LOS 10 MANDAMIENTOS
JIHA26 de Agosto de 2013
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Los Diez Mandamientos de la Ley de Dios son:
Amarás a Dios sobre todas las cosas.
No tomarás el Nombre de Dios en vano.
Santificarás las fiestas.
Honrarás a tu padre y a tu madre.
No matarás.
No cometerás actos impuros.
No robarás.
No dirás falso testimonio ni mentirás.
No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
No codiciarás los bienes ajenos.
Día 1: Transformación Personal
¿Qué pasa en realidad cuando me comprometo a seguir a Jesús?
Al tomar esta decisión crucial:
Usted reconoce su pecado de vivir independientemente de Dios.
Usted se arrepiente, volviéndose a Dios y abandonando su antigua manera de vivir.
Recibe a Jesucristo en su vida como Salvador y Señor.
La Biblia describe así esta transformación: de la oscuridad, a la luz; de la esclavitud, a la libertad; de la muerte, a la vida.
¡Vaya! Después de comprometerse a seguir a Jesús, da la sensación de que las nubes desaparecerán, los rayos de sol irrumpirán en su vida y todos sus problemas se evaporarán. Pero no fue esa mi experiencia. No me sentí muy diferente el primer día. Sin embargo, pronto descubrí una nueva paz, seguridad y gozo interior, a medida que permitía a Cristo guiar mis pensamientos y decisiones.
EntSupóngase que usted compra un auto nuevo y se encuentra con la sorpresa de que le falta la batería. Bien, usted podría simplemente admirar su preciada posesión e incluso meterse dentro e imaginar que lo conduce. Pero sin la batería, su bello auto nuevo se quedará inmóvil. A nuestras vidas sin Cristo les pasa eso. Pero siendo Él nuestra “fuente de energía” podemos ser como Él nos diseñó.
Anímese, aún cuando no vea cambios inmediatos. Si Cristo está en usted, los cambios están asegurados. Usted es una nueva persona. Ha comenzado una nueva jornada.
VERSÍCULO CLAVE
"Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!" (2 Corintios 5:17).
Día 2: El Comienzo Del Camino
¿Qué puedo esperar en mi camino?
“Papá, ¿ya llegamos?” Esa era la pregunta que nos hacían los niños cuando eran pequeños apenas empezábamos un viaje largo en auto. Tenía que recordarles que nos quedaban muchas horas por delante y que debían tener paciencia y disfrutar del viaje.
Su camino de fe es mucho más que un viaje en auto. Es una aventura de toda una vida. Para ayudarle en el camino:
Esté seguro de que, pase lo que pase, Cristo está a su lado. Él prometió: “Nunca te dejaré; jamás te abandonaré” (Hebreos 13:5).
Busque cambios pequeños, en lugar de resultados instantáneos. Por ejemplo: hacer un nuevo amigo cristiano; hacer pequeños progresos en la superación de un mal hábito; descubrir que un versículo de las Escrituras “cobra vida” para usted.
Aproveche cada momento, confiando el futuro a Dios.
El cambio no es fácil. Debemos ser un poco exigentes con nosotros mismos, sobre todo cuando nos sentimos tentados a rendirnos. Pero cada victoria, por pequeña que sea, nos hace más capaces de hacer frente al siguiente desafío.
Muchas veces pensé que la vida cristiana era demasiado difícil. Los viejos hábitos y las malas influencias me atraían como el imán al metal. A veces me dejaba llevar. Usted también tendrá esos momentos. Pero gracias a Dios, no estamos solos. Podemos confiar en el Señor Jesús; el que vive en nosotros y está totalmente comprometido a cuidarnos hasta el final de nuestras vidas .
VERSÍCULO CLAVE
“El que comenzó tan buena obra con ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús" (Filipenses 1:6).
Día 3: Dios Obra de Adentro Hacia Fuera
¿Qué debería hacer primero?
Al principio del camino, necesitamos comprender la diferencia entre religión y relación. Probablemente usted ha visto que la religión muchas veces puede ser severa, rígida y estar basada en normas. En cambio, nuestra relación con Jesús debería ser muy distinta: personal, abierta, cálida y liberadora.
Jesús quiere que nos acerquemos a Él como lo hace un niño a su padre amoroso. Por ejemplo, a mi esposa Wendy y a mí nos encantaba que uno de nuestros seis hijos adolescentes corriera hacia nosotros con los brazos abiertos para darnos un abrazo y luego se quedara ahí acurrucado, totalmente relajado y lleno de confianza.
