Mero Cristianismo de C. S. Lewis

“Mero Cristianismo” de C.S. Lewis

Introducción

A lo largo de los años, los hombres y mujeres de la sociedad van alimentando el conocimiento de diversas maneras, muchos se han quedado con lo que los demás les han dicho, por ejemplo en una universidad, algunos alumnos se quedan únicamente con lo que el maestro les enseña, otros son autodidactas y buscan más información respecto a cierto tema, inclusive hay alumnos que se adelantan a la presentación del tema y buscan por su propia cuenta hasta temas relacionados. Sin embargo, gracias al conocimiento y a la capacidad de juicio que tenemos como seres humanos, decidimos en que creer y en que ignorar.

Sucede desde lo más simple como modelos de negocio, teorías científicas, las personas deciden qué es lo mejor para su bienestar, o cuál es la opción más viable para creer, a la que le darán su fe e incluso podrían compartirla con los demás.

Eso mismo pasa con la religión, la cultura, tradiciones e incluso nacionalidad ya nos ha determinado desde nacimiento la religión que profesaremos en nuestro desarrollo. Sin embargo, los tiempos han cambiado, y sobre todo los jóvenes han cambiado su forma de pensar y de creer, ellos son capaces de elegir en que creer y como alimentar su fe, la libertad de la postmodernidad ha llegado a influir en temas de relevancia cultural como este.

Pueden existir diversas religiones en el mundo y a su vez, el creador del que se hable en cada uno puede variar y esta es una forma muy sencilla de dividir a las personas con religiones diferentes.

En el libro II “Lo que creen los cristianos”, habla de los diversos escenarios que rodean cristiano y a su vez a las diversas religiones. De las divisiones del mundo, enfocado en la religión, en la premisa de si existe un Dios y posteriormente, qué clase de Dios o dioses son los “reales”. Lewis remarca que en este punto el cristianismo coincide con muchas de las religiones, tales como los griegos y romanos, estoicos, hinduistas, etc., en donde se ven en una postura contraria a los materialistas de la Europa occidental.

Una vez plantada la primera división, existe otra división importante; la clase de Dios en el que se cree y esto ocurre de la siguiente manera; por un lado tenemos a un Dios que existe más allá de lo que es el bien y de lo que es el mal y a eso se le conoce como Panteísmo, sostenido por el filósofo Hegel. Por el otro lado, se habla de un punto de vista que sostiene la idea cristiana de Dios. A continuación se explicaré mejor ambas posturas.

El panteísmo según el Diccionario de la Lengua Española, “es un sistema filosófico de quienes creen que la totalidad del universo es el único Dios”, aquellos que están de acuerdo afirman que Dios es el alma del universo, por lo tanto, si no existe el universo, Dios no existe y todo lo que conforma el universo es parte de Dios mismo.

La idea cristiana asegura que Dios como inventor y creador, es autor del universo, pero no quiere decir que el universo no sería el universo si fuese un mortal. Es aquí donde entra el tema de la bondad y maldad en el mundo, no se puede decir que solo hay cosas malas y Dios es profundamente bueno, se debe hacer un análisis detenido de la distinción del bien y el mal, ya que naturalmente Dios es un ser separado del mundo.

¿Cuántos no hemos preguntado alguna vez, dónde está Dios en los peores momentos de la humanidad?, en mi experiencia, muchas veces, aquí un caso breve, yo vivo en la ciudad de Xalapa, Veracruz, como es conocido, el Estado en particular ha sufrido de un sinfín de inseguridades y corrupción en los últimos años, en parques públicos donde la gente convive en familia han secuestrado personas, en el pleno centro colonial han secuestrado a adolescentes saliendo de su escuela a plena luz del día, han ocurrido balaceras en colonias muy cercas de la propia Universidad, y yo misma me he preguntado ¿Dónde está Dios en estos casos? ¿Dónde estuvo Dios cuando se llevaron a aquella pobre chica? Incluso casos naturales como ¿Dónde estaba Dios cuando rezaba y pedía por la salud de mi abuela?, aquí llegué a un punto en donde coincido con el autor: “…el argumento dependía de decir que el mundo era realmente injusto, y no simplemente que no satisfacía mis fantasías privadas… así me veía forzado a asumir que una parte de la realidad estaba llena de sentido” (C.S. Lewis, pág. 20), y así me di cuenta que muchas veces queremos que Dios nos cumpla caprichos, y cosas a nuestro gusto, pero tenemos que afrontar la realidad, y no por eso caer y dejarnos llevar por el camino más simple que podría ser el ateísmo el cual involucra una carencia de significado.

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