Teologia 1 - Resumen
14 de Junio de 2014
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Teología
Etimológicamente, es el estudio o tratado de Dios. Lo que se piensa acerca de Él. Es decir, es una elucubración (pensamiento) acerca de Dios y de los misterios que El ha querido revelar.
Según el estatus epistemológico, es una Ciencia, ya que como toda ciencia tiene un objeto material, un objeto formal y un método.
El objeto material de la Teología es Dios. No nos referimos a algo tangible, sino que es una expresión filosófica. No podemos saber todo de Dios, sino que sólo sabemos algo; 1ro porque es infinito y 2do porque tenemos razón limitada. Según ST, de Dios “se sabe más de lo que no es, que lo que es”. Dios no existe, ES. No existe ya que la existencia implica una limitación, es decir, un principio y un fin. Las existencia la tenemos las personas. “Yo soy el que Soy” quiere decir que no recibe la existencia de nadie a diferencia de nosotros que nos remontamos a los primeros seres humanos.
El objeto formal de la Teología es el estudio de Dios a la luz de la Fe. De Dios podemos hablar desde el punto de vista de la Fe pero también desde el punto de vista de la razón. “Puede hacerse teología sin tener fe” Aristóteles. La Fe de la Iglesia está fundamentada en la Sagrada escritura porque todo lo que creemos está allí y debemos dar explicaciones de todo aquello que creemos. La dignidad humana de la persona se fundamenta en Dios. Nuestra Fe debe ser ilustrada, es decir, fundamentada en alguien que sabe.
El método de la Teología es el razonamiento: “la fe que busca entender”. (Fides quarens intelectum). Es un método que no es cuantificable. Se produce una contradicción en esta frase ya que uno cree o no, no necesita entendimiento par hacerlo; la fe es “ciega” es decir que uno cree oscuramente sin pensar (fe en sentido Luterano). La Fe en el sentido cristiano busca llegar a la Intelección, es decir, una comprensión del misterio. Sin embargo la razón humana es limitada por eso NUNCA podemos llegar a comprender ENTERAMENTE a Dios y su misterio, sino que siempre estamos al límite. Si lográramos comprender a Dios, El cabría en el pensamiento humano y dejaría de SER Dios. El entender del hombre llega hasta un cierto punto.
El hombre es capaz de Dios:
El deseo de Dios CATIC 27-30
El deseo de Dios esta inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por y para Dios y Dios no cesa de atraer el hombre hacia sí y solo en Dios encontrara el hombre la verdad que no deja de buscar.
La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la comunión con Dios. El hombre es invitado al diálogo con Dios desde su nacimiento, es conservado siempre por amor y no vive plenamente según la verdad si no reconoce libremente aquel amor y se entrega a su creador.
De múltiples maneras el hombre ha expresado su búsqueda de Dios por medio de sus creencias y comportamientos religiosos. Estas formas de expresión son tan universales que se puede llamar al hombre un ser religioso. Pero esta unión íntima y vital que se da entre el hombre y Dios, puede ser rechazada o desconocida; por diversos orígenes como lo son la rebelión, ignorancia o indiferencia hacia la religión.
EL hombre puede olvidar o rechazar a Dios, pero Él no cesa de buscar a los hombres para que encuentren esta dicha. Esta búsqueda exige al hombre todo su esfuerzo de inteligencia, voluntad, “corazón recto” y también la enseñanza del testimonio de otros sobre esta búsqueda.
Las vías de acceso al conocimiento de Dios CATIC 31-35
Llamado a conocer y amar a Dios, el hombre descubre ciertas “vías” para acceder al conocimiento de Dios; de la existencia de una realidad que es la causa primera y el fin último de todo y que todos llaman “Dios”. Son llamadas también “pruebas de la existencia de Dios”, no en el sentido de las pruebas propias de las ciencias naturales, sino en el sentido de argumentos convergentes y convincentes que nos permiten llegar a verdaderas certezas. Estas vías tienen como punto de partida la Creación: el mundo material y la persona humana.
El mundo: a partir del movimiento y del devenir, de la contingencia, del orden y de la belleza del mundo se puede conocer a Dios como origen y fin del universo. Dice San Pablo “porque lo invisible es Dios, desde la creación del mundo se deja ver a la inteligencia a través de sus obras”.
El hombre: con su apertura a la verdad y moral, con su libertad y conciencia, con su aspiración al infinito y la dicha, el hombre se interroga sobre la existencia de Dios; así percibe los signos de su alma espiritual. El mundo y el hombre atestiguan que no tienen en ellos mismos no su primer principio ni su fin último, sino que participan de Aquel que tiene el ser en si, sin origen ni fin.
Las facultades del hombre lo hacen capaz de conocer la existencia de Dios, pero para q pueda entrar en su intimidad, Dios se revela ante el y le da la gracia de poder acoger la fe de esa revelación.
