Modernidad

por la necesidad de una conciencia europea de desligarse del periodo de oscurantismo vivido en la edad media, presentándose a sí mismo como una época renovadora. Pero siempre se debe tener en cuenta que la antigüedad ha constituido un punto de referencia para las nuevas generaciones, o por lo mojos ha sido así hasta la polémica entre los modernos y los clásicos; en donde los “modernos” inducidos por unos ideales de perfeccionamiento, caen en un romanticismo amnésico, el cual pierde los rasgos históricos, llegando a si a un enfrentamiento indeterminado con la historia.

Ahora por modernismo se entiende que es aquello que contribuye a dar un término renovado del espíritu del período, la consigna es lo nuevo, lo innovador. Pero también se percibe que la modernidad conserva una relación secreta con lo clásico, entendiendo lo clásico como aquello que sobrevive a través del tiempo. La modernidad se nutre de esta fuerza de lo clásico, constituyendo a si la actualidad de hoy en la de ayer, lo que denomina Jauss la propia modernidad.

La modernidad estética se caracteriza por actitudes que se encuentran en un centro común, en una conciencia cambiada con el tiempo. La modernidad se rebela contra las funciones normalizadoras de la tradición, vive de la experiencia de rebelarse contra todo cuanto es normativo. Debido a las fuerzas del modernismo, el principio del desarrollo y expresión ilimitados de la personalidad propia, la exigencia de una autentica experiencia personal y el subjetivismo de una sensibilidad hiperestimulada han llegado a ser dominantes. La doctrina neoconservadora difumina la relación entre el grato proceso de la modernización social y el lamentado desarrollo cultural y se genera un debate político e intelectual, el cual para los neoconservadores como Peter steinfel, toma forma de presentar todo aquello que pueda entender como una expresión de una mentalidad opositaría, como vinculado de una u otra forma a el extremismo. A si por ejemplo, se establece un vínculo entre la modernidad y al anarquismo, entre la izquierda en general y el terrorismo. A estas cuestiones polémicas en torno a una sociedad subjetiva, cual busca encontrar placer a partir de experiencias propias, lo cual pugna con la disciplina de una vida profesional y con los fundamentos morales de una vida con objetivos racionales, Daniel Bell le atribuye la lentitud con la que se desarrolla esta modernidad cultural, en primer lugar, a la expansión de un estilo caracterizado por la contracultura, el cual se destaca por el rechazo de los valores sociales y modos de vida preestablecidos.

Max weber caracteriza la modernidad cultural como la separación de la razón sustantiva expresada por la religión y la metafísica en tres esferas autónomas que son la ciencia, la modernidad y el arte, que llegan a diferenciarse porque las visiones del mundo unificadas de la religión y la metafísica se separan. El proyecto de modernidad

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