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La restauración del propósito de Dios

Fernando Madariaga CárcamoTarea11 de Abril de 2023

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IGLESIA ASAMBLEA DE DIOS AUTÓNOMA

PR. FERNANDO MADARIAGA C.

DOMINGO 24 DE JULIO.

LA RESTAURACIÓN DEL PROPÓSITO DE DIOS.

Escritura: Nehemías 8:8-12

Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura. Y Nehemías el gobernador, y el sacerdote Esdras, escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley. Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza. Los levitas, pues, hacían callar a todo el pueblo, diciendo: Callad, porque es día santo, y no os entristezcáis. Y todo el pueblo se fue a comer y a beber, y a obsequiar porciones, y a gozar de grande alegría, porque habían entendido las palabras que les habían enseñado. 13 Al día siguiente se reunieron los cabezas de las familias de todo el pueblo, sacerdotes y levitas, a Esdras el escriba, para entender las palabras de la ley. 14 Y hallaron escrito en la ley que Jehová había mandado por mano de Moisés, que habitasen los hijos de Israel en tabernáculos en la fiesta solemne del mes séptimo; 15 y que hiciesen saber, y pasar pregón por todas sus ciudades y por Jerusalén, diciendo: Salid al monte, y traed ramas de olivo, de olivo silvestre, de arrayán, de palmeras y de todo árbol frondoso, para hacer tabernáculos, como está escrito. Salió, pues, el pueblo, y trajeron ramas e hicieron tabernáculos, cada uno sobre su terrado, en sus patios, en los patios de la casa de Dios, en la plaza de la puerta de las Aguas, y en la plaza de la puerta de Efraín. 17 Y toda la congregación que volvió de la cautividad hizo tabernáculos, y en tabernáculos habitó; porque desde los días de Josué hijo de Nun hasta aquel día, no habían hecho así los hijos de Israel. Y hubo alegría muy grande. 18 Y leyó Esdras en el libro de la ley de Dios cada día, desde el primer día hasta el último; e hicieron la fiesta solemne por siete días, y el octavo día fue de solemne asamblea, según el rito.

Introducción.  

Quisiera partir esta enseñanza. Con una cita del escritor. JI Packer. En su libro sobre Nehemías.: “El propósito de los habitantes de Jerusalén, era ser una comunidad separada del mundo, a fin de ser un modelo para Dios”.

Creo que esta frase encierra lo que leímos del capítulo 8 y también el tema que quiero exponer en esta mañana: La restauración del Propósito de Dios.

Al igual que el pueblo de Israel, necesitamos ser restaurados en el propósito de Dios, y muy especialmente en lo que JI Packer señala, ser un modelo para Dios. Una Iglesia modelo, como es parte de nuestra visión parte de una Iglesia que es restaurada en su propósito.

Pero antes de adentrarme en el tema propiamente tal, quisiera recordar algunos antecedentes de este capítulo 8 de Nehemías.

Nos encontramos en la etapa histórica del pueblo de Israel llamada post exilio, la etapa que sucedió a los 70 años de exilio en Babilonia.

Dios les habló repetidamente por los profetas como Isaías y Jeremías, entre otros, que se vuelvan a Dios sino iban a ser llevado cautivos por naciones extranjeras. Fue así como el año 587 A.C, Jerusalén fue tomada por las tropas de Nabucodonosor II de Babilonia, deportando a miles de judios, en especial jovenes y nobles, entre ellos estaba Daniel y sus amigos, levitas que colgaron sus instrumentos en los rios de babilonia. De este periodo de tiempo es donde emergen Salmos como el 126:

“Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, Seremos como los que sueñan. Entonces nuestra boca se llenará de risa, Y nuestra lengua de alabanza; Entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con estos. Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; Estaremos alegres”.

O como el Salmo 137.

“Junto a los ríos de Babilonia, Allí nos sentábamos, y aun llorábamos, Acordándonos de Sion. Sobre los sauces en medio de ella colgamos nuestras arpas. Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos, Y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo: Cantadnos algunos de los cánticos de Sion. ¿Cómo cantaremos cántico de Jehová En tierra de extraños? Si me olvidare de ti, oh Jerusalén, Pierda mi diestra su destreza. Mi lengua se pegue a mi paladar, Si de ti no me acordare; Si no enalteciere a Jerusalén Como preferente asunto de mi alegría”.

Salmos 137:1-6.

