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Tercer Mandamiento


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2013  •  1.556 Palabras (7 Páginas)  •  303 Visitas

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TERCER MANDAMIENTO

NO TOMARAS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO EXODO 20.7

Jesús nos dice que el Nombre de Dios es santo, lo repite en varias oportunidades. Hoy, nosotros nos vamos a detener en una parte de la oración del Padrenuestro que Jesús nos enseñó: "santificado sea tu Nombre" El deseo de Jesús es que todos los hombres conozcan, amen, honren y respeten ese Santo Nombre de Dios. Jesús nos está dando a conocer sus sentimientos profundos. Muchos textos de la Biblia nos hablan de que el Nombre de Dios es santo. Nosotros que llamamos a Dios, Padre, tendríamos que preguntarnos si lo honramos con nuestras palabras y actitudes. Un cristiano de verdad respeta el nombre de Dios, sólo lo usará para adorarlo y bendecirlo. La burla, hacerle a Dios falsas promesas o, en su nombre prometer algo que no se va a cumplir, y el insultar a Dios con malas palabras y actitudes, son comportamientos indignos de un hijo. Insultar a Dios es blasfemar y esto es un pecado grave. Abusar del nombre de Dios para cometer actos de violencia contra las personas es un pecado grave, además del daño hecho al prójimo. El Nombre de Dios es Santo y, por lo tanto, no podemos admitir que delante de nosotros se digan cosas indignas contra Dios y los santos.

El tercer mandamiento se traduce tradicionalmente en español así: No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano. Una traducción más literal dice: No usarás el nombre de Jehová tu Dios para aquello que no es real. O también se traduce así: No prestarás falso juramento en el nombre de del Señor tu Dios. Otras traducciones más contemporáneas dicen: No pronuncies el nombre del Señor tu Dios a la ligera; No hagas mal uso del nombre del Señor tu Dios; No usarás el nombre de Jehová tu Dios en vano ni en forma irreverente. No usarás el nombre de Dios para apoyar algo que no es cierto.

EL NOMBRE DE DIOS

¿Qué quiere decir el nombre de Dios? En los pueblos orientales, el nombre era mucho más que un distintivo; pretendía reflejar era parte del carácter de la persona que lo llevaba. Esta práctica persiste hoy en las culturas del lejano oriente donde los nombres de la gente son en realidad características de la gente. El nombre de una persona revelaba su naturaleza. De igual manera, en el A.T. Dios se revelaba de diferentes nombres: cada uno apuntaba alguna de sus características relevantes al momento en el que se daba a conocer: por ejemplo:

1. JEHOVÁ: Yo soy el que soy: el Dios verdadero, el siempre presente, el Dios del pacto;

2. ELOHIM. El nombre de Dios Omnipotente, Creador y Sustentador de todo.

3. JIREH, El Señor proveerá;

4. RAFA El Señor sana;

5. SHALOM El Señor es nuestra paz;

6. EL SHADDAI: El Dios todopoderoso;

7. JEHOVÁ SABAOT: El Señor de los ejércitos;

8. EL OLAM: El Dios eterno.

Entonces, el nombre de Dios significa todo lo que es verdadero acerca de él, todos sus atributos, todas sus características. El nombre de Dios representa su misma persona. Por eso, el mal uso que le demos a su nombre, refleja una terrible falta de reverencia a la persona misma de Dios. Por eso Dios dice que no pasará por alto esta ofensa.

EL MAL USO DEL NOMBRE DE DIOS EN LA ÉPOCA DE JESÚS

Tomar el nombre de Dios en vano significaba algo muy específico en la antigua cultura hebrea. Como en muchas otras culturas, en el antiguo Israel hacer juramentos y promesas era parte esencial en las interacciones y asuntos cotidianos. Jurar por algo o por alguien era como una garantía o testimonio de cumplir lo que se había prometido. Jurar en el nombre de Dios entonces era la garantía más grande de que pretendía cumplir con lo dicho. Si alguien juraba por Dios esa era una buena indicación de que la persona estaba diciendo la verdad o de que de verdad haría lo que acababa de decir. Hoy se hace lo mismo. "Te lo juro por la memoria de mi madre, o por mis hijos". En las cortes judiciales de los EE.UU. antes de declarar, la gente jura sobre la Biblia decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.

El problema era que para no deshonrar el nombre de Dios diciendo algo que no tenían la intención de cumplir, o que no era cierto, la gente no juraba en el nombre de Dios, sino que usaba el cielo, la tierra, la ciudad santa de Jerusalén, o su propia cabeza. El chiste era hacer una promesa o juramento sobre alguna cosa terrenal porque en caso de cumplirlos no había tanto problema. Y de ese modo se hacía un mal uso de los juramentos, votos y promesas entre la gente, y por ende, se violaba el tercer mandamiento. Es dentro de este contexto en el que Jesús dijo las palabras de Mateo 5:33-37. (Leer) Jesús no estaba anulando el uso correcto de juramentos y votos; (Dios mismo hizo juramentos a Abraham y a David), sino que la enseñanza era que

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