Internet De Las Cosas
gerods3 de Octubre de 2014
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INDICE
1. Internet de las Cosas 3
1.1. ¿Qué es el Internet de las Cosas? 3
1.2. Evolucion del internet de las cosas. 4
1.3. Proyecciones 8
2. Aplicaciones u Oportunidades de Negocio 8
2.1. Propuesta 1 : Smart Squad 8
2.2. Propuesta 2 : Smart TrafficLights 9
2.3. Propuesta 3 : Aplicación de la Tecnología Wearables 10
3. Cuadro Comparativo de las ideas de negocio presentadas 12
4. Evaluación Critica de la Tecnología 12
5. Bibliografia 13
1. Internet de las Cosas
1.1. ¿Qué es el Internet de las Cosas?
Los avances tecnológicos se han convertido en un proceso imparable. Las innovaciones se van sucediendo unas tras otras multiplicando sus efectos. En el campo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) hay que destacar varios hitos, como la digitalización de las señales, la transmisión de datos, la telefonía móvil, la fibra óptica o la banda ancha fija y móvil, que han transformado radicalmente el mundo de las comunicaciones. Gracias a todas estas tecnologías y aplicaciones disponemos hoy de un sistema de conexión universal como es Internet. Con el paso del tiempo, y gracias a la suma de innovaciones, la Red se ha ido transformando y ha pasado del concepto de Internet de las Personas al de Internet de las Cosas.
¿Qué es el Internet de las Cosas? Es la evolución de un primer Internet más centrado en las personas y cuyo potencial reside en la capacidad para combinar datos con personas, procesos y objetos. A partir de sensores, redes avanzadas de comunicaciones y procesos analíticos basados en el big data se están poniendo en marcha aplicaciones que harán más fácil la vida de las personas, mejorarán la sanidad y la educación, potenciarán las ciudades, los edificios y las redes eléctricas inteligentes, aumentarán la seguridad de la información e incrementarán el nivel de eficiencia de empresas y Administraciones Públicas.
La idea es muy sencilla. Hasta ahora Internet era una red que permitía el acceso a portales, servicios, aplicaciones o diferentes opciones. El usuario, persona o negocio, entraba en ella y simplemente hacía lo que había ido a hacer, buscaba información o navegaba por las distintas posibilidades. Conforme la tecnología lo ha permitido, todo tipo de dispositivos, máquinas y objetos se han sumado a la Red. Estamos hablando de una gama de objetos infinita, desde el contador del consumo de agua que hay en los domicilios al sensor incorporado en una plaza de un aparcamiento público, pasando por una nevera, por una pulsera que lleva un enfermo o por un dispositivo asociado a una máquina en una fábrica. Todos ellos, al estar en permanente conexión con el resto del universo a través de Internet, pueden interactuar con personas, ordenadores u otros objetos, para dar información o avisos, recibir instrucciones, etc.
En esencia el Internet de las Cosas se basa en sensores, en redes de comunicaciones y en una inteligencia que maneja todo el proceso y los datos que se generan. Los sensores son los sentidos del sistema y, para que puedan ser empleados de forma masiva, deben tener bajo consumo y coste, un reducido tamaño y una gran flexibilidad para su uso en todo tipo de circunstancias. La evolución de Internet también precisa de potentes y seguras redes de comunicación inalámbrica M2M (máquina a máquina), que hagan posible la incorporación a las redes y a los sistemas de objetos totalmente fuera de ellos hasta hace poco. Finalmente es necesario aplicar inteligencia (“smart”) a los sistemas y a los objetos, aprovechando los datos recogidos por los sensores, para procesarlos y convertirlos en información útil y en actuaciones. Aquí las técnicas de análisis asociadas al big data son vitales. En ocasiones hay que aplicar potentes sistemas de información y de software avanzado que hagan posible el tratamiento de grandes volúmenes de datos de una naturaleza variada y a gran velocidad. Muchos de esos datos ya existían, pero hasta ahora la tecnología disponible no permitía su explotación y aprovechamiento.
