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La Cristologia De Los Sinopticos

pamelaarias6 de Diciembre de 2011

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La Cristología de los sinópticos y la polaridad (Jesús terreno-Cristo glorificado)

Marcos.

Es Marcos, el más antiguo de los evangelios escritos, suponiendo el hecho que fue el inspirador de los demás escritores sinópticos.

En este evangelio, se presentan dos títulos decisivos: Hijo de Dios e Hijo de hombre. A través de sus escritos, Marcos nos muestra a Jesús, envuelto en la incomprensión por parte del pueblo y de sus propios discípulos de su propia identidad y obra.

Marcos aborda el tema del secreto mesiánico, y ve a Jesús actuando poderosamente en virtud de un poder que Dios le ha concedido. Esto es manifestado tanto en la enseñanza que Jesús entrega, como en la expulsión de demonios y milagros. La manifestación de su identidad, no obstante, permanecía oculta al pueblo, y revelada sólo a sus discípulos, los cuales pese a las claras enseñanzas de Jesús y explicación de las parábolas, no lograban comprender a cabalidad, que era el Ungido enviado de Dios. El misterio de Jesús sólo podía comprenderse si se le reconocía como Hijo de Dios, o desde el punto de vista histórico-salvífico, como el Hijo de hombre que debe padecer y morir para ser resucitado por Dios y aparecer finalmente en la Gloria.

Pese a las muchas interpretaciones de los escritos de Marcos, respecto al secreto mesiánico y las intenciones de Jesús de ocultar su identidad, el hecho concreto, es que los discípulos no lo podían entender, y su incomprensión formaba parte de la soledad y el abandono propios del Hijo del Hombre, que lo llevaría a pasar por la humillación y muerte de cruz y que sólo con su resurrección los discípulos podrán comprender.

Marcos intenta indicar a sus lectores este misterio a la luz de la fe. Jesús es el Hijo de Dios que cumple obediente su cometido mesiánico y recorre la ruta que le ha sido marcada.

Pasemos al segundo título cristológico, Hijo de Hombre, el que no está en oposición con el título de Hijo de Dios dentro de la concepción de Marcos, sino que brinda la posibilidad de proyectar la actuación y significación de Jesús desde nuevos aspectos, sobre todo desde el aspecto histórico-salvífico.

En el evangelio de Marcos, se destaca fuertemente la figura del Hijo de Hombre doloroso y propiciatorio que a través de la muerte, llega a la resurrección; esta figura se acomoda perfectamente a su cristología en la que tanto pesa el secreto mesiánico.

Solamente con la muerte en la cruz se comprende realmente la auténtica condición mesiánica de Jesús, su verdadera identidad como Hijo de Dios. Por lo tanto, el sentido del secreto mesiánico es que la completa identidad de Jesús como Hijo de Dios sólo se tiene tras la muerte en la cruz y la resurrección: la revelación que se dio en Jesús es incompleta y se interpreta equivocadamente antes de la pasión y resurrección. Solamente a la luz de la cruz adquiere verdadero sentido el carácter mesiánico de Jesús y su identidad como Hijo de Dios; hasta ese momento, su comprensión era incompleta, lo que ocasionaba malos entendidos e incomprensiones.

La insistencia en este aspecto se debe a que el evangelio de Marcos parece estar preocupado por el hecho de que sus cristianos pudieran entender mal a Jesús y no estar dispuestos a seguirlo en el camino de la cruz.

Mateo.

En Mateo, hay una conexión indiscutible con la cultura judía, a la vez no se puede perder de vista, su universalismo, su apertura al mundo de la gentilidad y hacia un cristianismo de “gran iglesia”.

El secreto mesiánico de Marcos desaparece en Mateo. Los discípulos son presentados en sentido de modelo y orientación. El tema del mesianismo es planteado de modo distinto, con más intensidad que Marcos, pues hay especial interés en demostrar la mesianidad de Jesús en el sentido judaico, aunque no de acuerdo con las ideas habituales del judaísmo, sino a base de una interpretación cristiana condicionada por el comportamiento de Jesús. Mateo se apoya en la cantidad de milagros hechos por Jesús, para demostrar su mesianidad a los judíos.

Aparte de los títulos de Hijo de Dios e Hijo de Hombre mencionado por Marcos, Mateo destaca la designación de El Ungido y el Rey, pero sobre todo toma significado preponderante el título de Hijo de David. Esto indica que este Mesías procede del linaje de David, siendo al mismo tiempo el siervo de Dios de Isaías, aunque resalta su actuación callada y humilde como sanador y perdonador de pecados.

Mateo nos presenta en su evangelio, una prehistoria de Jesús. Una detallada genealogía, nos muestra a un Jesús hijo de David, Hijo de Abraham, que según las Escrituras procede de la ciudad de David. Esta genealogía concede especial valor a su descendencia del pueblo de la promesa y de la estirpe real de David.

