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Religion

karinaamericanisTesis8 de Junio de 2015

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Introducción

El artículo es un intento de reflexión sobre los alcances y limitaciones de los trabajos de

cuatro autores de jerarquía internacional en el campo de las Ciencias Sociales. El eje

central (temático), sobre el cual se orientan los cuatro autores, se relaciona con la

función que tienen las ideas, los prejuicios, los estereotipos en la ideología;

consecuentemente la relación que existe entre ésta y la construcción del poder en la vida

social de los individuos; y por último el lazo que une a la religión con los procesos

nacionalistas.

Obviamente, enfrascar y encasillar autores de la talla de Norbert Elías, Eric Wolf, Paul

Ricceour y Peter Berger por una sola obra, es llana y descaradamente un error grave.

Por ese motivo, es necesario advertir que la presente reseña no trata a los autores en su

plena dimensión, sino que por el contrario, apunta a cuatro trabajos fundamentales en la

problemática que se trata. El primero de ellos es La Civilización de los Padres y otros

ensayos de Norbert Elías1

; en segundo se analiza el trabajo Del texto a la acción del

celebre filósofo francés Paul Riccoeur2

; en tercer lugar tenemos a Eric Wolf3

con un

artículo titulado Figura el poder: ideologías de dominación y crisis, y por último como

brecha de oro, analizaremos los aportes y limitaciones en materia de religión de Peter

Berger4

, con su ya conocido trabajo El Dosel Sagrado. En este sentido, es necesario

comenzar el análisis tal y cual fue presentado.

Los prejuicios en Winston Parva

Así, señalamos que Norbert Elías en su trabajo La civilización de los Padres y otros

ensayos, se propone responder a ciertas cuestiones que hacen a la vida política en sí

misma. Centrado en la vida social de un pueblo llamado Winston Parva, Elías se

cuestiona cuales son los medios por los cuales un grupo se cree superior a otro y cómo

fundamenta y sostiene esa creencia5

.

Según el caso del autor, existen en el pueblo dos grupos antagónicos que se marginaban

mutuamente. Las “viejas familias” y los nuevos establecía de esa forma una especie de

apatía que los nuevos a lo largo del tiempo parecían aceptar con resignación. De esta

forma, el grupo establecido se asignaba asimismo atribuciones superiores y prohibía el

contacto con los externos al grupo. A través de mecanismos sociales como el chisme

regulaban el tabú establecido de acuerdo a sus valores de jerarquía.

Norbert Elías pretende construir a través de la observación específica de las relaciones

sociales en Winston Parva, una especie de paradigma empírico de la ideología. O como

el mejor dice “se puede construir un modelo explicativo a pequeña escala de la

figuración que se considera universal; un modelo que puede ser aprobado, ampliado y,

de ser necesario, revisado a través de estudios sobre figuraciones relacionadas, a

mayor escala. En este sentido, el modelos de una figuración de establecidos y

marginados que resulta del estudio de una pequeña comunidad como Winston Parva

puede servir como una especie de paradigma empírico”6 .

El rasgo distintivo de este caso, radica en que en ambos grupos no existen diferencias de

nacionalidad, educación, étnica o de clase, sino solamente el apego al lugar (el tiempo

de permanencia en la zona). Asimismo, los cargos jerárquicos dentro de la misma

comunidad estaban reservados para las viejas familias (quienes demostraban mayor

cohesión y pertenencia de grupo).

El parámetro evaluativo de auto percepción del grupo (dominante) se basa en los casos

de “los mejores miembros” del grupo, lo cual es usado como evidencia de una supuesta

“superioridad” sobre el otro colectivo. Según Elías la pieza central de la configuración

política está anclada en una estigmatización de un grupo dominante sobre uno

marginal7

. Para la visión de Elías, la pieza central de la configuración política está

anclada en una estigmatización de un grupo dominante sobre uno marginal. “El estigma

de un valor humano no inferior es un arma que grupos superiores emplean contra otros

grupos en una lucha de poder, como medio de conservación de su superioridad social”8

En este misma línea, el carisma de grupo se encuentra estrechamente ligado con la

aceptación del individuo a las normas que se requieren para formar parte de ese grupo, y

de esta manera se refuerza su pertenencia. Esta exclusividad sólo puede mantenerse en

el no contacto con miembros de otros grupos. Posiblemente, el rol de anárquicos,

desorganizados y anómicos son los principales estereotipos que reciben aquellos que no

pueden ingresar al grupo exclusivo9

. En resumidas cuentas, el autor nos da una

descripción precisa y detallada de cómo los grupos con una alta cohesión interna y

ciertos procesos de control social se establecen monopólicamente y acaparan los

recursos de poder.

