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Las 28 Creencias De Los Adventistas


Enviado por   •  18 de Julio de 2015  •  4.485 Palabras (18 Páginas)  •  177 Visitas

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RESÚMEN DE LAS 28 CREENCIAS DE LA IASD

LA DOCTRINA DE DIOS

LA PALABRA DE DIOS: Las Sagradas Escrituras, que abarcan el Antiguo y el Nuevo Testamentos, constituyen la Palabra de Dios escrita, transmitida por inspiración divina mediante santos hombres de Dios que hablaron y escribieron impulsados por el Espíritu Santo. Por medio de esta Palabra, Dios comunica a los seres humanos el conocimiento necesario para alcanzar la salvación. Las Sagradas Escrituras son la infalible revelación de la voluntad divina. Son la norma del carácter, el criterio para evaluar la experiencia, la revelación autorizada de las doctrinas, y un registro fidedigno de los actos de Dios realizados en el curso de la historia (2 Ped. 1:20,21; 2 Tim. 3:16,17; Sal.119:105; Prov.30:5,6; Is.8:20; Jn.17:17; 1 Tes.2:13; Heb.4:12).

LA DEIDAD: Hay un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, una unidad de tres personas coeternas. Dios es inmortal, todopoderoso, omnisapiente, superior a todos y omnipresente. Es infinito y escapa a la comprensión humana, aunque se lo puede conocer por medio de su autorrevelación. Es digno para siempre de reverencia, adoración y servicio por parte de toda la creación (Deut.6:4; Mat.28:19; 2 Cor. 13:14; Ef.4:4-6; 1 Ped.1:2; 1 Tim.1:17; Apoc.14:7).

DIOS EL PADRE: Dios, el Padre Eterno es el Creador, Originador, Sustentador y Soberano de toda la creación. Es justo y santo, misericordioso y clemente, tardo en airarse y abundante en amor y fidelidad. Las cualidades y facultades del Padre se manifiestan también en el Hijo y en el Espíritu Santo (Gen.1:1; Apoc.4:11; 1 Cor.15:28; Jn.3:16; 1 Jn.4:8; 1 Tim.1:17; Ex.34:6,7; Jn.14:9).

DIOS EL HIJO: Dios el Hijo Eterno se encarnó en Jesucristo. Por medios de él se crearon todas las cosas, se reveló el carácter de Dios, se llevó a cabo la salvación de la humanidad y se juzga al mundo. Aunque es verdadero y eternamente Dios, llegó a ser también verdaderamente hombre, Jesús el Cristo. Fue concebido por el Espíritu Santo y nació de la virgen María. Vivió y experimentó la tentación como ser humano, pero ejemplificó perfectamente la justicia y el amor de Dios. Mediante sus milagros manifestó el poder de Dios y éstos dieron testimonio de que era el prometido Mesías de Dios. Sufrió y murió voluntariamente en la cruz por nuestros pecados y en nuestro lugar, resucitó de entre los muertos y ascendió para ministrar en el Santuario celestial en favor de nosotros. Volverá otra vez en gloria para librar definitivamente a su pueblo y restaurar todas las cosas (Jn.1:1-3,14; Col.1:15-19; Jn.10:30; 14:9; Rom.6:23; 2 Cor.5:17-19; Jn.5:22; Luc.1:35; Fil.2:5-11; Heb.2:9-18; 1 Cor.15:3,4; Heb.8:1,2; Jn.14:1-3).

DIOS EL ESPIRITU SANTO: Dios el Espíritu Eterno desempeñó una parte activa con el Padre y el Hijo en la creación, la encarnación y la redención. Inspiró a los autores de las Escrituras. Infundió poder a la vida de Cristo. Atrae y convence a los seres humanos, y renueva a los que responden y los transforma a la imagen de Dios. Enviado por el Padre y el Hijo para estar siempre con sus hijos, concede dones espirituales a la iglesia, la capacita para dar testimonio a favor de Cristo y, en armonía con la Escrituras, la guía a toda la verdad (Gen.1:1,2; Luc.1:35; 4:18; Hech.10:38; 2 Ped.1:21; 2 Cor.3:18; Ef.4:11,12; Hech.1:8; Jn.14:16-18,26; 15:26,27; 16:7-13).

