Resumen de Religiosidad Popular

Religiosidad Popular

Cuando tenía 10 años mis abuelos me contaron una historia sobre un duende que iba todas las noches a cambiar la posición de las pertenencias y que a veces se llevaban la feria que dejabas sobre la mesa o algún buro. Para mí era algo muy sorprendente, porque por casi un año yo intentaba tener todo bajo control, me preocupaba más ver al duende que saber si verdaderamente Santa Claus iba todas las navidades en la noche. Estaba al pendiente de cada ruido, mas sin embargo nunca escuché nada, ni vi nada. Todas las mañanas procuraba checar la posición de cómo había dejado las cosas la noche anterior. Después de un tiempo mis padres se dieron cuenta del asunto, y les platique, ellos obviamente se empezaron a reír y mi mama me dijo que esa misma historia le habían contado a ella mis abuelitos. Pero hasta la fecha sigo checando mis cosas todas las mañanas.

Mi abuela me platico que cuando ella tenía 19 año jugo a la ouija con su hermana menor, pero como la hermana era más intrépida y muy alocada, casi obligo a mi abuela a jugar. Hasta la fecha mi abuela me dice que es algo de lo que se arrepiente mucho, y de lo que nos enseña a nunca jugarlo. Según esto que cuando comenzaron a jugar que la ouija si les respondió, en un principio mi abuela pensó que fue su hermana la que lo movió, pero vio la cara de asustada que tenía y pudo notar que ella no fue. Rápidamente las dos dejaron el juego y siguieron con las labores de su hogar. Pasando al otro día, recibieron una muy lamentable noticia de que su hermano mayor, murió debido a que lo atropello un tráiler en la carretera. Tristemente ese día fue tanto su dolor que no pensaron en otra cosa, pero paso el tiempo y las dos dijeron que fue como una maldición o algo parecido, debido a la ouija.

Desde ese día mi abuela madura mucho y ya nunca se tomó las cosas a juego, ni permitió que nadie la obligara a hacer algo de lo que ella no está de acuerdo. Hasta en la actualidad cada que nos juntamos los primos y ponemos una película acerca de la ouija, mi abuela siempre nos dice que no la veamos. Al menos yo soy la única que le hace caso.

Otra historia acerca de la ouija es que, en mi casa, mi tío le regalo una ouija a mi hermana a los 15 años de edad, yo claramente me aparte y recordé todo lo que dijo mi abuela… el que, si quiso jugar nada más porque es muy atrevido, fue mi hermano, yo nunca estuve hay con ellos mientras lo jugaban, pero si recuerdo que se encerraron y mi hermana salió gritando, casi llorando de la recamara. Les platico a mis papas y rápidamente agarraron la ouija y la tiraron a la basura. Empezaron a rezar con nosotros, para que nos calmáramos, pero al otro día pudimos notar que la ouija apareció debajo de la cama de mi hermana. Fue algo traumático para ella, ya que tenía 15 años, y pues sabiendo todo lo que pasan en las películas, pues si se tomó un gran susto.

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