ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

¿No ardía nuestro corazón?


Enviado por   •  25 de Mayo de 2023  •  Apuntes  •  1.987 Palabras (8 Páginas)  •  29 Visitas

Página 1 de 8

¿No ardía nuestro corazón?

Si tu no ardes de Amor, otros muchos morirán de frío.

Hace unas semanas, revivimos la mayor demostración de amor que se puede hacer, Cristo murió por todas y cada una de nosotras, para que todas y cada una vivamos por El.

Pero la gran noticia, es que Cristo Vive, Cristo ha resucitado y nos sale al encuentro cada día,  se nos hace el encontradizo, como lo hizo con los de Emaús cuando volvían de Jerusalen.

Cuenta San Lucas, que el domingo de resurrección dos discípulos de Jesús se marcharon de Jerusalén, donde habían vivido todo lo sucedido en Semana Santa, en el Calvario y vuelven a su pueblo Emaús. Iban cargados de incertidumbre, decepcionados y tristes, pues ya habían oído el anuncio evangélico de que Jesús vivía, (v. 22s) pero todavía dudaban de la resurrección. Iban discutiendo entre sí (v. 15). Y estaban tan centrados en la propia tristeza, que eran incapaces de reconocer a Jesucristo en aquel personaje que caminaba junto a ellos; les parecía un mero forastero (v. 18). (Hago un paréntesis)  Jesús escucha sus quejas, como escucha las nuestras. Él sabe siempre lo que nos pasa, antes de que se lo digamos, pero prefiere que se lo contemos que le demos nuestra versión.

Y a pesar de que los discípulos no le reconocíeron, Jesús les explica las Escrituras lleno de compasión y parte para ellos el pan.

 “Así enciende sus corazones y abre sus ojos para que puedan reconocerlo.

Entonces ellos, regresan con Pedro y los demás, llenos de alegría y seguridad.

¿No ardía nuestro corazón en el camino mientras nos explicaba las Escrituras?”

  Esta es la pregunta que se hacían los dos discípulos de Emaús cuando se dieron cuenta de que el misterioso acompañante que les había abierto los ojos del corazón durante el camino era nada menos que Jesús en persona. La expresión es muy significativa “arder el corazón”; y lo es, porque con frecuencia nuestro corazón no sólo no arde, sino que está como apagado, sin luz y sin calor, como un volcán extinto.

¿Cómo podemos recuperar ese ardor, si lo hemos perdido?  

Como nos recomendaba San José María, “Que busques a Cristo, que encuentres a Cristo, que ames a Cristo.

Y por donde empezamos? , cuidando nuestra oración.

Me has escrito: “orar es hablar con Dios. Pero, ¿de qué?” ‒¿De qué? De Él, de ti: alegrías, tristezas, éxitos y fracasos, ambiciones nobles, preocupaciones diarias… ¡flaquezas!: y hacimientos de gracias y peticiones: y Amor y desagravio. En dos palabras: conocerle y conocerte: “¡tratarse!” (San Josemaría. Camino, n. 91)

San Juan Pablo II en una homilia a los jóvenes en el UNIF les decía que " la oración es el reconocimiento de nuestros límites y de nuestra dependencia: venimos de Dios, somos de Dios y retornamos a Dios. Por lo tanto, no podemos menos de abandonarnos en El, nuestro Creador y Señor, con plena y total confianza.

La oración diaria nos mantiene vigilantes ante el enemigo , nos ayuda a ser fuertes y nos hará firmes ante pruebas y dificultades.

La oración personal nos ayuda a hacer mejor nuestro trabajo, a cumplir nuestras obligaciones y deberes con la propia familia y con la sociedad, a tratar mejor a los demás.

“Se me va el santo al cielo”

Cuando me pongo a hacer oración pienso en todo menos en Dios. En cuanto me doy cuenta estoy en otra parte. ¿Se me va el santo al cielo! Cuantas veces nos pasa esto!

Es verdad que no siempre es así, pues hay días en los que parece que el Señor se vuelca con nosotras y la oración nos sale con toda sencillez y sin dificultades, pero tendremos que tener en cuenta para no desanimarnos, que lo normal no será eso, sin que el alma tenga que esforzarse por poner los medios a su alcance para sacarla adelante.

Camino 890 no dice

Te distraes en la oración. —Procura evitar las distracciones, pero no te preocupes, si, a pesar de todo, sigues distraído.

    ¿No ves cómo, en la vida natural, hasta los niños más discretos se entretienen y divierten con lo que les rodea, sin atender muchas veces los razonamientos de su padre? —Esto no implica falta de amor, ni de respeto: es la miseria y pequeñez propias del hijo.

    Pues, mira: tú eres un niño delante de Dios.

Por eso las distracciones no deben desanimarnos, la oración no es mejor o peor porque hayamos tenido distracciones, sino que será mejor o peor según la buena  o menos buena voluntad que hayamos puesto al hacerla.  Dios ve el fondo de los corazones y no va a fijarse en que alguna vez la imaginación se nos escape y estemos pensando sin darnos cuenta en algo que nos distrae de la conversación que teníamos con EL.

A veces también, pasamos temporadas donde no sentimos nada, entonces es cuando más vale nuestra oración.

Esa oración en la que no se siente nada, es buena oración, porque en ella se busca desinteresadamente al Señor. Es el caso del alma qué va a su rato de charla con Dios y se encuentra, al no tener gustos sensibles, con que tiene que pasar el tiempo  procurando sacar provecho y luchando contra las distracciones. Aparentemente al terminar, podría decir que no le ha servido de nada. Sin embargo, esta no sería la realidad. Porque ¿Cabe amor más desinteresado y puro que el del alma que va a la oración a sabiendas de que no recibirá gusto alguno? ¿Acaso no es esto un amor sin interés? Estas almas deben saber que van por el buen camino

  Incluso santa Teresa del Niño Jesús estuvo mucho tiempo sin poder experimentar nada del amor de Dios.

Poco antes de su muerte la visitó por la noche su hermana Céline. Vio que Teresa tenía las manos enlazadas. "¿Qué haces? Deberías intentar dormir", dijo Céline. "No puedo, sufro demasiado. Pero rezo", respondió Teresa. "¿Y qué le dices a Jesús?" "No le digo nada. Le amo".

Es cierto que no podemos vivir siempre a 40 grados de temperatura espiritual, pero tampoco podemos vivir en mínimos insostenibles para nuestro corazón porque entonces, poco a poco, vamos perdiendo el fervor y nos encontramos con el corazón árido, quizás vacío.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (11.6 Kb)   pdf (55.7 Kb)   docx (13.1 Kb)  
Leer 7 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com