Jesús Malverde y Juan Soldado como expresiones de la religiosidad popular mexicana

Jesús Malverde y Juan Soldado como expresiones de la religiosidad popular mexicana

A través del devenir de la historia el hombre ha buscado respuesta a las interrogantes que acontecen en el transcurso de su vida diaria, buscando una luz en medio de la oscuridad que le permita sobre llevar la carga de sus circunstancias. Es a partir de esta necesidad de saber y esperanza que el hombre ha recurrido a crear una institucionalización de la fe, eso que hoy en día llamamos religión.

Con el transcurso de los años la religión se ha ido transformando a la par del hombre y su contexto, adquiriendo nuevos nombres, significados y métodos; adaptándose a un sin fin de necesidades, expandiéndose de un continente a otro, dividiéndose y creando nuevas corrientes junto con una diversidad de nombres para un arquitecto supremo del universo llamado Dios; incluyendo en algunas, como es el caso de la Iglesia cristiano-católica, una serie ilimitada de intercesores oficialmente reconocidos o no por sus instituciones. Es en este punto donde nos adentramos al tema que a continuación nos compete, la religiosidad popular.

Se trata de una religiosidad distante de la ortodoxia en la doctrina de la Iglesia que tiene una pronunciada orientación hacia lo terrenal. La religión popular enfatiza los aspectos devocionales y protectores, centrada en el culto a los santos. No se trata de un ámbito de creencias individuales aisladas e inoperantes en la vida cotidiana, sino que por el contrario implican una cosmovisión en el sentido de una visión estructurada, en la cual los miembros de una comunidad combinan de manera coherente sus nociones sobre el medio ambiente en que viven, y sobre el cosmos en que sitúan la vida del hombre (Broda, 2009).

A pesar de que su concepto ha sido subestimado en múltiples ocasiones, siendo percibido incluso como un catolicismo pagano, la religiosidad popular reproduce gran parte de la ideología oficial de la Iglesia Católica, al tiempo que establece lineamientos propios que dan muestra de una clara oposición contra la institución oficial de la cual derivan, enfatizando aspectos devocionales y protectores.

De esta manera la religiosidad popular se expresa a partir de ofrendas, fiestas, rituales, intercambio de bienes y alimentos, así como procesiones y peregrinaciones que dan muestra del sincretismo existente entre lo cultural y lo religioso. De acuerdo con el autor Ramiro Gómez Arzápalo, la religiosidad popular se perfilo desde el interior de las comunidades como una estrategia de diferenciación entre lo propio y lo ajeno, donde lo propio reconoce lo ajeno, selecciona algo, lo reformula y finalmente lo apropia. (Gomez, 2009).

Dentro del cristianismo la divinidad es un principio inalcanzable para el hombre, que sólo es posible a través de una vida dedicada al servicio de ayudar a otros. Dado que la Iglesia Católica establece el papel de los santos como intermediarios entre Dios y los hombres, es posible comprender la integración que estos han tenido al interior de diversas comunidades, siendo percibidos como miembros activos del contexto del que son parte. Es por ello que algunas personas encuentran en figuras como Jesús Malverde y Juan Soldado una esperanza más aproximada a la que cualquier otro santo de la Iglesia Católica les pudiera ofrecer, por el hecho de haber sido personas que alguna vez formaron parte de su comunidad, que crecieron y vivieron bajo condiciones socioeconómicas similares a las suyas. Despertando una identificación que los hace sentir en sincronía con ellos.

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