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JUEVES SANTO


Enviado por   •  7 de Mayo de 2015  •  1.899 Palabras (8 Páginas)  •  167 Visitas

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JESÚS NOS REÚNE EN COMUNIDAD

LOS AMÓ HASTA EL EXTREMO.

“Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que le había llegado la horade salir de este mundo para ir al Padre, cómo había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el extremo” (Jn 13, 1)

Así comienza la segunda parte del Evangelio de Juan, aquella en la que nos cuenta la Pascua de Jesús. La mitad del Evangelio dedica a contar lo que sucedió en sólo tres días, y que nosotros vamos también a celebrar en estos tres días. En este versículo, resume lo central de lo que va a suceder en los siguientes días: Jesús amó a los suyos, nos amó, hasta el extremo...

Vamos a comenzar situándonos brevemente en el contexto de lo que estaban viviendo Jesús y sus discípulos. Hacía tres años que Jesús había comenzado a proclamar su mensaje del Reino, a anunciar con signos y palabras que el Reino estaba cerca, que Dios estaba cerca, especialmente de los pobres y los que sufren. Este mensaje, que inicialmente la gente había acogido con entusiasmo (“es un profeta”), había ido progresivamente provocándole conflictos con los poderosos de su tiempo, que se sentían amenazados por él. En cada uno de los evangelios se puede ir observando cómo la tensión iba creciendo a medida que también la fama de Jesús se extendía: aumentan las discusiones con los fariseos y la preocupación de los jefes de los sacerdotes. Porque el mensaje de Jesús y su forma de actuar desafiaban muchas de las prácticas y de las concepciones sobre las que se asentaba el sistema social y religioso de ese momento. Y, si leemos con profundidad el Evangelio aplicándolo a nuestra realidad, comprenderemos fácilmente que también hoy cuestionan muchas de nuestras prácticas y concepciones.

Los discípulos de Jesús habían estado con él desde el principio, formando un grupo de amigos, unidos a Jesús no sólo por sus ideas, sino por un afecto profundo. Habían sido testigos de cómo la tensión se producía, y sabían el peligro que corría la vida de Jesús y ellos mismos. Estaban asustados, ocultándose de los judíos; sin embargo, continuaban unidos por el amor que le tenían y por la confianza profunda en él.

La Pascua Judía, que iban a celebrar, era una fiesta de familia, en la que los judíos festejaban el “paso” (eso significa Pascua) de Dios en medio de ellos para liberarles de la esclavitud en Egipto. En aquella ocasión, el ángel del Señor había pasado hiriendo a los primogénitos de Egipto y dejando indemnes a los judíos, hasta que el Faraón, atemorizado, los dejó ir. En la Pascua Judía celebraban que Dios había intervenido en favor de su pueblo, librándoles de la esclavitud y encaminándoles hacia la Tierra Prometida.

Jesús es parte de su pueblo, y, con sus discípulos, celebra la fiesta de la Pascua, con cada uno de sus ritos y tradiciones, pero incorpora algunas otras desde el momento que están viviendo y en las que anuncia el nuevo y definitivo paso de Dios en nuestra historia: la nueva alianza que se sella con él, con su muerte y su resurrección.

Y el sentido profundo de esta nueva Alianza está recogido en esta frase de San Juan: “los amó hasta el extremo”. Ésta es la clave para leer todo lo que sucede en esta noche y lo que va a suceder en los siguientes días: el amor. La Pascua es un acontecimiento de amor, el acontecimiento de amor por excelencia, del mismo amor que Jesús manifestó durante su vida a “los suyos”: un amor entregado hasta las últimas consecuencias. El amor de Jesús que es manifestación del amor de Dios.

El amor es la clave de la entrega de la vida de Jesús. Podría haber evitado su muerte, podría haber renunciado a su misión y a su mensaje. Pero, en el momento en el que las cosas se ponen realmente difíciles, Jesús elige ser fiel hasta las últimas consecuencias, en la confianza plena en el Padre y en el amor radical a aquellos que confiaron en él y a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos.

Pero veamos cómo es este amor de Jesús, que está expresado fuertemente en el Jueves Santo en dos signos: el lavado de los pies y la eucaristía, el compartir el pan.

LA COMUNIDAD FUNDADA EN EL SERVICIO.

“Si yo, siendo el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros” (Jn 13, 14)

En aquel tiempo, cuando alguien llegaba a una casa, existía la costumbre de lavarle los pies, cansados y llenos de polvo del camino (además, pensemos que usaban sandalias, con lo cual lavar los pies era un gesto eficaz). Esta tarea la solían realizar los criados, y, si no había criados, las mujeres, cuya consideración social era muy similar a la de los esclavos. Pero el amor de Jesús se expresa justamente en este gesto.

Podemos imaginarnos la sorpresa de los discípulos cuando Jesús comienza a realizar una tarea que para ellos era tan indigna. Era inaudito que un varón se pusiera a lavar los pies. Tendríamos que compararlo con alguna de las tareas que en nuestra sociedad se consideran humillantes, impropias de una persona libre y digna. Así también nos explicamos la resistencia de Pedro, ¿cómo te vas a humillar tú ante mí? Pero Jesús hace precisamente este signo como resumen de su vida y como “testamento”, busca un gesto que sintetice la propuesta que hace a sus discípulos y amigos.

Jesús nos invita a invertir el orden que consideramos habitual y conveniente. Es la invitación de las bienaventuranzas: son felices precisamente aquellos que “habitualmente” consideramos desdichados. Con el gesto de lavar los pies cambia la estructura de las relaciones: vivir en comunidad es vivir relaciones basadas en el servicio. Con Jesús, la autoridad cambia de sentido: autoridad no es capacidad para dominar, sino para servir. Esa es la autoridad que Jesús vive y la autoridad

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