Analisis de la industria de coches
KarinajaoSíntesis17 de Febrero de 2016
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ANALISIS DE LA INDUSTRIA
El sector automotriz mexicano es un factor relevante para la economía nacional. El efecto magno que produce en la generación de empleos, servicios y productos, es por excelencia uno de los sectores que debe recibir la máxima atención, más aún cuando se sabe que derivado de la alta competitividad internacional por abrir nuevos mercados, esta industria presenta altos niveles de fragilidad por subsistir en territorio mexicano. Afortunadamente, muchas son las empresas internacionales que durante décadas han confiado en las condiciones nacionales que prevalecen, instalando importantes plantas para el ensamblado de vehículos, situación que ha permitido el surgimiento de medianas y pequeñas empresas mexicanas que les abastecen de materia prima, y en el mejor de los casos, autopartes y componentes. En este sentido, el presente capítulo se ha constituido buscando dar un panorama general de ese sector en México, cuyo enfoque principal va dirigido a proporcionar una idea especifica acerca de la relevancia de las compañías del sector de las autopartes, como miembro activo de las cadenas de suministro internacionales. Por dicha razón, primerazo se analizará la importancia del sector automotriz en México; después, se examinan los componentes de esta industria (terminal y autopartes), y al final, se presenta una discusión sobre la operatividad de este sector. La importancia del sector automotriz en México es incuestionable. Dentro del contexto nacional es la segunda en importancia después del sector petrolero. Ha desempeñado una función relevante y decisiva en el proceso de industrialización, actuando como un factor con efecto multiplicador al impulsar a otros sectores también importantes, tales como: la industria del vidrio; acero; hierro; hule; plástico; aluminio; textil, entre otros (BANCOMEXT, 2006). En términos generales, para Mortimore y Barron (2005), la Industria automotriz Mexicana (IAM) se caracteriza porque ha visto su evolución a través del tiempo en tres etapas específicas. La primera etapa, que se inició en 1962, tuvo por objetivo estimular la producción y mantener la balanza comercial equilibrada. Se caracterizó por el surgimiento de una base industrial a través de políticas activas en una economía proteccionista; y luego por una progresiva flexibilización de los decretos automotrices en el contexto de la política económica de apertura y liberalización comercial y financiera. En otras palabras, otorgó una “reserva de mercado” absoluta a la producción local de los automotores, y requirió que un determinado porcentaje de valor fuese de contenido nacional. Así fue como surgió una industria de equipos, componentes y accesorios automovilísticos grande y heterogénea. En 1989 comenzó la segunda etapa. En ella, el marco jurídico-administrativo se hizo más flexible al permitir la entrada de unidades nuevas importadas, tratando de fomentar las exportaciones y la producción. Evidenció un notable éxito exportador al mercado norteamericano, sobre una fase de transición dirigida a políticas cada vez más pasivas en una economía abierta.
En los últimos cinco años, la industria automotriz nacional se consolidó como un destino de los recursos de las principales armadoras del mundo. Muestra de ello es que desde 2011 a la fecha, ocho de las mayores empresas automotrices inyectaron al país 11 mil 408 millones de dólares y hay expectativas de que canalicen otros 4 mil 500 millones en los siguientes años.
Para los fabricantes, México es atractivo por su posición geográfica, sus recursos naturales y la cercanía con Estados Unidos, lo que se complementa con los menores costos de la mano de obra. Para los especialistas, México puede alcanzar mayores niveles de producción y de consumo si se atienden pendientes como la infraestructura y la seguridad.
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