Inferencia Estadistica
fam32118 de Mayo de 2013
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¿Quién Yo?
Dalmiro Saénz
Se levanta el telón y estamos en una sala de juzgado.
En un costado la derecha vemos un Juez con peluca. Al lado del escritorio, una secretaria fea con anteojos y con un delantal gris o negro, sentada frente a la máquina. En el lado del público figuran estar los miembros del jurado. En el centro del escenario sentado en un banquillo, el acusado: Felipe Azul de Metileno.
En el fondo un enorme ventanal con varias puertas de vidrio da hacia el cielo azul y está parcialmente cubierto por las cortinas de los costados.
Cuando empieza la escena, el fiscal está hablando ampulosamente. El abogado defensor escucha.
FISCAL-Señores del jurado, como fiscal del Estado represento en este momento una parte de la conciencia de cada uno de ustedes. Soy el dedo acusador de una sociedad que señala a sí misma en la persona de alguno de sus miembros. Porque la culpa de los individuos en particular, es la consecuencia de una gran culpa de la sociedad en general, porque la sociedad en general es la generadora de las costumbres, la artífice de la moral, la incansable artesana de su tiempo. Y nosotros, miembros de esta sociedad, tenemos la obligación de integrarnos en ese tiempo, en esa moral, en esas costumbres, porque ellas han surgido de la parte más pura de nuestro yo.
Señores del jurado, delante nuestro está sentado un hombre que ha delinquido, un hombre que no ha respetado uno de los principios básicos de nuestra civilización, el derecho de la propiedad.
Este hombre ha robado, es un ladrón (Pausa), pero no ha robado una gran cantidad de dinero, no ha asaltado un banco, no ha hecho alguna gigantesca estafa, sino que su crimen ha consistido en apropiarse de un vuelto de veintidós pesos con cuarenta centavos.
Veo sonrisas en las caras de los miembros del jurado. Lo ínfimo de la suma os hace sonreír. La cantidad es insignificante aun para este momento en que la humanidad ha perfeccionado hasta tal punto sus medios defensivos que prácticamente este tipo de delitos están tendiendo a desaparecer.
Es por eso, que a pesar de ser yo el Fiscal del estado, a pesar de tener el mandato de defender leyes contra aquellos que pueden vulnerarlas, hago un llamado de atención a ustedes : ¿hacia dónde va el hombre en su afán de perfeccionarse? ¿Hacia que extremos se encamina, que el hurto de veintidós pesos con cuarenta centavos pone en marcha el celoso mecanismo de la justicia? Es por eso que por primera vez en este tribunal, la defensa y la fiscalía nos hemos puesto de acuerdo en pedir a los miembros de este Honorable Jurado, piedad para el acusado tal vez en homenaje a una humanidad ya no tan evolucionada como para preocuparse por la substracción de veintidós pesos con cuarenta centavos.
Se produce un silencio y después el fiscal prosigue:
FISCAL-Dejo la palabra al Abogado defensor.
El abogado defensor (con menos personalidad que el fiscal) avanza hacia el jurado y dice con sencillez:
DEFENSOR-Hago mías las palabras del fiscal u procederé a interrogar al acusado.
Se acerca al acusado y paternalmente le dice:
DEFENSOR-¿Nombre?
FELIPE-¿Quién yo?
DEFENSOR-Sí, usted.
FELIPE- Felipe Azul de Metileno
DEFENSOR-¿Nacido?
FELIPE-Sí
DEFENSOR-(con tolerancia) ¿Donde nació?
FELIPE-¿quién yo?
DEFENSOR-Sí, usted
FELIPE-En Buenos Aires
DEFENSOR-¿casado?
FELIPE-¿quién yo?
DEFENSOR-Sí, usted
FELIPE-No.
DEFENSOR-¿tiene hijos?
FELIPE-¿quién yo?
DEFENSOR-Sí, usted
FELIPE-no.
DEFENSOR-¿profesión?
FELIPE-¿quién yo?
DEFENSOR-Sí, usted
FELIPE-empleado
DEFENSOR-¿Edad?
FELIPE-¿quién yo?
DEFENSOR-(exasperado) ¡¡¡Noooo yo!
FELIPE-Y... yo a usted más de cincuenta no le doy.
El abogado, vencido por su exasperación, vuelve a su tono.
DEFENSOR-Señor Felipe Azul de Metileno, tengo entendido que su vida se ha desarrollado en ciertos medios y bajo circunstancias que lo hacen a usted no enteramente responsable de su delito. Tal vez el status social al que usted pertenecía…
FELIPE-¿El qué?
DEFENSOR-El status, el lugar social que usted ocupa, la clase social a la que pertenece. ¿A que clase social considera usted que pertenece?
FELIPE-Soy aristócrata.
DEFENSOR-¿Qué?
FELIPE-Aristócrata.
DEFENSOR-¿aristócrata? ¿Pero que considera usted aristócrata?
FELIPE-Mi familia es aristócrata, descendemos de Adán.
DEFENSOR-(sonriendo con simpatía) Bueno, en cierto modo todo…
FELIPE-Y de Noé…
DEFENSOR-(un poco intrigado) ¿Noé?