Las smartcities (o ciudades inteligentes) pueden ser un buen ejemplo de lo que es capaz de dar de sí el Internet de las Cosas. En ellas, la combinación de dispositivos, sensores, redes de comunicaciones, capacidad de almacenamiento y de procesamiento y plataformas de gestión hacen posible unas ciudades en la que se prestan servicios de una forma más eficiente y sostenible, mejorando la vida de los ciudadanos, las posibilidades de los negocios y el atractivo de la propia ciudad para conseguir turismo, talento e inversiones. Entre los servicios que pueden mejorar significativamente se encuentran el suministro y consumo de energía o de agua, el transporte y la movilidad, la seguridad ciudadana y la protección civil, la creación de un entorno favorable para los negocios, el gobierno de la ciudad, la transparencia y participación ciudadanas, el soporte al turismo y al comercio, la gestión de residuos, la gestión del mobiliario urbano, la eficiencia energética de los edificios o la gestión de los aparcamientos.
Además de las ciudades inteligentes, los campos de aplicación del Internet de las Cosas son muchos y muy variados. La sanidad, para monitorizar a los pacientes y conectarlos a los médicos y demás profesionales sanitarios; los sectores de la energía y del transporte, para conectar a proveedores y clientes; el sector del retail, para predecir cuándo comprarán los consumidores; las telecomunicaciones y los servicios de información; los servicios financieros; o las fábricas inteligentes. En estos y otros campos es posible encontrar también casos muy concretos de aplicación, como el marketing y la publicidad, la educación, los vehículos o los juegos y el entretenimiento conectados o las redes eléctricas inteligentes, en los que las nuevas posibilidades alcanzan rendimientos máximos.
Un punto importante del Internet de las Cosas es que requerirá habilidades y conocimientos específicos combinados (tecnológicos, matemáticos o de funcionamiento de las organizaciones), en un perfil que hasta ahora no existía. Es decir, se abrirán nuevas e interesantes oportunidades de trabajo y se crearán empleos en este sector de actividad. Uno de los ejemplos más claros es el de los gestores de datos, perfil que se encuentra a mitad de camino entre la tecnología y la operación de los negocios y que requiere conocer y manejar las nuevas herramientas para la captura, el análisis y el aprovechamiento de los datos. La enseñanza, en sus diferentes niveles, también tendrá que hacerse eco de estas nuevas demandas.
Los retos y oportunidades que se avecinan son grandes y todos los sectores de actividad humana se ven afectados por las posibilidades del Internet de las Cosas, que según diferentes análisis conectará varias decenas de miles de millones de dispositivos y objetos a corto plazo. Como ocurre con otras actuaciones asociadas a la evolución tecnológica, además de todos los temas de innovación hay también que analizar y valorar el impacto económico y social en las vidas de las personas, buscando su beneficio y cuidando al máximo los aspectos de seguridad y privacidad. Si todo ello se consigue, el Internet de las Cosas cambiará nuestras vidas de forma radical y las hará mejores.
1.2. Evolucion del internet de las cosas.
El Internet de las cosas empezó en el año de 1990 con John Romkey, el cual realizó un interesante experimento social – digital: Puso una cámara enfrente de una cafetera, con el motivo de poder observar cuando el café estuviera listo o cuando se hubiera terminado, y aunque parece algo sencillo y sin mérito, desde ese momento nació el internet de las cosas, ya que con esta cámara, él pudo tener el control de la cafetera y su contenido.
En 1995 empezó a popularizarse el lenguaje de programación para dispositivos digitales de consumo – Java.
En 1998 Mark Weiser construye una fuente de agua que imita el movimiento de las acciones en el mercado de valores.
En 1999 P&G introduce el uso de RFID (es un sistema de almacenamiento y recuperación de datos remoto que usa dispositivos denominados etiquetas, tarjetas, transpondedores o tags RFID) en su cadena de suministros.
También en este mismo año, Kevin Ashton introdujo por primera vez el termino Internet de las cosas, aunque desde antes ya existía Internet de las cosas, en ese año fue la primera vez que se utilizó este término.
En el año 2000 LG anunció su primer refrigerador con conexión a Internet.
En el 2003-2004 LE departamento de USA introduce el uso a gran escala de RFID a su cadena de suministro. De igual manera Walmart introduce RFID al mundo comercial.
En 2008 inicia el boom de las Smart-things, como son la Smart TV, teléfonos inteligentes, carros con sensores, sistemas complejos de navegación, cámaras inteligentes con acceso a internet, entre muchas otras cosas más.
En 2011 vimos el nacimiento de Arduino, un sistema embebido fácil de programar y que promete hacer la automatización de máquinas más sencilla. Su adopción fue inmediata, y su popularidad ha ido en aumento.
En ese mismo año fue el lanzamiento público de IPV6, este nuevo protocolo soporta 2128 direcciones que son aproximadamente de 340 sixtillones de direcciones.
Samsung, Google, Nokia, y otras empresas, anuncian
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