LA DOCTRINA DEL HOMBRE

LA CREACION: Dios es el Creador de todas las cosas, y reveló en las Escrituras el relato auténtico de su actividad creadora. El Señor hizo en seis días “los cielos y la tierra” y todo ser viviente que la habita, y reposó en el séptimo día de esa primera semana. De ese modo estableció el sábado como un monumento perpetuo conmemorativo de la terminación de su obra creadora. Hizo al primer hombre y a la primera mujer a su imagen como corona de la creación, y les dio dominio sobre el mundo y la responsabilidad de cuidar de él. Cuando el mundo quedó terminado era “bueno en gran manera”, proclamando la gloria de Dios (Gen.1; 2; Ex.20:8-11; Sal.19:1-6; 33:6,9; 104; Heb.11:3).

LA NATURALEZA HUMANA: Dios hizo al hombre y la mujer a su imagen, con individualidad propia, y con la facultad y la libertad de pensar y obrar. Aunque los creó como seres libres, cada uno es una unidad indivisible de cuerpo, mente y espíritu, que depende de Dios para la vida, el aliento y todo lo demás. Cuando nuestros primeros padres desobedecieron a Dios, negaron su dependencia de él y cayeron de la elevada posición que ocupaban bajo el gobierno de Dios. La imagen de Dios en ellos se desfiguró y quedaron sujetos a la muerte. Sus descendientes participan de esta naturaleza caída y de sus consecuencias. Nacen con debilidades y tendencias hacia el mal. Pero Dios, en Cristo, reconcilió al mundo consigo mismo y, por medio de su Espíritu Santo, restaura en los mortales penitentes la imagen de su Hacedor. Creados para la gloria de Dios, se los llama a amarlo a él y a amarse mutuamente, y a cuidar del ambiente que los rodea (Gen.1:26-28; 2:7; Sal.8:4-8; Hech.17:24-28; Gen.3; Sal.51:5; Rom.5:12-17; 2 Cor.5:19,20; Sal.51:10; 1 Jn.4:7,8,11,20; Gen.2:15).

LA DOCTRINA DE LA SALVACION

EL GRAN CONFLICTO: Toda la humanidad está ahora envuelta en un gran conflicto entre Cristo y Satanás en cuanto al carácter de Dios, su ley y su soberanía sobre el universo. Este conflicto se originó en el cielo cuando un ser creado, dotado de libre albedrío, se exaltó a sí mismo y se convirtió en Satanás, el adversario de Dios, que condujo a la rebelión a una parte de los ángeles. Satanás introdujo el espíritu de rebelión en este mundo cuando indujo a Adán y a Eva a pecar. El pecado humano produjo como resultado la distorsión de la imagen de Dios en la humanidad, el trastorno del mundo creado y, posteriormente, su completa devastación en ocasión del diluvio universal. Observado por toda la creación, este mundo se convirtió en el campo de batalla del conflicto universal, a cuyo término el Dios de amor quedará finalmente vindicado. Para ayudar a su pueblo en este conflicto, Cristo envía al Espíritu Santo y los ángeles leales para guiarlo, protegerlo y sostenerlo en el camino de la salvación (Apoc.12:4-9; Is.14:12-14; Ez.28:12-18; Gen.3; Rom.1:19-32; 5:12-21; 8:19-22; Gen.6:8; 2 Ped.3:6; 1 Cor.4:9; Heb.1:14).

LA VIDA, MUERTE Y RESURRECCION DE CRISTO: Mediante la vida de Cristo, de perfecta obediencia a la voluntad de Dios, y en sus sufrimientos, su muerte y su resurrección, Dios proveyó el único medio para expiar el pecado humano, de manera que los que por fe aceptan esta expiación puedan tener vida eterna, y toda la creación pueda comprender mejor el infinito y santo amor del Creador. Esta

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