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Las vestiduras del templo

emmagmEnsayo17 de Mayo de 2017

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LA VESTIDURA DEL TEMPLO

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo,  el cual está en vosotros,  el cual tenéis de Dios,  y que no sois vuestros? (1Co 6:19)

El tema de las vestiduras del templo es sumamente importante en nuestra formación para alcanzar la madurez espiritual. Todo lo que hemos venido adquiriendo en su formación quedaría incompleto sin este conocimiento. Enseñar de la vestidura es un tema  amplio y diverso. Investigando en la Palabra de Dios hemos descubierto las dos dimensiones en las que se presenta en Las Sagradas Escrituras. Una completamente física y la otra espiritual. Todo comienza en el principio, en aquella hermosa y perfecta creación presentada en el libro del Génesis. Dios vio todo lo creado e hizo aquella poderosa proclama:

Génesis 1:31 “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto”. 

En el Génesis podemos leer con claridad que después de la caída Adán descubre su desnudez delante de Dios, desnudez tanto física como espiritual:

Génesis 3:7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.”

Tal vez se haya preguntado ¿porque Dios los creó desnudos?  ¿Qué razón tendría para no haberlos vestido después de crearlos? Eso podemos descubrirlo al escudriñar a lo largo de toda la escritura. Para tener un ejemplo de cómo se entiende el problema de la desnudez espiritual solo basta leer la exhortación que el Señor hace a la Iglesia  Laodicea:

Apocalipsis 3:17-18

17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna  cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. 

18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas”. 

Note que al final del versículo 17 el Señor exhorta esa Iglesia y les dice que la consecuencia de vivir en su pecado sería precisamente la  desnudez espiritual. En el versículo 18 el consejo del Señor fue que acudieran a Él para ser perdonados y limpiados con su sangre para así  hallar en Él vestiduras blancas y no se descubriera la vergüenza de su desnudez espiritual. Podemos entender que para Adán el estado de inocencia sin pecado (santidad), era para él una vestidura delante de Dios. Note lo siguiente:  

Génesis 2:25 “Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban”. 

Antes que ellos pecaran no había ropa… no había vergüenza ni culpa; eso es porque no tenían pecado, no había barreras  en su relación con Dios ni entre ellos. Todo eso cambió cuando decidieron desobedecer el mandamiento de Dios, en el momento que comieron del fruto prohibido experimentaron vergüenza y pudor, en ese momento se le abrieron los ojos y tomaron conciencia de su desnudez. Por primera vez sintieron la vergüenza y la culpa que son frutos del pecado, inmediatamente trataron de encontrar la forma de cubrir su desnudez y vergüenza. No pidieron el consejo a Dios para resolver su problema, exactamente así le pasa a todo creyente cuando pierde su relación con el Señor. Entonces idearon su propio plan: “Cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales”. Cubrieron sólo sus partes íntimas como idea de confección para cubrir su desnudez física. Aparece en La Escritura por primera vez el termino hebreo “hagorah-delantales” que habla de una vestidura falsa, engañosa. Pronto descubrieron  que las hojas de higuera no podían resolver el problema de manera adecuada y por eso se escondieron:

Génesis 3:8 “Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.”

Dios tomó la iniciativa mostrando sus dos más grandes atributos el amor y la misericordia. En toda la historia de la humanidad Dios se ha acercado al hombre a pesar de su pecado mostrando su amor por él para socorrerlo.

Génesis 3:9 Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?”.

Aun cuando el pecado nos separa de Dios siempre se acerca al hombre para perdonarlo y busca la forma de que el hombre se arrepienta y se vuelva a Él. Adán plantea a Dios la falta de ropa y que por esa razón se escondía de su presencia:   

Génesis 3:10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.” 

Dios demuestra que Él no consideraba que su desnudez física fuera el problema principal.  

Génesis 3:11 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no  comieses?

La principal preocupación de Adán y Eva era su desnudez, lo primero que Dios quería tratar con Adán era que su relación con Él se había roto al desobedecer el mandamiento que les había dado. A ellos les preocupaba su apariencia externa,  Dios se interesa por su condición espiritual. Cuando Dios acude para ayudar al hombre inmediatamente no abordó la tema de la desnudez física. Primero habló con ellos acerca de la raíz del problema: el pecado y sus consecuencias. Dios da la  solución al problema, la promesa del advenimiento del redentor en la simiente (semilla) de la mujer (JESÚS) en  su sangre hay el perdón del pecado:

Génesis 3:15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”. 

Luego, Dios volvió a hablar del asunto de la ropa, mostrando su gran amor y misericordia. Dios vistió a la primera pareja, no pasó por alto el problema ni le restó importancia, finalmente les hace ropa:

Génesis 3:21 Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.”  

Dios les dijo: “He aquí mi provisión para su desnudez, a su manera las cosas no van a resultar. Tienen que hacerlo ¡a Mi manera!” Observe que la idea de ropa de Adán y Eva (hojas de higuera) y la idea de ropa de Dios (túnicas de pieles)  muy diferentes.

Los vestidos que Dios hizo para Adán y Eva eran “túnicas” o “abrigos”. Varios diccionarios bíblicos están de acuerdo que este término se refiere a una pieza de ropa que cubre el cuerpo al menos desde el cuello hasta las rodillas. Esta observación nos ayuda a entender que el propósito de Dios para la ropa era cubrir el cuerpo. ¿Tiene Dios una opinión en cuanto a qué debemos ponernos? ¿Cómo reaccionamos al plan de Dios para nosotros? Demos gracias a Dios porque a Él le importan todos los detalles de nuestra vida. Lo que nos ponemos es un “detalle” muy importante para la mayoría de nosotros.

El Señor Jesucristo dijo:

Mateo 6:28-30  

28 Y por el vestido,  ¿por qué os afanáis?  Considerad los lirios del campo,  cómo crecen: no trabajan ni hilan;

29 pero os digo,  que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.

30 Y si la hierba del campo que hoy es,  y mañana se echa en el horno,  Dios la viste así,  ¿no hará mucho más a vosotros,  hombres de poca fe?”

Puesto que Dios nos conoce y nos ama, podemos confiar en sus planes y dirección para nuestra vida. Jesús transforma nuestra vida, para que seamos como Él. Para ahondar en el tema de las vestiduras. Lo trataremos desde la perspectiva del tema principal que es la “vestidura del templo” es importante recordar que siempre vamos a ver este tema desde dos dimensiones: vestidura física (ropa)  y vestidura espiritual (santidad).

EL TEMPLO DE DIOS (Tabernáculo).

Dios ordenó a Moisés construir un tabernáculo (tienda) de acuerdo a un modelo que le mostró:

Hebreos 8:5  “Los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales,  como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo,  diciéndole: Mira,  haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.”

 Esta tienda era un santuario provisional (portátil),  dando Dios a entender que no era permanente aquel santuario en la tierra sino que Dios quería que el hombre anhelara estar en el santuario del cielo. Cada vez que la nación de Israel acampaba en su peregrinar por el desierto, el tabernáculo se erigía y la presencia de Dios descendía en aquel lugar.

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