Madurez Y Crecimiento Espiritual

MADUREZ Y CRECIMIENTO ESPIRITUAL

Se podría creer que el tiempo de madurez es cuando empiezas a tratar de ayudar a otros a crecer espiritualmente. Sin embargo es cuando empiezas a dar pasos firmes, y tomas decisiones serias de alimentarte a ti mismo que demostraras madurez. Puede ser que llegues a intentar ayudar a otros sin que antes hayas conseguido alimentarte a ti mismo espiritualmente. Esto te llevara a un orgullo espiritual que nada tiene que ver con la madurez.

La medida de la madurez espiritual depende de cuan bien has tratado de desarrollar tu propia espiritualidad. Si no has tratado de crecer como creyente, entonces no estás en posición de ayudar a otros.

La madurez o perfección cristiana es el desarrollo pleno de todas las potencialidades de la gracia en todos los niveles del organismo sobrenatural. Tiene ya en la fe su propia orientación, su significado y su impulso pero se realiza esencialmente en la caridad.

Una etapa decisiva en la maduración de la personalidad cristiana la constituye el abandono del comportamiento malo, para empezar a actuar como adultos, es decir, asumiendo las nuevas responsabilidades de la fe y de la gracia.

Un signo de la madurez cristiana es la estabilidad de la conversión de la mente y del corazón. El compromiso del adulto no es como la promesa de un niño, sujeta a caprichos y veleidades, sino una toma de posición de la que no se vuelve uno atrás. Es un pacto serio con Dios, en el cual se realizada en el encuentro del amor de Dios y de la libre voluntad del hombre que quiere ser salvado. Solamente el que ha llegado a la madurez espiritual es capaz de esa "desmundanización" del mal.

La madurez espiritual nos hace ver el "compromiso por la Iglesia y el mundo", es decir, la capacidad de superar los estrechos límites del propio "yo" y de entrar en relación constructiva y creadora con los demás para mostrar el amor de Dios a otros que viven en tinieblas.

La vida espiritual es, en su esencia, una vida de crecimiento, de desarrollo y de evolución. El camino hacia la santidad es personal; los santos describen su ascensión personal hacia la perfección, pero su camino no es necesariamente el que todos los hombres pueden y quieren seguir.

La madurez espiritual consiste en aprender cómo caminar en obediencia a Dios. Es tomar la decisión de vivir según el punto de vista de Dios en vez del humano. Por lo tanto, para que se desarrolle la madurez cristiana en su vida, debe tomar la decisión de aprender la Palabra de Dios para renovar su mente, y entonces obedecer aquello que ha aprendido.

Para poder experimentar madurez espiritual, uno debe también entender que el crecimiento viene por gracia y que sólo Dios es su fuente.

En cuanto al crecimiento espiritual incluye crecer en el conocimiento y comprensión de la Palabra de Dios, disminuir la frecuencia y severidad del pecado, crecer en la práctica de las cualidades de Cristo, y crecer en la fe y confianza en Dios.

Para que ocurra el crecimiento espiritual, primero necesita asegurarse que se posee una vida verdaderamente espiritual a través de la fe en el Señor Jesucristo.

Aprender cómo crecer espiritualmente es un viaje de toda la vida, el cual ocurre cuando se lee y aplica la Palabra de Dios en la vida cotidiana.

Para que ocurra el crecimiento espiritual, debemos ser enseñados, corregidos, e instruidos por la Palabra de Dios. Luego, estaremos completamente equipados para toda buena obra. Esta es la esencia del crecimiento espiritual.

Otra clave del crecimiento cristiano es caminar en el Espíritu. Caminar en el Espíritu es permitir que Él, controle, y guíe nuestra vida. Esto se logra al escoger conscientemente, por fe, confiar en el Espíritu Santo para que nos guíe en pensamiento, palabra, y obras. El no confiar en la guía del Espíritu Santo traerá como consecuencia en

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