FELIPE-Bueno Noé, Noé, lo que se dice Noé no, mas bien descendemos del arca, dicen que una pareja de Metilenos descendió del arca.
DEFENSOR-ah, si, que bien.
FELIPE-No, tan bien no, por que se equivocaron y bajaron antes de que termine el diluvio. Lo que pasó es que eran muy impacientes y fueron y le dijeron a Noé: “Oiga Noé, acá hay acomodo, ayer se bajó una pareja, ¿y nosotros para cuando?” “Bueno” le contesto Noé conciliador “fue una excepción” “¿Y por que va haber excepciones con ellos?” dijeron mis antepasados y les dice Noé “era una pareja de pejerreyes”. “A nosotros no nos interesa, nos bajamos ahora y se acabó.” Dice mi antepasado “Miren que esta hondo”dice Noé. “que va a estar hondo, que va a estar hondo, ¿y ese perro como hace pie?” “¿Cuál perro? Ése no es un perro, es un… es una… una… ¿Cómo se llama…?
Pero ya mis abuelos se habían bajado y Noé los miró desaparecer bajo las aguas mientras se pegaba en la frente y decía “¡Jirafa!”
Fue bastante triste el episodio porque yo quedé huérfano de antepasados antes de haber nacido, como quien dice. La ceremonia que hizo Noé dicen que fue muy emotiva, hizo formar a la tripulación en cubierta y se armó, el elefante, que era muy susceptible, le pegó un trompazo a la hiena que se reía a carcajadas, el cocodrilo lloraba, la paloma se tomó el olivo, la vaca dijo Muuu y la oveja Beeety, seguramente ya intuía a los Menédez.
DEFENSOR-Bueno, bueno, muy interesante. Pero es un poco lejano lo que usted cuenta. Cuando usted se refería a su familia, yo pensaba que era algo mas cercano, sus padres o sus abuelos o hasta sus bisabuelos si quiere, pero…
FELIPE-Bueno, mi bisabuelo era marino, peleó en Trafalgar, bastante burro el pobre, dicen que cuando Nelson dijo:”Inglaterra espera que cada uno cumpla con su deber”, fue al camarote a copiar la tabla del nueve y a hacer la composición sobre la vaca, porque voluntad tenía eso si, no se lo podemos negar, voluntad tenía tanto que hizo un carrerón en la marina inglesa, hasta que la muerte lo truncó su promisorio futuro a los noventa y seis años, ya con el grado de grumete, cuando se enteró de que en el buque había una Santa Bárbara y fue a llevarle una vela, su fe lo mató, algunos lo considera un precursor de la aviación, otros no. En cambio mi abuelo era distinto.
Mientras habla se ha parado y se pasea. El defensor y el Fiscal están algo absortos, el acusado se ha detenido frente al ventanal, y mientras habla, el cielo que se veía por la ventana va cambiando de color, como si surgiera una neblina, también se oye una sirena de barco apenas insinuando por algún detalle y por algún movimiento. Tiene que dar la sensación de que Felipe está adentro del barco.
FELIPE-En cambio mi abuelo era distinto, me parece estar viéndolo en la cubierta de su buque. Felipe el Sanguinario le decían, y era un famoso pescador de ballenas en los mares del Sur.
Felipe se ha puesto una gorra de marino o un sueter y se oye ruido de mar y viento, luego su voz poderosa se oye llamando al contramaestre con energía marinera:
FELIPE-Contramaestre
VOZ EN OFF DEL CONTRAMAESTRE-Ordene, señor.
FELIPE-¿Cobró el foque?
VOZ EN OFF DEL CONTRAMAESTRE-Si, señor
FELIPE-¿Cuánto era?
VOZ EN OFF DEL CONTRAMAESTRE-Ciento cuarenta pesos, señor.
Continua el ruido del mar y después Felipe ordena:
FELIPE-Contramaestre
VOZ EN OFF DEL CONTRAMAESTRE-Si, señor
FELIPE-Cace la mayor
VOZ EN OFF DEL CONTRAMAESTRE-¿y la menor?
FELIPE-Que se quede soltera nomás, y avise a la gente que hay ballena a proa.
VOZ EN OFF DEL CONTRAMAESTRE-comprendido, señor
FELIPE-Alcánceme el arpón.
Un marinero le alcanza el arpón y Felipe se pone en posición para lanzarlo contra la ballena, pero recapacita y dice enojado.
FELIPE-Bestia, animal, analfabeto, no ve que es una ballena chiquita, llévese este arpón y tráigame el arpa chiquita, retardado.
El contramaestre le alcanza un arpa y Felipe empieza a tocar mientras dice:
FELIPE-No ve que con la música se les endulza el carácter y se mueren de diabetes.
CONTRAMAESTRE-Atunes a proa, señor
FELIPE-Preparar la maniobra.
CONTRAMAESTRE-Acá está todo señor
FELIPE-¿Están las latas de atún?
CONTRAMAESTRE-Si. Señor
FELIPE-Tírelas al mar.
El contramaestre empieza a tirarlas, se oye el ruido de éstas al caer al agua, después de una pausa Felipe les
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