El año 539 A.C, es el edicto de Ciro rey de Persia, recordemos que Nabucodonosor cayó en manos de este rey, cosa que Daniel le profetizó, este edicto mandaba que los judíos vuelvan a su tierra y edifiquen sus ciudades destruidas. Así comenzó un largo proceso de regreso a la tierra en varios grupos, El primero liderado por Zorobabel, después otro grupo liderado por Esdras y finalmente Nehemías. Periodo en el cual se reconstruyeron ciudades, los judios volvieron a sus campos y aldeas, pero fue la amonestación del Señor por profetas como Hageo y Malaquías que motivaron al pueblo a reconstruir la casa de Dios, el Templo que había sido destruido y liderados por Nehemías reconstruir el muro de la ciudad de Jerusalén, fue precisamente unos 10 días después de terminar el muro de Jerusalén y restaurar sus puertas que el pueblo se reúne como un solo hombre a escuchar la ley de Dios.

Esta gran convocatoria no solo representa una asamblea solemne de tipo conmemorativa, un ceremonial que había que hacer para conservar las tradiciones, sino un momento clave de la restauración espiritual de la nación de Israel, quisiera destacar tres aspectos de esta restauración, la cual también debe ser una restauración para la Iglesia y para cada uno de nosotros.

  • Dios quiere restaurar nuestra identidad.
  • Dios quiere restaurar nuestro sentido de cuerpo.
  • Dios quiere restaurar nuestra dependencia en Él.

  1. Dios quiere restaurar nuestra identidad.

El libro de Nehemías en general y en especial el capítulo 8 son una muestra de como una nación recupera su identidad. Tantos años de exhilio le habían hecho perder hasta el idioma, de manera que no entendían el libro de la ley.

Aquí vemos como se combina el liderazgo civil de Nehemías, el organizador, el visionario que visitó Jerusalén de noche, con el liderazgo del maestro Esdras, varón versado en la Ley de Jehová que había preparado su corazón para inquirir, poner en práctica y enseñar a sus hermanos.

Hay momentos de la historia de los lideres que entienden por qué Dios le sostuvo hasta cierto punto, y que toda su vida fue solo una preparación para grandes momentos de la historia de una nación. Aquí encontramos a Esdras, elevado en una torre desde donde veía a toda su audiencia que se había reunido a escuchar la ley de Dios, había también levitas distribuidos que explicaban la ley y la traducían puesto que la mayor parte del pueblo había perdido el uso del hebreo, idioma de las escrituras, y leyeron desde el alba hasta el mediodía.

Escucharon solemnemente el relato de la creación y de los patriarcas del génesis, de cómo nació la nación de Israel desde la descendencia de Abraham, el hombre que le creyó a Dios, y como sus generaciones entraron en Egipto para ser salvados del hambre, escucharon de la poderosa liberación del pueblo de Israel y de cómo levantó a Moisés y Aaron para doblegar a toda una nación, endureciendo el corazón de Faraón. Seguramente, escucharon con asombro las plagas con las que Dios azotó a Egipto y la gloriosa salida después de celebrar la pascua, de como Dios abrió el mar para que su pueblo pasara en seco y fueran ahogados los ejércitos de Faraón. Escucharon también del peregrinaje en el desierto y de cómo allí Dios le dió mamá y agua, sombra de día y columna de fuego en la noche. De cómo hicieron un becerro de oro por el cuál Dios les hirió matando a miles. De cómo Moisés bajó del monte Sinaí con las tablas de la ley y les enseñó los preceptos de Dios, oirían también las conquistas de Josué y las guerras con las naciones que habitaban Canaán, las leyes y preceptos de Dios, del holocausto, del sacerdocio, de las ofrendas y sacrificios, verían con horror que sus vidas tan alejadas de la ley de Jehová era un pálido de reflejo del pueblo al que estaban llamados a ser, un pueblo santo al Señor, oirían de las fiestas solemnes en que debían tributar culto al Señor, cada una de ellas 7 en el año desde la pascua hasta el sucot, conocerían en definitiva a un Dios Santo ante un pueblo apartado del Señor. Sus vidas fueron impactadas al conocer su historia, su pasado glorioso y la grandeza del Dios de las escrituras que escuchaban, reconocieron la magnitud de su pecado de vivir por años alejados del Dios de sus padres, era solo una minoría de levitas que habían conservado el idioma de las escrituras, lo demás fueron esclavizados y obligados a teñirse del paganismo babilónico, descubrieron que eran precisamente aquello que Dios tanto aborrecía, no eran mejor que los amalecitas que Jehová mandó a destruir o de los idolatras amorreos, por tanto ese primer día del mes de tisrri comenzaron a llorar quebrantados por la palabra de Dios en un acto unísono de arrepentimiento.

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