ocasiones, con el tiempo, se convierten en trastornos de conductas y personalidad, impulsividad exagerada, que entra en conflicto con el entorno escolar, donde el niño, está obligado a convivir con los demás, a respetar unas normas, a tener unos límites…

La madre agobiada porque a su hijo no lo entienden en el colegio, habla de la ineptitud de los docentes, que no saben adaptarse a su “prenda”, reforzando el comportamiento inadaptado de su hijo, haciéndole un flaco favor; al buscar la responsabilidad en el exterior, contribuye a perpetuar el problema.

No estamos hablando del síndrome de déficit de atención e hiperactividad, que según algunos investigadores, obedecen a causas biológicas, debido a un funcionamiento inadecuado de dos neurotransmisores. No, nos estamos refiriendo a niños, que centran

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