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Y NO SE ACOMODEN AL MUNDO PRESENTE, ANTES BIEN TRANSFORMENSE MEDIANTE LA RENOVACION DE SU MENTE, DE FORMA QUE PUEDAN DISTINGUIR CUAL ES LA VOLUNTAD DE DIOS: LO BUENO, LO AGRADABLE


Enviado por   •  25 de Junio de 2017  •  Trabajos  •  2.660 Palabras (11 Páginas)  •  370 Visitas

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                 PRESENTACION: LA CONFIANZA EN LA PROVIDENCIA DE DIOS

                                              EN NUESTROS FUNDADORES

“Y NO SE ACOMODEN AL MUNDO PRESENTE, ANTES BIEN TRANSFORMENSE MEDIANTE LA RENOVACION DE SU MENTE, DE FORMA QUE PUEDAN DISTINGUIR  CUAL ES LA VOLUNTAD DE DIOS: LO BUENO, LO AGRADABLE, LO PERFECTO. Rm. 12,2

Canto

Fue la confianza en la Providencia otro rasgo que, junto  a la sencillez, definía el perfil espiritual de Luis Ormieres. Así lo percibieron las Hermanas. De ello dieron testimonio. Quería aceptar siempre el plan de Dios.

En ello estaba el secreto de que eligiera como señal para su comunidad: vivir como los más pobres, servir a los más pobres, colocarse entre los más pobres y preferir a los más pobres.

Presentación del esquema.

Camino de Fe del Padre Ormieres

Hay una evolución histórica en la vocación personal de Luis Ormires. Se muestra flexible a la voluntad de Dios sobre él. Trata de no “equivocarse”. Como ultimo tramo de su discernimiento, se apoya en “la obediencia al obispo”

A los 18 años  la fe se hace en él experiencia interior, “voz “y llamada providencial de Dios para un servicio concreto en la Iglesia, para una obra que la fe le hace descubrir como  “obra de Dios”

Vivió su propia vocación como un acto de obediencia. Sabía que ningún riesgo corre quien sigue a los que tienen el encargo de indicar la voluntad de Aquel a quien solo se le reconoce como Señor

Una inspiración para el padre Ormieres fue el padre Deshayes Un historiador del padre Deshayes, Crosnier, hace notar en el libro que escribe del Padre Deshayes, el paralelismo espiritual entre el Padre Deshayes, el hombre de la Providencia y el Padre Ormieres. El Padre Ormieres para su proyecto se puso por  completo en manos de la Providencia.

Hubo situaciones en las que tuvo que vivir la oscuridad de la fe. Se creyó llamado a la obra de los Hermanos para los niños del mundo rural. Para ello le bendijo su obispo. Y también la colaboración de los sacerdotes. Las dificultades se acumulan. Su misma fe le hace reconocer que la obra no marcha, que la realidad no va de acuerdo con sus miras ni con sus esfuerzos. Sabe que ira adelante si Dios lo quiere por que “la formación de los obreros es asunto de El y no suyo”.

Le puede el anhelo de la fidelidad a la fidelidad de Dios, y continúa sus intentos, pero con un gran abandono: Como Abrahán, renuncio en fe a las promesas de Dios por fidelidad al Señor en quien creía.

El desprendimiento frente a las cosas y las obras, frente a los bienes y los proyectos era una forma de ofrenda que llevaba al sometimiento a la voluntad de Dios en medio de las pruebas mas duras. No era la resignación de quienes se ven sometidos al peso de un poder irresistible, sino la confianza de los hijos de Abrahán Era el culto que pueden tributar los que no tienen otro templo que los quebrantos de su corazón humillado ni otra ofrenda que una incondicional confianza en Dios, capaz de traspasar todas las pruebas de su lejanía y de  

vencer todas las evidencias de su ausencia.

Las obligaciones que Dios impone nunca sobrepasan las fuerzas de las personas, allí donde no alcanzan las energías comienza Dios su obra de Gracia, sólo quienes viven sus debilidades con alegría pueden conocer que es así. Para “tener éxito en la obra que la obediencia nos confía hay que pedir humildad o desconfianza de sí mismo y plena confianza en la ayuda de Dios. Marche así y la  Providencia coronará su buena voluntad.” El padre Ormieres Madre Teresa 15 de octubre de 1876

El padre Luis Ormiéres anciano ya (79 años) pudo gozar porque  la Providencia no lo había defraudado. Su fe en la Providencia es la fuerza que lo sostiene en cualquier tipo de dificultad que se le presenta a los largo de los 50 años de fundador. En una circular que escribe a las hermanas donde recoge los 50 años de fundación hace referencia a las dificultades de conseguir un sacerdote que quisiera prestarle la colaboración y ayudarle en su totalidad al plan que joven aún, meditaba, “la educación de la infancia y de la juventud principalmente en los pueblos.

Decía: ¿Por qué la Providencia  no me dio estas ayudas, estos colaboradores de los que siempre sentí necesidad? ¿Por qué llamo a Si, uno tras otro, a las dos, las tres personas de reconocida piedad, que querían y podrían servir personalmente  a la comunidad y ayudarla hasta con sus recursos? ¿No será que Dios en su sabiduría, ha querido preservarnos, con estos sacrificios de toda dependencia- tanto de cualquier influencia humana como de una familia determinada- y manifestar así, mas claramente aun que en el pasado, que el Instituto Ángel de la Guarda es su Obra propia?

Camino de fe de la Madre San Pascual:

Es la oración ese lugar en el que se produce el encuentro entre la apertura a Dios y lo que El quiere de cada persona. Quienes en Dios se apoyan se ven plenificados en su existencia. Adquieren fortaleza y valor para soportar las dificultades.

M. San Pascual- Sta. Eugenia 22 de Diciembre del 1862.

La Madre San Pascual vivió su vocación como un acto de obediencia, sabía que ningún riesgo corre quien sigue  a los que tienen el encargo de indicar la voluntad de aquél a quien sólo se le reconoce como Señor.

Movida por la búsqueda de la voluntad de Dios.

“Es verdad que he salido de Saint Gildas, pero no he perdido el afecto a mi querida comunidad. Lo conservare hasta el fin de mi vida… Mis superiores me enviaron para servir a una pequeña comunidad, que empezaba  a ser reconocida por el Gobierno. Esa es la causa de mi estancia aquí. Estoy contenta de hacer en todas partes la santa voluntad de Dios””.Madre San Pascual a Mme . Villalón. 6 de Abril de 1874

Igualmente  ante los graves problemas que afectaban a la comunidad con motivo de la enfermedad de algunas hermanas la madre  San Pascual escribía a algunas de ellas y en las cartas hablaba de la congregación como obra de Dios. Esa era la forma de reconocer que suya era la iniciativa. Que el trabajo de las hermanas era un acto de obediencia. Su porvenir estaba en las manos de quien le había dado comienzo. Decía, me pongo en las manos de Dios y en ellas dejo a todos los miembros de nuestra pequeña congregación. Que se haga en nosotras lo que El quiera ahora y siempre. Miro a nuestra congregación como obra de Dios. Este pensamiento me sostiene y consuela en cuanto a su  porvenir.

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