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Hijos de la intimidad, resumen y conclusiones


Enviado por   •  25 de Mayo de 2018  •  Apuntes  •  7.294 Palabras (30 Páginas)  •  2.066 Visitas

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TRABAJO PRÁCTICO

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Alumno: Ian Cardenas

Profesor: Mariano Sennewald

Materia: Ministerial 1, “Principio de Alabanza y Adoración”

Carrera: Adoración

Martes 19:00hs, Año 2017


Capítulo 1: HIJOS DE LA INTIMIDAD

Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas”. Desde que éramos del tamaño de un grano de arroz ya éramos vistos por el Padre. Somos frutos del amor de Dios. Somos una generación de hijos de la intimidad que portan la naturaleza de su Padre. Esa es nuestra esencia. La gloria del Padre, es ver Su naturaleza en los hijos.

Hijos de la religión o hijos de la intimidad. Dios está haciendo nacer a una generación que son hijos de la intimidad. Cuando los conoces no puedes identificarlos con la tradición religiosa, sino con la naturaleza del Padre. La gloria del Padre hace que te parezcas a Él. Necesitamos hijos que puedan decir como Jesús: y el que me ve, ve al que me envió. La creación gime por la manifestación de los hijos de Dios (Romanos 8:19).

Tenemos muchos hijos de costumbres y tradiciones religiosas, que necesitan volver a nacer del amor. Las denominaciones no son importantes, pero cuando éstas determinan nuestra identidad y no la naturaleza del Padre, estamos en problemas. Hoy la iglesia necesita redefinir su identidad, debemos volver juntos a nuestra esencia, que es el regazo del Padre y desde ese lugar unirnos para derribar los muros que nos han separado por siglos. La iglesia es la gran idea de Dios que ha nacido del amor eterno de Jesús por nosotros. El mundo quiere ver el amor, el carácter, el poder y la gloria de Dios vivo a través de tus toques, palabras, abrazos y señales

Nacido de arriba. El ADN de Jesús es Divino, todo en Él es una expresión del Reino que no puede ser dividido. Hay una sola fuente capaz de dar a una luz un hombre así: Dios. Estar dispuestos a perder la posición, reputación y control es el primer paso de aquellos que anhelan dejar ser hijos de religión y transformarse en hijos del Espíritu. De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. La palabra original para “de nuevo” también implica “de arriba”

No podemos cumplir el propósito de Dios ni ver Su Reino si no sabemos quiénes somos y a donde pertenecemos. Somos una generación nacida “de arriba”, del corazón del Padre, del fruto del amor entre Cristo y Su Iglesia. No hemos nacido “de abajo, de la tierra. Los hijos de Dios fueron un deseo del Eterno y son hijos del secreto

Hijos del Espíritu. Cuando Dios pone una inquietud en tu corazón es porque Él quiere darte una revelación. (Juan 3:4-6)Para nacer de nuevo hay que morir primero. Cuando Dios te llama matar algo en tu vida, es que Él quiere traer a luz algo mucho más glorioso. Dios está llamando a Su pueblo al amor íntimo. Podemos ver a la Amada del Señor responder a tal atractiva invitación de forma radical y apasionada. De esta pasión nacerá una generación de hijo de la intimidad.


Conclusión

HIJOS DE LA INTIMIDAD

Somos escogidos por Dios desde el vientre de nuestra madre. Y portamos la naturaleza de nuestros padres, pero cuando empezamos a vernos como Hijos de Dios, portamos la naturaleza del Padre. La gloria del Padre, es ver Su naturaleza en los hijos.

Los hijos de la intimidad los puedes identificar por la naturaleza del Padre y la gloria del Padre hace que nos parezcamos más a Él. Y al parecernos a Él, hace que los demás vean el amor, el carácter, el poder y la gloria de Dios a través de nosotros, los hijos de la intimidad. Tenemos el ADN del Cielo, somos nacidos de arriba. Cuando empezamos a dejar la religiosidad y somos transformados por Dios (nacer de nuevo), seremos hijos del Espíritu y tendremos revelación del Cielos y del corazón del Padre.


Capítulo 2: HIJOS DEL VIENTO

Los hijos del viento son aquellos “invisibles” que son movidos por el Espíritu, impredecibles para el sistema natural, pero que se hacen sentir y todo lo que tocan sanan. Dios está soplando a estos portadores de aliento de vida sobre la tierra desde Su propia boca (Juan 3:6). El viento representa una generación de invisibles, que no les interesa tanto ser vistos pero si se hacen sentir. No pueden ser controlados ni atrapados en sistemas humanos y religiosos. Son movidos y dirigidos por el Espíritu Santo

Invisibles e impredecibles. El viento no se ve, pero se oye. Así son los hijos de la intimidad. Tienen un sonido. No están tan preocupados por el reconocimiento del sistema, pero tienen una voz profética que es clara y poderosa para estos tiempos. Esta voz se manifiesta a través de canciones, libros, mensajes y proyectos. Un viento fresco está soplando sobre las naciones. Son los invisibles, cuando quieras verlos solo veras al Espíritu en ellos. Los hijos de la intimidas son “impredecibles”. Esta es la antítesis de la religiosidad que trabaja arduamente para hacer a los hijos de Dios predecibles. Todo tiene que estar controlado y estructurado. La religiosidad produce temor a lo nuevo. Los hijos del viento son impredecibles. Son guiados y movidos por Dios en todo.

Movidos por el Espíritu. Todos los cambios que produzcan en este tiempo deben acercarse a una vida llena y movida por el Espíritu Santo. La iglesia sin el gobierno del Espíritu son ladrillos y personas hondonadas. Ser lleno del Espíritu es una experiencia, ser guiado y movido por el espíritu es un proceso, un estilo de vida. Él no sólo quiere llenar, también quiere dirigirte. No sólo quiere darte un culto glorioso, Su propósito es que vivas una vida gloriosa. Un hijo del viento es conducido en su diario andar por la voluntad del Espíritu. Cuándo el Espíritu y a la vida de una persona la conduce constantemente a la voluntad del Padre. El de el que toma y determina tus movimientos. Inclina tus actos hacia la devoción con Dios y la extensión de Su Reino. Ya no puedes moverte a tu manera sino que es Él quién te direcciona en todo.

Un guante en las manos de Dios. Nosotros somos los guantes, Dios es la mano. Si Él nos toma, ya no podremos hacer lo que queremos, Él nos poseerá por completo, nos moverá y nuestra vida estará controlada por su Espíritu. El guante tiene la forma de la mano. Nosotros tenemos la forma de Dios, fuimos creados conforme a Su imagen y semejanza. Los hijos del viento son guantes en las manos de Dios. Dios quiere que tomemos su forma y esto solo puede suceder cuando nos toma el Espíritu. Dios desea determinar nuestros movimientos. El anhela que seamos uno con Él.

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