Mediante estos pasajes los lectores quedan preparados para entender la conducta, la actividad y el destino mesiánico de Jesús.

Mateo, mediante este trabajo investigativo, intenta presentar a Jesús con un apoyo histórico, de manera que el pueblo judío pueda comprender a cabalidad la identidad de este Mesías enviado.

Para Mateo el tema de la humillación y la pasión de Jesús queda más en segundo plano, enfocándose más bien en los sucesos post resurrección, destacando su entronización como su instauración celeste, considerando todos los acontecimientos anteriores desde esta perspectiva.

El autor de este libro intenta crear un vínculo entre Jesús y Moisés. ¿Ve el evangelista en Jesús un segundo Moisés? ¿Usa una tipología del Éxodo y de Moisés? Las respuestas que se han dado son contradictorias. Según un punto de vista externo, todo el Evangelio de Mateo delata en su estructura la intención del autor de escribir un Pentateuco cristiano.

El propósito de Mateo se hace evidente en la estructura de este libro, se agrupa las enseñanzas y los hechos de Jesús en cinco partes. Esta estructura, común en el judaísmo, quizás refleje el propósito de Mateo de presentar a Jesús como el cumplimiento de la ley. Cada división termina con la formula “y cuando terminó Jesús estas palabras”.

A excepción del principio y final del evangelio, Mateo no sigue un orden cronológico o estrictamente biográfico, pero el texto está diseñado para mostrar que en Jesús el judaísmo encuentra la realización de sus esperanzas.

Lucas.

Es común a todos los discursos la afirmación central de que Jesús fue muerto a manos de hombres, pero Dios le resucito y esto constituye el principio fundamental de la cristología.

Se concede gran importancia a la actuación taumaturgica y curativa de Jesús.

La historia de Jesús lo que se ha contado en toda la tierra de los judíos comienza con la actuación de Juan el bautista el que predicaba antes de su llegada.

También Lucas concede valor a la ascendencia davídica de Jesús, a fin de mostrar que en el se han cumplido las promesa hechas al Rey David.

La actuación de Jesús esta caracterizada por su unción con el espíritu santo y la fuerza.

A la resurrección de Jesús sigue su exaltación a la diestra de Dios y su instauración en el señorío celeste.

El tiempo de Jesús y de la iglesia están íntimamente relacionados entre si, la pasión de Jesús, su resurrección y exaltación son el presupuesto de la venida del espíritu, que Jesús anuncia expresamente como promesa del padre. Por otro lado, incluye muchas cosas que demuestran la universalidad del cristianismo. Sitúa el nacimiento de Jesús en un contexto romano, a fin de demostrar que los acontecimientos que relata tienen significación para todos los pueblos. En tanto Mateo traza los ancestros de Jesús desde Abraham, Lucas se remonta hasta Adán, vinculando al Señor con toda la raza humana.

Pero también destaca las raíces judías de Jesús. De todos los autores de evangelios, él es el único que recoge la circuncisión y dedicación de Jesús, así como su visita al templo cuando era un muchacho de doce años. Sólo él relata el nacimiento y la infancia de Jesús en el contexto de un piadoso grupo de judíos, quienes se contaban entre el remanente fiel que esperaba «la consolación de Israel» (2.25). A lo largo de su Evangelio,

Lucas pone en claro que Jesús representa la consumación de las expectativas del Antiguo Testamento sobre la salvación. Este Evangelio hace más referencias a la oración que los otros. Lucas enfatiza especialmente la vida de oración de Jesús, al relatar siete ocasiones en que Jesús ora que no aparecen en ninguno de los otros Evangelios. Sólo Lucas contiene las lecciones del Señor sobre la oración que se ofrecen en las parábolas del amigo inoportuno, el juez injusto y el fariseo y el publicano. Además, el Evangelio abunda en notas de alabanza y acción de gracias.

El himno cristológico

El cántico de la carta a los Filipenses, considerado como un texto preexistente y autónomo en el ámbito del culto, fue empleado y seguido por Pablo y por la comunidad cristiana en función parenética para proponer a los cristianos la actitud humilde de Jesús, como ejemplo de su conducta de vida comunitaria. La composición literaria y la estructural dividen el texto en dos partes:

- vv. 6-8: la primera saca a la luz la humillación de aquel que es igual a Dios;

- vv. 9-11: la segunda celebra su exaltación como Señor de la creación y de la historia.

Con todo, las expresiones singulares del texto deben ser interpretadas en relación con la parénesis de toda la carta, cuyo cuerpo se articula en dos partes principales (cf. Flp. 1,12-2,18 y 3,1-4,9).

Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo

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