Cómo hablar de Dios:
Como nuestro conocimiento de Dios es limitado, nuestro lenguaje también lo es. No podemos nombrar a Dios sino a partir de las criaturas y según nuestro humano modo limitado de conocer y pensar.
Todas las criaturas poseen una cierta semejanza con Dios, muy especialmente el hombre que es creado a imagen y semejanza de Dios. La perfección de las criaturas reflejan la infinita perfección de Dios. Por eso podemos nombrar a Dios a partir de las perfecciones de sus criaturas, porque la grandeza y hermosura de sus criaturas llega por analogía a contemplar a su Autor.
Dios trasciende toda criatura. No debemos confundir a Dios que: está por encima de todo nombre y más allá de todo entendimiento, es invisible y fuera de todo alcance, con nuestras representaciones humanas.
Al hablar así de Dios, nuestro lenguaje se expresa ciertamente de modo humana, pero capta realmente a Dios mismo, sin poder, expresarlo en su infinita simplicidad. Porque nosotras podemos captar de Dios solo lo que no es y como los seres se sitúan en relación con Él.
La Revelación de Dios
A Dios podemos estudiarlo a través de la Revelación. Aparece lo que es la Fe. La Fe es una propuesta que Dios le hace al hombre, pero también es una respuesta del hombre a Dios.
El hombre tiene VOLUNTAD (facultad superior únicamente del hombre), por lo que también tiene LIBERTAD para decidir se creer o no creer. O sea, Dios nos ofrece la Fe, pero somos nosotros los que tenemos la decisión por nosotros mismos de creer o no creer en Él.
Fe y Razón están unidas. Antes, en la filosofía de Santo Tomás el centro estaba en la Fe, pero luego los demás filósofos se centraron más en la razón.
CATIC 51 -La Revelación de Dios- “Dispuso Dios en su bondad y sabiduría revelarse a sí mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad, mediante el cual los hombres, por medio de Cristo, Verbo encarnado, tienen acceso al Padre en el Espíritu Santo y se hacen partícipes de la naturaleza divina” Dios se revela para que el hombre sea partícipe de la naturaleza divina. Cuando viene Jesús, Dios nos hace partícipes de la naturaleza divina. Que seamos partícipes de su naturaleza no quiere decir que seamos Dios como Él, ya que nosotros tenemos naturaleza humana; sino que significa estar en GRACIA, es decir, que la vida divina está en nosotros pero no como dioses.
Dios se revela para que los hombres lleguen al mismo Dios a través del Espíritu Santo. De un modo analógico somos parte de la naturaleza divina, pero no porque seamos Dios, sino porque somos parte de su naturaleza divina a través de la Gracia.
Cuando uno rompe la caridad, pierde la Gracia y la amistad con Dios. Se recupera a través del sacramento de la confesión.
CATIC 52 Dios, que “habita una luz inaccesible”, quiere comunicar su propia vida divina a los hombres libremente creados por él, para hacer de ellos, en su Hijo único, hijos adoptivos. Al revelarse a sí mismo, Dios quiere hacer la los hombres capaces de responderle, de conocerle y de amarle más allá de lo que ellos serían capaces por sus propias fuerzas.
CATIC 53 El designio divino de la revelación se realiza a la vez “mediante acciones y palabras”, íntimamente ligadas entre sí y que se esclarecen mutuamente. Este designio comporta una “pedagogía divina” particular: Dios se comunica gradualmente al hombre, lo prepara por etapas para acoger la Revelación sobrenatural que hace de sí mismo y que culminará en la Persona y la misión del Verbo encarnado en Jesucristo.
Esta pedagogía divina se refiere a que El Verbo de Dios ha habitado en el hombre y se ha hecho Hijo del hombre para acostumbrar al hombre a comprender a Dios y para acostumbrar a Dios a habitar en el hombre, según la voluntad del Padre.
Decimos que el designio de la Rev. Div. se realiza mediante:
- Acciones como por ejemplo, cuando Dios se presenta en la zarza hirviente, cuando ayuda a los judíos a salir de la esclavitud.
- Palabras como por ejemplo, los Mandamientos, “yo soy el que soy”, cuando habla por medio de los profetas.
Ambas se esclarecen mutuamente para ayudar al hombre a comprender la revelación de Dios.
Las palabras y acciones del AT nos revelan a Dios. Se revela por etapas al pueblo hasta que por último se revela totalmente a través de Jesús. Decimos que el AT es una sombra de la realidad del NT, donde se da la plenitud. Dios se revela paulatina, lentamente. No puede hacerlo de golpe, porque sino el hombre no lo entendería. Y aún así no entendió.
Fuentes de la Revelación Divina:
- Biblia o Sagrada Escritura.
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