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Pensamientos De Un Ateo.

durrrr864 de Agosto de 2014

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Deuteronomio 22:28-29

Reina-Valera 1960 (RVR1960)

28 Cuando algún hombre hallare a una joven virgen que no fuere desposada, y la tomare y se acostare con ella, y fueren descubiertos;

29 entonces el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata, y ella será su mujer, por cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos sus días.

La religión es la más grande fuerza de destrucción que ha existido en la historia humana del progreso tanto intelectual como social. Han habido más derechos humanos e ideas científicas denigradas en nombre de la religión que en nombre de cualquier otra cosa en nuestro pasado y presente. La sociedad quiere hacer ver a la fe como una gran virtud e instilar en muchos la idea de que es la cualidad más noble que una persona puede tener. Cuando la verdad es que la fe es la aceptación de una idea sin importar toda evidencia, y toda lógica que vaya en contra de ella.

Debido a esta "fe", grandes mentes han sido asesinadas por tener ideas que van en contra de las "sagradas escrituras" y las enseñanzas de las iglesias. No sólo hemos perdido grandes mentes científicas gracias a ésto, sino que inclusive en la actualidad ha hecho que las personas no acepten la evolución, la cuál es una teoría de la misma manera en que lo es la gravedad, y sin embargo no vemos a ningún creyente saltando de un quinto piso para refutar dicha teoría.

Gracias a la religión, toma mucho más tiempo y esfuerzo ganar progreso social de lo que ganaríamos si las personas razonaran y vivieran según su propia moral en vez de seguir ciegamente las enseñanzas de un anticuado libro lleno de atrocidades. La religión desaceleró el fin de la esclavitud, los derechos de la mujer, y sigue luchando en contra de los derechos de la comunidad homosexual hoy en día.

El mundo sería un mejor lugar si no existiera la religión. Pero el miedo que las personas le tienen a la muerte, el miedo que le tienen a otras personas, el que le tienen al mundo que los rodea es mayor que su deseo de construir una mejor realidad. El miedo es lo único que motiva a los religiosos a creer sin cuestionar.

Tú crees en un dios omnipotente. Pues yo creo en hadas y en unicornios. ¿Te llamas a ti mismo creyente pero a mi me llamas loco?; Pues muéstrame a tu dios y yo te mostraré a mis hadas y a mis unicornios. Aparentemente ninguno de nosotros será capaz de hacer ésto, así que si me llamas loco, la única conclusión lógica es que tú también lo seas.

La existencia de dioses no es algo subjetivo. O existen o no existen. No es cuestión de opiniones. Puedes tener tus propias opiniones sobre algún tema en especifico. Pero no puedes tener tus propios hechos.

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Comencé a relacionarme con los Testigos de Jehová en el año 1985. Como casi todas las personas que son captadas por ellos, me cogieron en un momento débil. Siempre aprovechan las muertes de seres queridos, la falta de cariño, la soledad, las depresiones y los problemas en general (escolares, amorosos, de trabajo…) como buenos momentos para captar el interés de las personas y hacerles ver que con ellos y solo con ellos encontrarás lo que necesitas, la paz, tranquilidad y con ello la solución a todos tus problemas.

Así comencé yo. Siendo bombardeada por sonrisas y rostros amigables, que me hacían sentir querida, importante para ellos. Sentía que había encontrado nuevos amigos, de todas las edades, que se preocupaban por mí. Todos preguntaban mi nombre y me maravillaba el hecho de que nunca se volvieron a olvidar de cómo me llamaba. Yo no lo sabía entonces pero todo esto formaba parte de la captación de nuevos adeptos.

Ese bombardeo de cariño y ese interés personal que todos sentían por mí se “representaba” siempre que llegaba alguien nuevo. Tan solo meses después yo me encontré haciendo lo mismo que ellos, dando esa cordial bienvenida a toda persona que llegase nueva, hasta que estuviese bien integrada en el grupo. Una vez que comencé a ir a todas las reuniones, sin faltar a ninguna, y a estar mas y más interesada en “estudiar” la Biblia con ellos, fui dejando de ser tan interesante para ellos. Ellos ya sabían que yo ya estaba captada.

Al principio jamás te dicen lo mucho que tu vida ha de cambiar si te integras en el grupo. Yo tardé bastante tiempo en saber que todas mis amistades no Testigos (“mundanas”, como ellos llaman a la gente) serían malas compañías para mí, puesto que no adoraban al Dios verdadero, Jehová, con lo que con el tiempo, y solo cuando ya estás convencida de que ellos tienen la única “verdad”, las vas dejando de lado hasta no tener trato alguno con esas amistades de toda la vida, por el simple hecho de que no quieren ser Testigos, así se las consideran parte del mundo de Satanás. Eso incluía a mis padres, y a toda mi familia, pues siempre estuvieron opuestos a los Testigos, por lo que me enseñaron a verlos como a muertos vivientes, ya que ellos junto con todo el mundo, iban a ser destruidos por Dios muy pronto.

