Jóvenes Dejaos Sorprender Por Cristo

Con motivo de la vigésima Jornada Mundial de la Juventud el papa Benedicto XVI se reúne en Colonia con jóvenes que asisten de diversos lugares tanto de Europa como del mundo.

Muchachos (as) que han querido aceptar la invitación que Cristo les ha hecho por medio de la promoción efectuada a nivel mundial y no solamente a través de estas promociones, ya que han asistido jóvenes que ni siquiera son católicos y han querido contestar la propuesta efectuada por el beato Juan Pablo II en la Jornada de años anteriores.

Más que una reunión de adolescentes es una necesidad de contemplar el rostro de Cristo en la Eucaristía, cosa que tal vez no se les hace posible por diferentes circunstancias, una de ellas el escaso conocimiento de qué es la fe.

El Papa hace una comparación entre los jóvenes y los Magos de Oriente, ya que en ambas ocasiones se busca llegar a una única meta, tener un encuentro personal con la persona de Cristo, para que de esta forma se puedan hallar las respuestas a las preguntas que surgen en el corazón de muchos de estos jóvenes, y así llenar plenamente al sentimiento de vacío que muchos de ellos experimentan durante sus vidas, para que no se desanimen, al contrario para que al igual que los Magos puedan seguir la estrella que ilumina sus vidas hasta llegar al final del camino, donde podrán encontrar la raíz del Amor y la felicidad eterna.

De igual manera se les recuerda a los muchachos las palabras utilizadas en el primer discurso Petrino de Juan Pablo II cuando dijo: “Abridle las puertas a Cristo de par en par, no tengáis miedo”, dándoles a conocer que la libertad no depende de tener una mancha en algún expediente sino que depende mayormente de cuán libre esté el corazón para amar y dejarse amar por el Señor, quien transmite su misericordia de una manera personalizada con cada uno de sus hijos para que estos tengan presente que no importa la gravedad de la falta, aun así siempre serán juzgados desde el Amor y la Misericordia de Dios.

Un verdadero acercamiento a Cristo en el mundo de hoy a veces puede parecer complicado para nuestra juventud, pero el Papa ha demostrado que únicamente depende de cada uno si desea abrir las puertas del corazón a quien toca y espera paciente a que le abran; depositando su confianza en quien nunca les va a defraudar; para que después de haber comprendido esto puedan salir por el mundo y convertirse en testigos de la Salvación que Jesucristo con su muerte nos ha dado.

El Papa crea un espacio donde los jóvenes encuentran la respuesta definitiva a todas sus incógnitas, ya que se dan cuenta que la respuesta universal es Cristo mismo y fuera de Él todo es oscuridad, inseguridad y duda.

Hay que recordar que a nadie se le puede obligar a creer en algo que no desee, pero existe la manera de hacerle ver el gozo interno que se tiene, para que de esta forma pueda crearse una inquietud en la persona y esta al mismo tiempo se pregunte qué hace tan feliz a quien le está dirigiendo la palabra; por lo tanto es deber nuestro crear conciencia en los demás que ser feliz depende de cada uno, ser feliz se logra por medio de Cristo. Quien aprende a ser feliz un día en su vida, sabe como serlo por el resto de sus días. Quien conoce a Cristo es feliz eternamente, simplemente es saber tomar las decisiones adecuadas en el momento preciso.

Momentos de felicidad viven los jóvenes al instante de celebrar la Sagrada Eucaristía presidida por el Sumo Pontífice, donde comprenden nuevamente que ellos han sido queridos por Cristo desde siempre, para ser salvados. El Papa les transmite el mensaje de que cada uno es un pensamiento de Dios, que cada uno ha sido deseado, amado y necesario. Que no hay nada más hermoso que ser alcanzado por el Evangelio, por Cristo. Que la vida no esta gobernada por la suerte, no es casual. Ya

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