Humanismo E Ilustración
Graciela09822 de Enero de 2014
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La palabra humanismo proviene del latín, humanistas, humanidad, naturaleza humana (en Cicerón, cultura del espíritu, en un sentido semejante al de paideia en griego), o bien de humanos, (lo que concierne al hombre). En general, toda doctrina que se interesa básicamente por el sentido y el valor del hombre y de lo humano, tomándolo como punto de partida de sus planteamientos.
El término, no obstante, se aplica a tres momentos históricos distintos: al fenómeno sociocultural de los siglos XIV y XV, conocido como “Humanismo del Renacimiento”, al «Nuevo Humanismo» del período del clasicismo y del romanticismo alemán de los siglos XVIII y XIX y a los “Humanismos Contemporáneos”, basados en sistemas filosóficos más generales y de orientación fundamentalmente ética.
El primer humanismo se caracteriza no sólo por el renacimiento y el cultivo de los estudios humanitarios, a saber, los estudios de gramática, dialéctica, retórica, historia, poética y ciencias morales, basados en el cultivo de la filología y el aprecio del texto clásico, en latín y griego (alejándose así de la tradición Escolástica y la filosofía árabe), sino también por un nuevo concepto de "hombre", más acorde con los nuevos ideales cívico-humanos de la aristocracia comercial en cuyo ambiente nace, alejado de los modelos eclesiásticos y nobles o caballerescos de "hombre" y del modelo medieval de mundo, y que pretende inspirarse en la antigüedad clásica. Este humanismo renacentista recuerda y renueva los antiguos ideales clásicos de cultura de la antigua humanista romana o de la paideia griega.
Como humanistas destacan, en Italia, cuna del humanismo, Francesco Petrarca (1304-1374), considerado el primero de los humanistas, Coluccio Salutati (1331-1406), Leonardo Bruni (1370/74-1444), Poggio Bracciolini (1380-1459), Leon Battista Alberti (1404-1472), Lorenzo Valla (1407-1457) y, sobre todo, Marsilio Ficino (1433-1499) y Pico de la Mirandola (1463-1494). Fuera de Italia, son humanistas notables Nicolás de Cusa (1401-1464), John Colet (ca. 1467 -1519), Thomas More (1486-1535), Erasmo de Rotterdam (1467-1537), Luis Vives (1492-1540) y Pierre de la Ramée (Ramus, 1515-1572).
Después de ésta etapa sobreviene lo que se denomina la ilustración.
El término "ilustración" que se aplica a un conjunto sistemático de ideas filosóficas y políticas que se extiende por países de Europa -Inglaterra, Francia y Alemania, principalmente desde mediados del siglo XVII al XVIII, y que se considera como uno de los períodos más intelectualmente revolucionarios de la historia.
Se caracteriza fundamentalmente por una confianza plena en la razón, la ciencia y la educación, para mejorar la vida humana, y una visión optimista de la vida, la naturaleza y la historia, contempladas dentro de una perspectiva de progreso de la humanidad, junto con la difusión de posturas de tolerancia ética y religiosa y de defensa de la libertad del hombre y de sus derechos como ciudadano.
La importancia de la razón crítica, que es pensar con libertad, y que ha de ser como la luz de la humanidad, se deja ver en la misma raíz de las palabras con que, en los distintos idiomas, se significa este período: "Siglo de las luces", o "Siglo de la razón", "Iluminismo”.
Todo cuanto se oponga, como rincón oscuro y escondido, a la iluminación de la luz de la razón (las supersticiones, las religiones reveladas y la intolerancia) es rechazado como irracional e indigno del hombre ilustrado, como "oscurantismo".
Kant, con la frase "Sapere aude!" (¡Atrévete a saber!), expresa acertadamente la labor que cada ser humano ha de ser capaz de emprender y llevar a cabo por propia iniciativa, una vez alcanzada ya, por historia y por cultura, la mayoría de edad del hombre.
Las ideas ilustradas constituyen el depósito conceptual sobre el que se funda la manera moderna de pensar.
El conjunto de ideas ilustradas comunes se diversifica en cada país según la circunstancia filosófica y política en que se encuentra.
La Ilustración comienza en Inglaterra con el empirismo de Locke y de Hume y el deísmo de muchos moralistas ingleses, ideas que, junto con el espíritu científico de Newton y de la revolución científica, se divulgan por la misma época en Francia gracias a la labor de ilustración que llevan a cabo los que se llaman a sí mismos philosophes y enciclopedistas.