¿Puedo pedirle que haga algo fuera de lo común? Sea cual sea su edad, conviértase en un “niño pequeño” por un minuto. Acérquese a Jesús como lo haría a un padre amoroso. Sin pedir nada. Sin expectativas. No tiene que cepillarse los dientes ni peinarse primero. Sencillamente, vaya y quédese ahí en Su presencia, experimentando Su amor por usted. ¿Por qué no toma un momento y lo hace ahora mismo?
Deje que este acto infantil se convierta en un hábito de vida. Esta confianza es la que nos permitirá experimentar el poder transformador de la nueva vida. No caigamos en la trampa del activismo, de “hacer cosas para Dios”. Más que nuestra ayuda, lo que Él quiere es que confiemos en su cuidado. Eso le permite obrar a través nuestro. Él obra desde adentro hacia afuera, no desde afuera hacia adentro.
VERSÍCULO CLAVE
“Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso" (Mateo 11:28)
Día 4: La Biblia: Palabra Para Todas las Épocas
¿Cuál es el mejor fundamento para mi crecimiento espiritual?
La Biblia no había sido siempre para mí el tipo de amigo en que ahora se ha convertido. Antes de entregar mi vida a Jesús, la encontraba muy confusa, incluso misteriosa; en parte, porque intenté leerla desde la primera página, como cualquier otro libro. Pronto me quedé atascado y la dejé de lado.
La Biblia empezó a cobrar vida cuando ya era creyente. Mi punto de partida fue leer acerca de Jesús en el Nuevo Testamento. Para sorpresa mía, lo que había leído por la mañana muchas veces lo podía aplicar a situaciones en que me encontraba ese mismo día.
Aprender de la Biblia es la mejor manera de construir un fundamento espiritual “sólido como una roca”. De las páginas inspiradas de la Biblia aprenderá quién es Dios, cómo quiere Él que usted viva y la manera en la que le guiará. Piense en el tiempo que dedica a la Palabra de Dios como en la construcción de los fundamentos de un edificio. Aunque no están a la vista, son indispensables y ahí no hay recortes que valgan. La solidez y la estabilidad de toda la estructura dependen de unos fundamentos sólidos. Haga de la Biblia la base de su vida espiritual.
Si no dispone de una Biblia, puede acceder a una en www.youversion.com/es/; en donde versiones en cientos de idiomas están disponibles. Comience por el Evangelio de Lucas. Lea cada día un poco. Deje que las palabras le hablen y le revelen nuevas percepciones y verdades.
VERSÍCULO CLAVE
"Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza" (Colosenses 3:16).
Día 5: Dios es Amor
¿Cómo puedo estar seguro del amor de Dios?
En ocasiones yo también me he sentido lejos del amor de Dios. Quizás usted ha crecido en un hogar roto, sin el cariño o con muy poco cariño de sus padres. Quizás ha perdido a seres amados por una enfermedad, en un accidente o en la guerra. Quizás la pobreza y el hambre han sido su realidad diaria. El dolor está siempre cerca. ¿Dónde está, pues, el amor de Dios?
Creo que el corazón de Dios se duele mucho más de lo que jamás podremos imaginar ante el sufrimiento, las injusticias y las pesadas cargas que Sus hijos enfrentan. Cuando el pecado entró en el mundo, trajo consigo unas consecuencias que nos afectan a diario.
Pero el amor de Dios por cada uno de nosotros se hizo sumamente evidente cuando envió a su hijo Jesús a rescatarnos o “redimirnos” del terrible impacto del pecado. El evangelio de Juan nos dice: “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Cuando usted entregó su vida a Dios, se encontró cara a cara con el amor de su Padre celestial. Ahora, a medida que avanza en el camino, apóyese y profundícese en Él. ¡Dios le ama!
VERSÍCULO CLAVE
"En fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios" (Efesios 3:19).
Día 6: Responder a Dios
¿Cómo respondo a Dios?
Supóngase que está caminando por la espesura de un bosque y se sale del camino y se pierde. Cae la noche y con ella, el frío y la oscuridad. No tiene ni comida ni agua. Comienza a dar tumbos a ciegas, frenéticamente y sin sentido. El miedo le consume: “a lo mejor nunca conseguiré el camino de regreso.”
Luego sus ansiosos ojos divisan una luz a lo lejos. Se da cuenta de que ¡Alguien lo está buscando! La luz se aproxima y grita: “¡Estoy aquí!” Usted oye la respuesta: “¡Siga gritando!” Poco después aparece su rescatador: un
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