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PREDICA DE JOVENES


Enviado por   •  28 de Enero de 2015  •  4.013 Palabras (17 Páginas)  •  1.359 Visitas

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Por el Pastor Kevin Wynne.

Esta semana no voy a predicar a los adultos ni a los pastores, pero sí quería hablar a ustedes. Yo sinceramente siento que ustedes son el futuro de México. Pobre de México. Vamos abrir las biblias a 2 Corintios por favor. Disculpa 2 Crónicas, está a un lado de Corintios.

2 Crónicas 34:1-3: “De ocho años era Josías cuando comenzó a reinar, y treinta y un años reinó en Jerusalén. 2 Este hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en los caminos de David su padre, sin apartarse a la derecha ni a la izquierda. 3 A los ocho años de su reinado, siendo aún muchacho, comenzó a buscar al Dios de David su padre; y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, imágenes de Asera, esculturas, e imágenes fundidas.”

Vamos a orar: Padre te pedimos que bendigas este día, límpianos de pecado Señor, llénanos del Espíritu Santo, y Señor ayuda a estos jóvenes ver su responsabilidad, para que vean la necesidad de la hora. Ayuda a ellos a tomar la decisión correcta con su vida, y Señor usar la vida de ellos, para su honra, para su gloria. Nada podemos hacer sin tu poder. Habla al corazón de cada uno de ellos, en el nombre de Jesús amén.

Nosotros vemos en este texto, que se había apagado el fuego en el corazón de los profetas de Dios. No estaban predicando como debían estar predicando. La nación de Israel ahora había entrado en idolatría. Estaban en inmoralidad. Había homosexuales por todas partes. Había imágenes, brujería. Hasta estaban sacrificando a sus niños a los dioses falsos.

En ese tiempo, y durante este tiempo, un joven llegó al reino. Este joven tenía ocho años. El abuelo de este joven era el hombre más perverso de todo Israel. Manasés. El hombre más perverso de toda la historia del pueblo de Israel. Su abuelo era un hombre perverso. Era un hombre malo. Pero nació este niño y llegó al reino y Josías dijo, a mí no me importa lo que me inculcaron mis padres, yo busco a Dios. Y él comenzó a reinar, y reinó 30 años en Israel. Hizo lo recto ante los ojos de Jehová. Anduvo en los caminos de David su padre. El dijo: mi tátara, tátara, tátara abuelo si amaba a Dios, yo voy a buscar a Dios también.

A los 16 años de edad, siendo aún muchacho, (algunos de ustedes se sienten más sabios que tu papá,) comenzó a buscar al Dios de su padre. A los 20 años comenzó a limpiar a Judá. A los 16 años él comenzó a buscar a Dios. A los 20 años de edad llegó el avivamiento más grande que Israel había visto. No había rey como el antes ni después. Y él trajo un avivamiento a la nación de Israel. Hay tres cosas que yo quiero que vean del texto y yo voy a terminar.

1. Josías empezó a buscar a Dios.

Necesitamos un joven o a una señorita como Esther, que empieza a buscar a Dios. Cuando yo era joven, hace 1000 años había dinosaurios sobre la tierra todavía, la gente vivía en cuevas, y yo era un joven. Yo en mi juventud andaba de pandillero y hacía un montón de otras cosas. No voy a decir lo que yo hacía, 1 porque no quiero glorificar el pecado. 2 la policía todavía me está buscando. Pero yo a los 15 años de edad entre a mi recámara y puse un rifle en frente de mi cabeza y puse el dedo en el gatillo, yo estaba a punto de suicidarme, cuando entró en mi corazón el pensamiento de: después de jalar el gatillo a dónde vas a ir. Y aunque yo era católico, yo había escuchado del infierno. Yo baje el rifle, y tomé una Biblia, que estaba allí en el librero que pertenecía a mi madre, y empecé a leer la Biblia, y a los 15 años de edad yo empecé a buscar a Dios. Y jóvenes, si nosotros empezamos a buscar a Dios, lo vamos a encontrar. Él no está lejos. Él está esperando que usted lo busque.

Josías empezó a odiar el pecado. La Biblia nos dice dos cosas: 1 la Biblia nos dice que nos debemos de someter a Dios. Y 2, la Biblia nos dice que debemos de resistir al diablo, y huirá de vosotros. Muchos de ustedes quieren resistir al diablo sin someterse a Dios. No puedes hacer eso. Pero si nos sometemos a Dios, podemos resistir al diablo. Y tener la victoria. Ahora, escúchenme bien, yo no soy un buen predicador, yo no soy un buen orador, algunos de ustedes ya se dieron cuenta de eso. Ni siquiera puedo pronunciar bien el español. Yo no soy muy inteligente, yo no soy bueno para organizar, yo no tengo talentos, o habilidades, como otros predicadores tienen. Pero, hermanos, en mi juventud, yo empecé a buscar a Dios. Hora, tras hora, tras hora, leyendo la Biblia. Orando y buscando a Dios. México necesita unos jóvenes que están dispuestos a buscar a Dios.

Joven, si tú empiezas a buscar a Dios, y empiezas a ver la Biblia, tú te vas a dar cuenta cuanto Dios te ama. La Biblia nos dice que nosotros le amamos a Él porque Él nos amó primero. Cuando tú te das cuenta cuanto Dios te ama, entonces tú vas a poder a empezar a disfrutar la Biblia. Te va a encantar leer la palabra de Dios. Y cuando la Biblia es tu delicia, Dios te va a bendecir, Dios te va a prosperar.

Cuando la Biblia es tu delicia, ya no vas a venir al culto, porque tu mamá te trajo. Tú empiezas a disfrutar la Biblia, Dios te va a empezar a bendecir, Dios te va a prosperar. Tú te vas a dar cuenta cuanto Dios te ama.

En Francia hace años, había una señorita, que estaba leyendo un libro de poemas. Cuando ella estaba leyendo estos poemas, ella decía, que aburrido son estos poemas, que tristes son estos poemas. Y esta señorita tiró el libro de poemas en un bote de basura, ahí en su recámara. Después ella, fue a una fiesta de cumpleaños de una amiga. En la mansión, en la fiesta de su amiga, encontró a un joven, alto, guapo, -como yo-, y rico. Y ella empezó a hablar con este joven. Ellos estaban hablando ahí, 20 minutos, 30 minutos, y después una hora. Y después de una hora, esta señorita dice al joven: “Tenemos una hora hablando y disculpa, yo ni siquiera conozco su nombre.” Y él dijo: “Oh, perdóname señorita. Yo soy fulano de tal.” Y ella dijo: “Qué interesante. Hoy en la mañana yo estaba leyendo un libro de poemas, y el nombre del autor es el mismo como del que usted tiene… Fulano de tal.” Y este joven dijo: “¿Cómo se llama el libro?” Y ella le dijo el nombre del libro. Y él dijo: “Ese es mi libro. Yo lo escribí. ¿Qué le pareció mi libro?” Y ella le miró y dijo: “ah, este… no termino de leerlo todavía.” Ella fue después a su casa. Recogió el libro de poemas de la basura. Empezó leer el mismo libro. Pero ahora en vez de decir que aburrido, ella empezó a decir: “hay que precioso. Hay que bonito. Hay que poemas tan bonitos.” Por ahora ella había conocido al autor, y amaba al autor de libro. Y cuando ustedes aman a Dios, la Biblia y las cosas de Dios van a ser interesantes para

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