Alcon Azul
elguapo1819 de Marzo de 2013
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La enseñanza y el aprendizaje
La Teoría Uno y más allá de la Teoría Uno
Podríamos denominarlo el "síndrome del salvador". Como otros grupos de personas en circunstancias diferentes, los educadores parecen estar buscando siempre un salvador. E1 salvador du jour varía notablemente. En cierto momento fue el conductismo; luego, el aprendizaje por medio del descubrimiento. Más tarde se popularizó la teoría del "tiempo dedicado a la tarea": si pudiéramos mantener a los alumnos ocupados seriamente en una determinada tarea durante bastante tiempo, conseguiríamos el tipo de aprendizaje que pretendemos. Actualmente una de las teorías predilectas es la del aprendizaje cooperativo,
que propone que los estudiantes se reúnan y colaboren en pequeños grupos a fin de adquirir determinadas habilidades y conocimientos. Por cierto, el rótulo "síndrome del salvador" huele a cinismo. Revela cierta impaciencia por alcanzar la solución rápida, el deus ex machina que pondrá todas las cosas en orden en la escuela. La educación es una tarea compleja. Es tedioso ver cómo se acoge al salvador del momento con esperanza y ansiedad, luego se lo ataca y finalmente se lo trivializa. No obstante, para ser justos, no debe atribuirse ningún tipo de cinismo a los candidatos para la salvación. Por ejemplo, las técnicas de aprendizaje grupal que se incluyen en el aprendizaje cooperativo son maravillosas y permiten mejorar notablemente la práctica educativa. Si bien ya no está de moda, el conductismo permitió considerar la motivación en función de las recompensas que los alumnos reciben por diversas conductas—algunas deseables y otras no—. En consecuencia, el problema del síndrome no radica en los candidatos. Antes bien, es sintomático de una de las premisas más engañosas de la reforma educativa: "lo que necesitamos es un método nuevo y mejor". Si mejorásemos la forma de inculcar conocimientos o de inducir a los jóvenes a aprender, conseguiríamos la precisión aritmética, la corrección en la escritura, la sagacidad en la lectura y todas las metas que deseamos alcanzar.
No estoy de acuerdo con esto. Hay tres razones por las cuales un método nuevo y mejor constituye una falsa solución. A continuación, las enumeramos brevemente (dedicaremos el resto del capítulo a desarrollarlas). 1) Contamos con un gran número de métodos pedagógicos sofisticados pero no los utilizamos o no lo hacemos con eficacia. 2) En la mayoría de los casos, la instrucción ni siquiera satisface los criterios mínimos de métodos válidos y menos aún de métodos sofisticados. Lo que necesitamos con más urgencia es poner en práctica métodos razonablemente válidos. 3) Dados estos métodos, la decisión más importante atañe al currículum y no al método: es decir, no a cómo enseñamos sino a lo que elegimos enseñar.
Por lo tanto, toda reforma educativa que apunte a la creación de una escuela inteligente ha de estar guiada por el currículum y no por el método; no por teorías más sofisticadas sobre cómo se debe enseñar —por muy valiosas que sean—sino por una concepción más amplia y ambiciosa sobre lo que queremos enseñar.
Para fundamentar este argumento, ofreceré una concepción de método válido, señalaré cuán poca atención le prestamos y cuánto puede lograr, y exploraré brevemente algunos métodos más sofisticados. Luego retomaré el punto clave: dado un método razonable, lo más importante es elegir qué hemos de enseñar.
Introducción a la Teoría Uno
En una sola oración podemos enunciar una teoría bastante buena sobre la enseñanza y el aprendizaje. La
teoría no es terriblemente sofisticada. No se requiere una ardua y complicada investigación experimental
para verificarla y justificarla. Pero si seguimos sus implicaciones podremos perfeccionar la visión de la
enseñanza. La
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