Panorama Energético Chileno

El panorama energético latinoamericano es complejo, considerando que algunos países tienen abundancia y disponibilidad de tales recursos (Brasil y Venezuela con el petróleo), otros en cambio son fuertemente dependientes de la importación de los mismos (Chile y Uruguay) y terceros tienen recursos energéticos, pero en un escenario donde no disponen del financiamiento adecuado para optimizar su explotación (como es el caso de Bolivia y Ecuador). Un cuarto grupo comienza a mostrarse incipientemente proclive a las reformas aplicadas para su desarrollo (Colombia y Perú). Como se puede ver, el escenario es variado para la región, sin embargo lo que es común para la mayoría de los países en la actualidad, es que en relación al petróleo, las operaciones de exploración y explotación se manejan conjuntamente con apoyo de empresas transnacionales, lo que evidencia la dependencia para el manejo del recurso.

Específicamente en Chile, la estrategia gubernamental apuesta para el 2020 a la diversificación de la matriz energética (ver gráfico 1) que permita tener energía segura, limpia y barata, sobre la base de estimular soluciones de mercado con regulaciones transparentes, técnicas y eficientes. En los próximos 10 años las tasas proyectadas de crecimiento del consumo eléctrico se encuentran en torno al 6 a 7%, representando cerca de 100 mil GWh de demanda total de energía eléctrica, lo que requerirá aumentar la oferta en más de 8.000 MW en nuevos proyectos de generación.

Grafico 1: Matriz energética chilena 2012-2020

Hoy en día, Chile vive un momento crucial en su historia, se enfrenta al enorme desafío de generar las condiciones adecuadas para alcanzar el desarrollo en las próximas décadas. Para lo cual, se requiere de un crecimiento sostenido de la economía chilena. En la medida que el país crece, mayor energía requiere, produciéndose un natural acoplamiento entre economía y energía (grafico 2). En consecuencia, se hace necesario contar con recursos energéticos suficientes y competitivos para apoyar ese desarrollo, por lo tanto a futuro se pretende alcanzar la eficiencia energética, impulsar el despegue de las energías renovables no convencionales (ERNC), lograr mayor preponderancia al recurso hídrico (menor dependencia externa) al igual que crear un nuevo esquema más seguro y robusto para el desarrollo de las redes eléctricas.

Grafico 2: Demanda eléctrica anual

Por otra parte, tratando de lograr el equilibrio en el uso de los distintos tipos de energía necesarios para el desarrollo del país y considerando que en los últimos años el aumento del consumo energético ha apuntado al aumento en el consumo de carbón, gas y petróleo (Grafico 3), la estatal chilena ENAP,

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