ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La Educacion


Enviado por   •  10 de Diciembre de 2012  •  3.904 Palabras (16 Páginas)  •  211 Visitas

Página 1 de 16

LIBRO SEPTIMO DE LA REPUBLICA DE PLATON

El libro séptimo de la República de Platón se ha asumido como un asunto esencialmente de teoría del conocimiento, en palabras más precisas, un problema de epistemología. No obstante, un análisis general del apartado séptimo, emerge el tema de la educación. Dicha educación aparece íntimamente vinculada con el proyecto político e ideal del Platón. Es decir, la conformación de una república ideal vinculada a la necesidad de un proyecto educativo de los ciudadanos. Para ello se pretende mostrar la condición humana en relación con la ciencia y La ignorancia de dichos ciudadanos, por ello, no es extraño que dicho proyecto político no sólo esté relacionado con una propuesta educativa y necesariamente con un programa epistemológico, y si se quiere, educativo y pedagógico para llevar dicho proyecto político a cabo a partir de un modelo epistemológico. En este sentido, no sólo es necesaria una relación entre una educación determinada y una teoría del conocimiento, sino que dicha relación se hace necesaria e indispensable para un proyecto social y político. Platón, desde esta perspectiva mostrada en el libro VII de la República está insinuando su proyecto educativo unido a una organización de la cosa pública en consonancia con una propuesta sobre el proceso del conocimiento humano. Un buen proyecto político –ideal en Platón- sin duda, necesita no sólo una teoría del conocimiento sino que dicho proyecto sea dirigido a la formación o educación de los hombres con el fin de establecer una república bien ordenada y justa.

Platón nos introduce en el tema con un número de imágenes que, incluso para un lector desprevenido, no pasan desapercibidos. La alegoría de la caverna nos presenta la condición del hombre en relación con la educación y falta de ella.

Después de eso –proseguí- comprara nuestra naturaleza respecto de su educación y su falta con respecto a una experiencia como ésta represéntate hombres en una morada subterránea en forma de caverna, que tiene la entrada abierta, en toda su extensión, a la luz. En ella están desde niños con las piernas y el cuello encadenados de modo que deben permanecer allí y mirar sólo delante de ellos, porque las cadenas les impiden girar en derredodor la cabeza. Más arriba y más lejos se halla la luz en un fuego que brilla detrás de ellos; y entre el fuego los prisioneros hay un camino más alto. Junto al cual imagínate un tabique construido de lado, como biombo que los titiriteros levantan del público para mostrar, por encima del biombos, los muñecos”(514 a)

La caverna es el mundo visible en que viven los hombres. Un mundo lleno de sombras a las cuales están acostumbrados pues están atados al fondo de dicho antro desde la infancia. Dichos hombres no ven y no conocen más que las sombras que son proyectadas desde fuera de la caverna por las cosa, estos hombres creen que las cosas, las voces y demás movimientos son de las sombras y no de las cosas como son en sí. Dichas imágenes y movimientos son como las sombras que colocan los titiriteros, y que estos presentan a los habitantes de la caverna como lo real. Que sucediera pregunta Platón, ¿Qué uno de los cautivos se desligue de las cadenas y con esfuerzo pueda voltear la cabeza y mirar hacia la luz? “¿No crees que estaría perplejo y que lo que antes había contemplado le parecería más verdadero que lo que entonces se le había mostrado?” (514 a –d 8) No obstante, al salir y después de una adaptación lenta de sus ojos a la luz, puede distinguir los objetos reales y más próximos a la verdad según se expresa en dicho apartado. Sin duda, Platón por medio de estas imágenes fantásticas no está mostrando, la condición humana que por el mismo hecho de la costumbre, asume lo cotidiano como lo más real, cuando en realidad no son más que sombras. Se presenta el esfuerzo para ascender del mundo de las meras sombras y luego del mundo visible al de lo inteligible.

Esta es sin lugar a dudad la condición humana.

Pues bien, querido Glaucón, debemos aplicar integra esta alegoría a lo que anteriormente ha sido dicho comparando la región que se manifiesta por medio de la vista con la morada-prisión, y la luz del fuego que hay en ella con el poder del sol; compara, por otro lado, el ascenso y contemplación de las cosas de arriba con el camino del alma hacia el ámbito inteligible, y no te equivocaras en cuanto a lo que estoy esperando, y que es lo que deseas oír (517 b)

La caverna es el ámbito visible en que viven los hombres comunes, el fuego que entra en ella y permite que las sombras se proyecten contra la pared es el sol, representación del bien. Afuera de la caverna se encuentra un mundo más real que dichas sombras. Este es al ámbito de lo inteligible, de las ideas y donde el sol representa la idea del bien que aquél hombre después de un proceso de esfuerzo y de pensamiento racional puede percibir. Este proceso de volver el alma de la las tinieblas y las sombras a la luz, es un proceso de esfuerzo para lograr la formación o educación. Dicho proceso, según nos lo presenta el mismo Platón es un esfuerzo individual y personal que consiste no en recibir la visión para ver la realidad, sino en dirigir está al lugar adecuado. “Por consiguiente, la educación sería el arte de volver este órgano del alma del modo más fácil y eficaz en que puede ser visto, más no como si le infundiera vista, puesto que la posee, sino en caso de que se lo haya girado incorrectamente y no mira a donde debe, posibilitando la corrección.” (518 d) En otras palabras, la ignorancia o falta de ciencia no consiste en la ausencia de objetos, sino en confundir las sombras con las cosas reales –sombras a las que se está acostumbrado desde el nacimiento- mirando equivocadamente dichas sombras en vez de los objetos. Se trata es de reconducir la mirada. Los hombres que han logrado mirar a donde se debe, aquéllos que han sido así educados deben o están en capacidad de gobernar, manejando las riendas de lo público y manejando la nave del estado y los hombres que lo conforman. Por ello el hombre que se ha liberado de las cadenas y ha salido a contemplar la luz y los objetos reales elevándose hasta la idea del bien. tienen la responsabilidad –por lo menos en la propuesta de Platón- de bajar, formar educar y dialogar sobre esto bueno y bello de dicho mundo a los que todavía están en las sombras y el cambio del mundo meramente sensible.

No obstante, en dicho proceso de formación se debe ir adquiriendo las ciencias que sean buenas para los fines no sólo del gobierno del estado, sino también para el orden y el buen y justo funcionamiento de éste. Por ejemplo, el futuro gobernante no sólo deberá ejercitarse en la gimnasia para formar su cuerpo

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (21.9 Kb)  
Leer 15 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com