Asimismo, también Elías nos permite comprender los componentes que regulan la

ideología y su relación con otros fenómenos como la discriminación, el prejuicio y el

chisme. Sin embargo, el autor cae en dos o tres contradicciones que son necesarias

someter a la lupa crítica. En primer lugar, Elías no está autorizado a pretender

universalidad con el análisis de un solo caso, que en definitiva es el de Winston Parva.

Los hallazgos encontrados son sólo válidos a ese pueblo y de ellos no es posible emitir

un juicio universal que sea aplicable, siquiera a todos los Estados Unidos. Si es que lo

pretende entonces Elías debe darle a su trabajo un perfil científico (exhaustivo o

comparativo experimental y no analítico como realmente lo hace). Segundo, si Elías

pretende cientificidad debe aclara algunos aspectos que hacen a la construcción de su

objeto de estudio tales como la duración de la observación, las fechas en que duró la

observación, el rol del observador y otros menesteres que hacen a la presentación del

cómo se recogieron los datos en Winston Parva. En definitiva, aunque ilustrativo, claro

y profundo, el trabajo de Elías es un mero ensayo teórico literario sin bases científicas.

Hechas estas aclaraciones, nos proponemos poner al texto de Elías en diálogo con otros

dos pensadores de renombre como lo son Eric Wolf y Paul Riccoeur. ¿Qué tienen para

decirle tanto Riccoeur como Wolf a Elías?

Ideología y Utopía

Riccoeur está fundamentalmente orientado al estudio de la ideología y la utopía como

partes componentes del imaginario social. Así, el autor define ideología como “un

proceso de distorsiones y de disimulos mediante los cuales nos ocultamos de nosotros

mismos … la ideología es entonces asimilada pura y simplemente a un engaño social o,

lo que es más grave, a una ilusión protectora de nuestro estatuto social”10.

Por otro lado, el autor entiende a la utopía como la contra-cara de la ideología; si ésta

última es considerada una protección, entonces la utopía es “una suerte de escape o

ciencia ficción” aplicada al la dinámica política. El problema que plantea Ricceour es

interesante si comprendemos primeramente que: la utopía es una forma de soñar la

acción, y que ésta está unida a la ideología en forma inexorable.

Pues bien, entonces el filósofo francés propone un modelo para el estudio de la

ideología que puede dividirse en tres: a) la ideología como distorsión / estímulo, cuya

función es presentar una imagen cambiada del mundo real; éste sentido de ideología es

aquel que usa Marx en sus trabajos, b) la ideología como dominación (legitimidad),

siguiendo al mismo Marx el problema se presenta en esta dimensión unidas a un grupos

de intereses particulares que son impuestos de un grupo a otro a través de la retórica, y

finalmente c) la ideología como integración, en donde los sistemas de autoridad se

integran mutuamente logrando unidad y coherencia en la estructura social, el ejemplo

más claro puede verse en ceremonias o rituales conmemorativos en las cuales se

integran varios ordenes jerárquicos11.

Con este modelo analítico, el autor establece una hipótesis por lo demás interesante: la

ideología tiene como función última servir de enlace para la memoria colectiva,

reviviendo y remodelando el acto fundador o mito de origen. En otras palabras, la

ideología constituye y construye la imagen del sí mismo del propio grupo. ¿Qué rol

cumpliría la utopía entonces?. Para responder esta pregunta es necesario remitirse al

mismo Ricceour quien señala “si la ideología preserva y conserva la realidad, la utopía

la pone esencialmente en cuestión”12.

Principalmente, la utopía es una clase de proyección imaginativa fuera de la

construcción real en algún lugar que tampoco es real. La misma se manifiesta en tres

niveles, el primero hace referencia al lugar que es otro lugar, y el cual comprende a la

utopía como ejercicio de proyección; la segunda forma, es la legitimación de la

autoridad, en donde la utopía cumple

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