Pero nada de esto te dicen al principio. Con el tiempo supe que tendría que predicar por las calles y de casa en casa forzosamente cada mes, y presentar un informe muy detallado de las horas que había dedicado a esa importante obra de predicar, así como el número de revistas, libros, suscripciones y folletos que había vendido a las personas (ellos lo llaman “colocar”), el número de personas que había captado (revisitas), etc, etc… Eso era obligatorio cada mes, pues si no lo hacías se catalogaba de inactiva y eras considerada baja espiritualmente, o sea, una mala asociación que no valoraba la obra mas importante que Dios nos había comentado.

También supe con el tiempo que para ser Testigo debería apuntarme a lo que ellos llaman “La Escuela Teocrática”, que no es más que un aprendizaje de técnicas de venta. El matricularte en esta “escuela” té obligaba a salir ante un auditorio, cada tres semanas aproximadamente, y prepararte muy bien un tema bíblico que ellos te daban por anticipado (Asignaciones y demostraciones). Decían que esto era una dádiva de Jehová y que deberíamos aceptarlo con regocijo. Aunque debido a mi timidez suponía un auténtico sufrimiento. La gran mayoría de personas lo pasaba fatal cuando les tocaba subir a la plataforma y desarrollar el tema que te habían asignado ante un auditorio lleno de personas. En mi caso iba de 90 a 100 personas. He visto lo mal que lo pasaba mucha gente por ello, especialmente personas mayores o de carácter muy tímido, nervios, vómitos, taquicardias, sudores… por el miedo o la vergüenza a hacerlo mal o a equivocarte delante de tantas personas.

Así pues, no se podía faltar jamás a estas tres reuniones semanales a no ser por un motivo verdaderamente importante, una enfermedad o un viaje muy justificado. Tampoco podíamos faltar a las tres Asambleas que se celebran al año. Donde nos teníamos que costear el alojamiento y la comida. Algunos Testigos han llegado a preferir que los echaran de los trabajos antes de perderse las Asambleas, pues si no acudías, una vez más te consideraban bajo espiritualmente y se te acusaba de no confiar plenamente en Dios. Por lo que sí los patronos no daban permiso en los días de Asamblea a sus empleados Testigos, ellos considerándolo como un deber cristiano, preferían ser despedidos.

La Organización incluso te incita a ello, alegando que si rechazas un trabajo para poder asistir a todas las reuniones semanales y Asambleas, Jehová te lo recompensará, con lo cual la gran mayoría de Testigos de Jehová busca trabajos de media jornada y si no los hay, en la mayoría de los casos prefieren estar en el paro antes de tener un trabajo que no les permita acudir a las reuniones.

En mi caso yo llegué a pedir a mi jefe el trabajo de media jornada pues aunque ganaba menos, el tener las tardes libres aseguraba mi asistencia a las reuniones y me daba tiempo para predicar de casa en casa cada tarde.En una ocasión rechacé un buen trabajo porque el jefe no accedió a dejarme salir antes los días de reuniones.

Conforme el tiempo pasaba me iba enterando de todas estas cosas que irían cambiando mi vida más y más. No podía celebrar las Navidades, ni los Reyes, ni Año Nuevo, ni cumpleaños, ni santos, ni el día de la madre o del padre (que en mi caso causó mucha tristeza a mis padres, por ser yo hija única), todo esto se consideraban celebraciones paganas. No se podía fumar, ni ir a Pub’s o Discotecas, ni entrar jamás a una Iglesia, consideradas por ellos como templos de Satanás, ni para asistir a celebraciones de Comuniones o bautizos o bodas, ni para una misa de funeral, ni tan siquiera se podía brindar, pues chocar dos vasos era considerado pagano, todo esto hizo que evidentemente me distanciara mucho de mi familia.

Quizás lo peor de todo fue ser tan ingenua como lo fui yo en cuanto a mis estudios. Mis planes habían sido siempre los de estudiar una carrera universitaria, pero ante la sutileza con la que te aconseja la Organización que la mejor carrera hoy día es la de ser precursor (predicar unas 60, 90, ó 100 horas cada mes) porque el fin de este sistema de cosas (= mundo) está muy cercano, abandoné los estudios, con lo que siempre tuve dificultad para encontrar un buen trabajo.

Recuerdo muy bien como a los padres Testigos se los incitaba a no animar a sus hijos a emprender carreras universitarias, debido al malsano

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