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Ley y gracia ¿dos caras de la misma moneda?


Enviado por   •  14 de Abril de 2020  •  Ensayos  •  1.386 Palabras (6 Páginas)  •  336 Visitas

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Ley y gracia ¿dos caras de la misma moneda?

Jerónimo Quintero.

Al hablar de ley y de gracia, se está hablando de la mayor división histórica y religiosa que ha existido al menos en el cristianismo, se habla también del sustento de dos corrientes religiosas que, aunque distintas siguen al mismo Dios; se habla del legado de Moisés y del de Jesús. Ahora, ¿en qué radica su diferencia?, o ¿cuál de las dos es la correcta a seguir? Son preguntas que suelen surgir a la hora de hablar de estos temas y que en este escrito se van a tratar y responder.

Recopilación histórica de la ley y la gracia.

Para ahondar más en lo que es la ley y la gracia, es necesario conocer el origen histórico, dentro de la cronología cristiana, de ambos términos. El primero en surgir es la ley, entre el año 1315 y 1300 a. C según algunos historiadores, cuando el profeta, líder y legislador judío Moisés subió al monte Sinaí por orden de Dios, y le fueron entregadas dos tablas de piedra escritas por la mismísima mano de la deidad, las cuales contenían los llamados “10 mandamientos”, es decir, la ley, la cual dictaba, como su nombre lo dice 10 mandatos esenciales para no solo mantener una relación con Dios, sino salvarse de la muerte eterna; los cuales eran los siguientes: Primero, amarás a Dios sobre todas las cosas; segundo, no tomarás el nombre de Dios en vano; tercero, santificarás las fiestas; cuarto, honrarás a tu padre y a tu madre; quinto, no matarás; sexto, no cometerás actos impuros; séptimo, no robarás; octavo, no mentirás; noveno, no tendrás pensamientos impuros, y décimo, no codiciarás lo ajeno. (Éxodo 20). Mandatos que rigieron la vida y política judía durante más de mil años. Por su parte, el término gracia, o al menos su significado, surgió durante el periodo ministerial de Jesús, entre el 28 y el 30 d. C, periodo durante el cual el mesías habló sobre el amor, el perdón y la gracia. Fue aquí que inició el debate religioso e idealista entre la ley y la gracia, el cual terminó con la clara división entre el cristianismo y el judaísmo.

Ahora, ¿exactamente qué es la ley y qué es la gracia? Cómo se mencionó anteriormente, la ley comprendía a los 10 mandamiento dados en la cumbre del monte Sinaí, sin embargo,  no eran solo los 10 mandamientos, sino todos los ritos, ceremonias, lecciones morales y éticas, deberes del pueblo, entre otras cosas, que se encuentran contenidas en el libro de Levítico; estas leyes aunque muy rigurosas y difíciles de cumplir, se convirtieron en la guía de comportamiento del pueblo judío y su irrefutable modo de vida, sin embargo, debido a su inmutabilidad, se dio paso al legalismo, la religiosidad y la hipocresía, que a su vez también dio paso a la división del pueblo entre sacerdotes y ciudadanos comunes, donde los primeros se hallaban en la punta de una pirámide jerárquica mantenida por su aparente perfección y/o determinación a la hora de cumplir la ley, mientras que los segundos vivían bajo el eterno esfuerzo de cumplirla y no morir por sus pecados. Fue entonces que llegó Cristo al mundo con su enseñanza sobre la gracia, la cual se basaba plenamente en el perdón y la misericordia de Dios hacia el hombre, donde lo único que necesitaba el hombre para ser salvo y recibir el favor de Dios es recibir a Jesús como su señor y salvador, como cordero inmolado y/o como sacrificio por sus pecados cometidos y por cometer. De este modo, el cristianismo fue tomando fuerza dentro del mundo religioso, bajo la doctrina de la gracia y cismándose cada vez más de la doctrina de la ley judía, creciendo conforme el tiempo pasaba, volviéndose la religión oficial del Imperio Romano en el siglo IV por decisión del emperador Constantino I, cismándose nuevamente en la Iglesia Católica Romana de oriente y la Iglesia Ortodoxa de occidente. Finalmente, su último gran cambio se dio con la reforma protestante en el siglo XVI con Martin Lutero. Llegando así finalmente al cristianismo moderno, donde la enseñanza de la gracia se esparce con mucha más vivacidad que en otros tiempos. ¿O no?

Contradicción de la gracia y la religión, ¿la ley sigue en juego?

Tomando parte del compendio histórico realizado anteriormente, al igual que las bases de la doctrina de la gracia, ahora se procederá a hacer un análisis de dos sucesos históricos directamente relacionados con la religión. El primero, fue y es conocido como la santa inquisición, la cual fue una práctica que surgió junto con el catolicismo romano, y fue tomando diferentes vertientes y facetas hasta su erradicación a principios del siglo XIX; consistía en la total eliminación de los herejes y/o cualquier amenaza para la iglesia católica; por eliminación entiéndase asesinato o tortura, y por herejía a cualquier pensamiento fuera de lo aprobado por la iglesia, supuestamente inspirados por Dios. Y con ese supuestamente no se busca atacar a el cristianismo ni mucho menos, sino sacar a la luz la realidad tras la bella cubierta de la religión. ¿Acaso el catolicismo no predica la palabra de Cristo, sobre el amor, la regla de oro y misma gracia de la que se ha estado hablando a lo largo del escrito? Al parecer, no, al parecer la iglesia católica utilizó el mismo modelo jerárquico que en el judaísmo, basado en un sistema de apariencias hipócritas para así mantener el dominio sobre mentes maleables, en este orden de ideas, el hereje no era más que el individuo que se atreviera a cuestionar cualquiera de los estatutos tanto como incoherentes como injustos de la iglesia del momento. El segundo suceso es lo que se podría conocer como la causa de la reforma protestante, y como una continuación a la lista de leyes católicas incongruentes a lo que profesan; las indulgencias, las cuales no eran más que una modernización de los sacrificios de sangre judíos, pues consistían en dar una remuneración a la iglesia con el fin de eximirse de las consecuencias de su pecado tanto en vida terrenal como eterna. Demostrando así, con esta conducta, que la ley seguía en pie, aunque escondida, entre los líderes de la iglesia, o si no era la ley lo que prevalecía, al menos la conducta que esta incitaba. Sin embargo, a pesar de toda la corrupción de la iglesia de aquel momento, siempre surgieron mentes que buscaban la pureza de su doctrina, su idea inicial.

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