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La Muerte


Enviado por   •  23 de Julio de 2013  •  Ensayos  •  1.190 Palabras (5 Páginas)  •  227 Visitas

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a muerte.

Es poco lo que conocemos de la prehistoria de la humanidad, pero lo poco que conocemos lo sabemos a través de las tumbas y ello porque los cuerpos están acompañados por una serie de objetos que le iban a servir al muerto de ayuda en el más allá, de sustento en la otra vida; que le iban a acompañar en su tránsito hacia la otra vida. Y esto de alguna manera es algo que se repite en todas las culturas, llegando inclusive a manifestarse en nuestros días. Esta concepción de una vida en el más allá se repetiría como una constante a lo largo de toda la historia de la humanidad.

Con la evolución de las culturas el concepto de muerte se va intelectualizando. El concepto de eternidad, de trascender la muerte, de un no aceptar la muerte física es una constante de todas las culturas, de todas las épocas y que nos influye en nuestra cotidianeidad. Los muertos siguen formando parte de nuestra vida activa en cuanto los recordamos. La conservación de las tumbas, de los cuerpos, de las figuras de los seres que ya no están con nosotros siguen marcando la presencia de alguien que no está, pero que se encuentra presente.

Este trascender la muerte tendría como polo contrario a la eternidad. Y aquí se daría una crisis existencial en tanto somos conscientes de nuestra no-eternidad. Como diría Plotino, los animales son mortales y no son conscientes de ello; los dioses son inmortales y son conscientes de ello, pero el pobre hombre, a mitad de camino entre ambos, es mortal y es consciente de ello y en ello radicaría su angustia existencial básica.

Hay dos opciones: o nos morimos (dejar de ser), o no nos morimos (llegar a ser), y ambas opciones son realmente desesperantes, ambas nos provocan una angustia, una dificultad existencial que es y se siente como universal. En este sentido podríamos decir que la vida de todo ser está signada por dos absurdos: el haber nacido y el tener que morir. Y en el medio se daría la existencia.

Lo que en realidad vivimos es la muerte del otro. Vivimos un hecho externo a nosotros mismos; vivimos la falta de ese interlocutor, pero no la muerte en sí de ese interlocutor; vamos a vivir las consecuencias que va a tener para nosotros la no existencia del otro, pero no vamos a experienciar su muerte.

El "en sí" sigue existiendo porque es eterno, lo que se frena es el "para sí" que es la forma en que uno vive.

No se puede tener experiencia de la muerte porque ella es la negación de la vida.

Dice Heidegger: "Uno sabe de la muerte cierta y sin embargo no es cierto propiamente de ella... A la certidumbre va unida la indeterminación de su cuando".

Por otra parte dice Sartre que aceptar morir por vejez es aceptar que la vida sea una empresa limitada. Vamos a vivir nuestra vida en función de cumplir nuestros objetivos a esa fecha y por ello decimos que es una empresa limitada. Pero el problema radicaría en que nos podemos morir en cualquier momento, entonces ese objetivo que es limitado sería además fallido, porque puede terminar en cualquier momento.

Ese objetivo lo más probable es que sea fallido. A punto tal que clínicamente es usual la muerte de muchas personas al poco tiempo de su jubilación y ello porque dejamos de hacer una tarea, "fallamos" en la realización de esa tarea y no sabemos cuando va a fallar, no podemos programar ese "cuando".

La muerte es una pérdida para los sobrevivientes. La pérdida que "vive" el muerto es una pérdida a la que no podemos llegar a conocer y porque vivir es "ser en el mundo", no podemos conocer aquello que se encuentra siendo fuera del mundo.

El ser es pero nosotros vamos a dejar de ser, lo que además de ser una contradicción es un generador de angustia y esa angustia la sentimos

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