JESÙS RESUSITADO

JESUS RESUSITADO

ADRIÁN DE JESÚS PORTILLO MORA

Eran las 10:40 PM, salía de una fiesta, una fiesta que tal vez fue la mejor en mi vida con el mejor día y las mejores experiencias a lo que yo le llamé “un día perfecto”.

Todo inicio muy temprano al amanecer cuando por una muy extraña razón me surgieron unas ganas inmensas de ir a la escuela, se me quito el sueño y salí corriendo para prepararme con mis útiles y que no se me olvidase nada.

Me bañe, comí, lo que más me gusta un cereal con hojuelas crujientes, me sentía tan bien que ese sentimiento de bienestar lo irradiaba a los demás como si ellos captaran mi alegría. Llegue a la escuela y sentí como si mis compañeros me miraran de una forma diferente.

Me senté en mi lugar, y lo sentí como si fuera una silla de terciopelo rojo, suave y acogedor, el trono de un rey importante, riguroso con los deshonestos y desleales a la justicia y noble con los necesitados y enfermos.

Por fin llegó el maestro de Matemáticas, por una vez puntual, y dijo, -muchachos, saquen su cuaderno y su lápiz, van a hacer esta ecuación. Mis compañeros gritando ¡Ah! Y yo calmado, con las mismas ganas con las que me desperté. Cuando la vi la logre interpretar y la realice en un tiempo record, 4 minutos, poco para una ecuación de 3° , le gane al más inteligente que la hizo en 5 minutos y tuvo un error en el signo y yo no.

Seguí con Historia y aquí participe como nunca en mi vida y así con las otras dos materias siguientes; me sentía pleno, realizado, superior.

La chica de mis sueños llegó y me dijo, -¿Quieres venir a mi fiesta? Yo sin titubear dije que sí, le pregunte a qué hora, ella contesto que a las 7:30 pero, el ambiente estará hasta las 8:00 (insinuándoseme).

Salí al recreo, pero ahora no me fui con mis cuates unos pelados, morbosos y hasta nacos. Me fui solo a la cancha de basquetbol, estaba sentado y meditando sobre mi corta vida, también recordando a aquella mujer que me dio la vida llamada María Concepción de Jesús Díaz con nombres pomposos pero católicos. Mi abuelita decía que se los había puesto porque María era la madre del creador y ella tenía que llevar ese nombre porque algún día seria madre y tendría el privilegio de tener a un niño, una creación de Dios (palabras de mi abuelita).

Entré de nuevo en el salón, Mateo uno de mis 12 amigos me pregunto ¿Qué te pasa? Le dije que por fin me había dado cuenta de que tipo de amigos tenía y que ya no quería estar con ellos ¡Hasta nunca! Me di la vuelta y me fui hacia la puerta a ver si llegaba el maestro de Biología. Afortunadamente ya venía entrando y yo me fui a sentar a mi lugar. El maestro de Biología nunca dejaba de dar sus clases y encargaba mucha tarea; yo pensaba que cuando por lo mínimo nos diera cinco minutos para descansar sería el Apocalipsis. Pero… ¡oh! Sorpresa, por una vez y creo que la única dijo, - muchachos hoy no hay clases, hagan lo que quieran.

Me sentí sorprendido e hice la tarea de Matemáticas para el día siguiente. Sonó el timbre y salí de la clases con rumbo hacía mi casa mis ex-amigos me veían feo, como con odio e ira de tanto que se me asemejaba que se me querían ir encima a los golpes por mi actitud.

Legue a mi casa, becé a María, comí riquísimo un caldo de pollo blanco con arroz. Una ricura pensaba mi mamá y yo. Le dije de la fiesta y me dijo que si, y que no me preocupara por la hora, podía

...