En Alemania la Aufkärung llega con cierto retraso y se convierte en un proceso de difusión de las ideas inglesas y francesas, cuyo efecto inmediato es la crítica a los valores defendidos por el feudalismo, convirtiéndose en despotismo ilustrado, en el aspecto político y, en el filosófico, en crítica de la razón, esto es aquella que no se fundamenta ni en la revelación ni en las ideas innatas, sino en la experiencia y los resultados de las ciencias, y no busca sacralizar lo que es natural y profano.
En otros países, al sur y al este de Europa, España, Portugal e Italia, por ejemplo, la difusión y el eco de las ideas ilustradas fue menor.
Los representantes de la Ilustración francesa son sobre todo, pero no únicamente, los redactores de la enciclopedia o diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios (diecisiete volúmenes de 1751 a 1765): Diderot y D´ Alembert (ambos también directores), Voltaire, D´ Holbach, Rousseau, entre los principales, todos iniciados en la Francmasonería.
El antecedente inmediato de esta obra lo constituye el Diccionario histórico-crítico (1695-1697) de Pierre Bayle, obra eminentemente escéptica y crítica con toda clase de errores. Con él empieza una nueva orientación en la filosofía francesa que consiste en interesarse más por problemas de importancia práctica que por cuestiones abstractas del origen de las ideas. Les philosophes es el nombre con que se distingue a estos espíritus ilustrados, en especial al grupo de pensadores vinculados con la dirección o la redacción de la Enciclopedia.
La Ilustración inglesa, menos espectacular en resultados y representantes, es no obstante fuente de inspiración de la francesa, y sus filósofos y pensadores son aquellos que los enciclopedistas y los philosophes tienen en mente: los resultados científicos de Newton y Robert Boyle y los principios filosóficos y políticos de Locke. Pero, junto con el empirismo y la renovación de la ciencia, los ilustrados ingleses se interesan por cuestiones como el deísmo y la moral. La discusión sobre el deísmo o la religión natural surge fundamentalmente con Cristianismo sin misterios (1696), obra de John Toland. En estas discusiones participan Peter Browne, John Norris, Samuel Clarke, Anthony Collins, y sobre todo Matthew Tindal (a favor), con El cristianismo, tan viejo como la creación (1730) y Joseph Butler (en contra), con quince sermones sobre la naturaleza humana (1726). La discusión en torno a la moral, o propiamente en torno a la autonomía de la moral, en la que participan autores como Anthony Ashley Cooper, conde de Shaftesbury, Francis Hutcheson, David Hartley, Bernard Mandeville, da lugar a las diversas teorías sobre el sentimiento moral como fuente de moralidad. David Hume, a quien cabe considerar como el representante más cualificado de la ilustración inglesa, participa en ambas discusiones sosteniendo tanto el deísmo, en Diálogos sobre la religión natural (1779), como la moral basada en el sentimiento, en Ensayo sobre los principios de la moral (1751). El utilitarismo, como doctrina ética basada en “el mayor bien para el mayor número”, y la doctrina política del liberalismo basada en el "interés general" (ambas tributarias de la doctrina del "sentimiento moral") son frutos sazonados de la ilustración inglesa.
La Ilustración alemana presenta asimismo sus propias características. La crítica a la superstición, al dogmatismo y al oscurantismo toma en Alemania la forma de estudio analítico de las posibilidades y límites de la misma razón. Esta orientación, que comienza con Ch. Wolff, culmina brillantemente en la filosofía de Kant, que dedica al estudio sistemático de la razón tres Críticas. Antecedentes de la filosofía alemana en esta época son las teorías racionalistas de Leibniz, el espíritu científico de Newton, la crítica escéptica de Hume y las ideas ilustradas de los franceses. Los grandes representantes de la Ilustración alemana son Christian Wolff, en quien confluyen todas estas tendencias como en una enciclopedia del saber, y Kant, quien con su apriorismo sostiene una forma de síntesis entre empirismo y racionalismo. El análisis de la razón lleva, en cambio, al wolffiano Baumgarten a considerar un tipo especial de conocimiento: el obtenido por las cualidades sensibles de las cosas, el conocimiento estético, o la percepción de lo bello. El deísmo tiene también sus seguidores en Alemania: Hermann Samuel Reimarus (1694-1768) escribe una justificación de la religión racional en Tratado sobre las principales verdades de la religión cristiana (1754), y un ataque contra la religión revelada y el poder en Fragmentos de un anónimo (parte de Apología de los adoradores racionales de Dios, y obra publicada entre 1774 y 1777). Moses Mendelssohn, en cambio, argumenta contra la mera religión natural, pero es un verdadero ilustrado que defiende el valor de la difusión de la filosofía (pertenece al grupo de la Populärphilosophie, filosofía popular, de la que Christoph Friedrich Nicolai [1733-1811] es el miembro más notable) y
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