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LA ÉTICA DEL ANTIGUO TESTAMENTO


Enviado por   •  7 de Diciembre de 2012  •  Tesis  •  1.249 Palabras (5 Páginas)  •  3.036 Visitas

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LA ÉTICA DEL ANTIGUO TESTAMENTO

I. LA VOLUNTAD DIVINA

1. El Lugar del Hombre

Creado a la imagen de Dios (Génesis. 1:26-27), el papel primordial del hombre es señorear la tierra como vicegerente de Dios (Génesis. 1:28; Salmos 8:6-8). Pero esta autoridad tiene qué ser ejercida en justicia, es decir, en obediencia a la voluntad divina.

2. El Propósito Divino

La Ética del Antiguo Testamento forma parte del propósito divino fundamental: el establecimiento del Reino de Dios, cuyo concepto completo sólo se revela en el Nuevo Testamento.

II. EL PECADO HUMANO

El reconocimiento del pecado del hombre es una característica distintiva de la Ética del Antiguo Testamento. Los griegos, para calificar éticamente al hombre, hablaban de "ignorancia"; de "irracionalidad"; los científicos evolucionistas, de un "residuo animal" que aún queda en el hombre y que está llamado a desaparecer; pero el Antiguo Testamento habla de "pecado", es decir, de rebelión contra la voluntad de Dios.

Dios ha revelado cuál es la conducta que le complace, y por eso la prescribe, y cuál es la conducta que le desagrada, y por eso la prohíbe; el pecado es, pues, la violación de Su voluntad revelada. El profeta Samuel destaca que la desobediencia es la causa de la condenación (1º Samuel 15:23).

El Antiguo Testamento hace resaltar el principio de la responsabilidad moral del hombre delante de Dios, y el de la justicia retributiva, ya que un Dios santo y justo tiene qué castigar las violaciones del orden moral divino. La revelación aumenta la responsabilidad moral del pueblo de Dios (Amós 3:2).

III. EL MONOTEÍSMO ÉTICO

El alto nivel ético del Pentateuco ha sido una de las evidencias que se ha pretendido aducir en favor de un origen post-mosaico de la Ley. Sin embargo, no hay dificultad alguna en admitir el origen mosaico de la Ley (Juan 1:17; 5:46), si se acepta que desde los principios mismos del pueblo de Israel, Yahveh (o Jehová) se reveló como el único Dios verdadero.

En este caso, el concepto hebreo del único Dios no evolucionó desde un politeísmo primitivo, y la ética expresada en la Ley de Moisés tampoco fue el producto de éticas anteriores, sino que fue directamente revelada y tiene sus bases en el carácter, también revelado, de Dios.

El pueblo judío no tenía ningún concepto de la Ética como una disciplina independiente; para él, la Ética no puede separarse de la Teología.

Dios es justo, santo; el hombre tiene qué serlo también, tanto individual como colectivamente. Precisando más, de la misma manera que el Dios de Israel se distinguía de los demás llamados dioses por su carácter moral, así también tenía qué distinguirse su pueblo de los demás pueblos como "gente santa" (Levítico 19:2; 20:26).

En los profetas se introduce con más fuerza y énfasis la idea de que la conducta justa y buena se identifica con el conocimiento de Dios (Jeremías 9:24; Isaías 5:15; etc.).

Más aún, este conocer a Dios en respuesta al haber sido conocido por Dios (1ª Corintios 8:3), adquiere a lo largo de toda la Biblia un matiz de conocimiento experimental que equivale a una compenetración íntima.

Así se comprende la estrecha relación de este conocimiento con la conducta. En Juan 7:17, dice Jesús: “El que QUIERA hacer la voluntad de Dios, CONOCERÁ si la doctrina es de Dios”. Y, a pesar de la omnisciencia divina, en este sentido experimental, afectivo, puede decir el Señor a las vírgenes insensatas: "De cierto os digo, que no os conozco." (Mateo 25:12).

IV. EL PROPÓSITO DE LA TORAH (LA LEY)

Las funciones de la Ley o "Torah" eran los siguientes:

1. Era una manera de vivir para un pueblo escogido y rescatado

La torah no es simplemente un código de conducta, sino la manera de vivir conveniente para el pueblo escogido por el Dios único con quien ha hecho un pacto de favor (éxodo 19:4; 20:2).

La promesa

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