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RELACIONES COMERCIALES ENTRE CHINA Y ESTADOS UNIDOS

denuard7 de Diciembre de 2012

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RELACIONES COMERCIALES ENTRE ESTADOS UNIDOS Y CHINA

El avance de China desde la pobreza debido a las increíblemente exitosas reformas de mercado introducidas en 1978 han ocultado fuertes debilidades en su economía — especialmente en comparación con la economía de Estados Unidos. Estas debilidades se han exacerbado por la renovada intervención estatal china que comenzó alrededor de 2003.

Muchos parecen convencidos de que China está a punto de sobrepasar a Estados Unidos económicamente. Pero los americanos no deberían perder de vista las amplias ventajas sobre los chinos — en ingresos, en recursos naturales y en áreas que pueden sorprender, como la fuerza laboral. Derek Scissors, experto en China de la Fundación Heritage, explica por qué es vital que Estados Unidos tenga presente sus puntos fuertes y reconozca las profundas debilidades chinas.

Cada vez es más común oír que China adelantará a América en puro tamaño económico en la próxima década o, ajustando al poder adquisitivo, tan pronto como este año mismo. Algunas de estas alegaciones son claramente inexactas, la mayoría son engañosas y todas ellas son potencialmente dañinas.

Estas alegaciones contribuyen a crear falsas impresiones sobre el futuro de la región Asia–Pacífico, incluso del mundo en su conjunto. Las percepciones sobre la fuerza e importancia económicas de China promueven su presencia global, desde sus fronteras hasta el África subsahariana y América Latina. Una mirada en profundidad, sin embargo, muestra que la República Popular de China (RPC) es todavía mucho más pequeña y pobre que Estados Unidos en los más importantes indicadores económicos, de forma que su verdadero peso económico global es, correspondientemente, limitado.

Aunque este trabajo se centra en la economía, toda política de Estados Unidos debe fundamentarse en buena información sobre la posición relativa actual de China y sobre la que tendrá en el futuro. Estados Unidos tiene una enorme ventaja económica que debería durar varias generaciones, como poco. La mejor estrategia para competir con la RPC, por tanto, empieza por poner en orden la casa americana — y al hacerlo, de ninguna forma Estados Unidos debe imitar a la RPC. Una guerra con Pekín sobre qué gobierno puede intervenir más en su economía está condenada al fracaso y vendría con feos inconvenientes que se han quedado perdido en la histeria sobre China.

América puede y debe ganar la competición económica. Sin embargo, no debería poner sus esperanzas en el fracaso de China. Una China que se debilite o estanque económicamente perjudica al resto del mundo. Al contrario, una China en un camino más sostenible beneficia a todos, incluyendo Estados Unidos.

América contra China: Hoy

Uno de los desarrollos más sorprendentes que resultan de la crisis financiera es la creencia entre los americanos de a pie de que China se ha convertido en la economía líder del mundo. Esa forma de verlo hizo su aparición en los momentos más duros de 2009 y ha persistido incluso aunque el impacto de la crisis ha empezado a retroceder. Los medios de comunicación en Estados Unidos han transmitido con frecuencia esa misma creencia. Sin embargo, es patentemente absurda.

La principal razón para la decepción de los americanos es el empleo: El índice de desempleo oficial de Estados Unidos rompió el techo psicológico del 9% en los pasados dos años. Es incluso mayor si contamos aquellos que han dejado de buscar trabajo pero que trabajarían si pudieran. Por el contrario, Pekín tiene un desempleo en las ciudades por debajo del 4.5%, pero eso solo incluye aquellos reconocido oficialmente y nadie cree que sea una cifra correcta – y eso incluye a los cargos del Ministerio de Recursos Humanos y Seguro Social .

La Academia China de Ciencias Sociales, controlada por el Estado, situó el desempleo de las ciudades en el 9.4% antes de que el impacto de la crisis financiera se dejara sentir por completo. El desempleo rural en la RPC excede de largo el 20%. El verdadero desempleo chino es ciertamente mayor que el verdadero desempleo americano y, dependiendo de cómo se mida, puede ser mucho mayor.

La competición en ingresos, mientras tanto, es fuertemente desigual. El producto interior bruto americano (PIB) fue en 2009 casi $15 billones, mientras que el de China fue de $5 billones, a pesar de tener una población más de cuatro veces mayor. El americano promedio tenía unos ingresos de $48,000 en 2009, el chino promedio tenía menos de $4,000. Ambas diferencias se hicieron menores en 2010, como ha ocurrido casi todos los años de los pasados treinta, pero siguen siendo enormes.

Es cierto que muchos bienes de consumo son más baratos en China, algunos mucho más baratos. Los economistas intentan formalizar los diferentes precios en los distintos países comparando el poder adquisitivo de la misma cantidad de dinero. La idea es que el mismo dinero debería comprar la misma cantidad de bienes o servicios en cualquier sitio. Cuando no sucede porque un país tiene precios mucho más bajos que otro, por ejemplo, puede ser útil comparar los ingresos usando las diferencias en precios. Esta diferencia se llama paridad del poder adquisitivo (PPA). El PPA toma cuenta de que ganar $50,000 anuales en Londres es muy diferente que $50,000 anualmente en Luanda, Angola. Pero el PPA es, a menudo, poco exacto.

El Paridad de Poder Adqusitivo es una de las razones por las que se dice que China va a adelantar a Estados Unidos. Ajustando por el poder adquisitivo, la CIA estima que el PIB de China está cerca de $10 billones en 2010. Las estimaciones de PPA son imprecisas y algunas cifras para China son aún mayores. Debido a que China está creciendo rápidamente, el agujero de $5 billones que PPA muestra entre Estados Unidos y China podría, si el crecimiento americano se estanca, desaparecer en tan poco tiempo como cinco años.

Aunque el PPA es un paso en principio en la buena dirección, hay múltiples desventajas en el método. Para economías tan grandes y diversas como América y China, las diferencias en poder adquisitivo dentro de cada uno son enormes. Está casi desprovisto de sentido tener un precio promedio para todo Estados Unidos o toda China. Quizá incluso más importante al comparar dos economías, el PPA cambia con el tiempo. Debido a que los precios cambian a diferentes tasas en cada sitio, las comparaciones de poder adquisitivo hechas en cierto momento pueden ser bastante engañosas tras unos pocos años, e incluso más engañosas si se proyectan hacia el futuro.

La RPC ofrece un ejemplo muy claro. La inflación china ha sido generalmente mayor que la americana desde cerca de 1999. Debido al efecto acumulativo, el Banco Mundial ha reducido retroactivamente el tamaño de su estimación del PPA para el PIB de China en 2005 en más de un 40%. De golpe, la economía china se ha hecho un 40% más pequeña. Si esto no hubiese ocurrido, el PIB chino sería comparable con el americano justo ahora. Además, desde 2005, la inflación china ha sido otra vez más rápida que la americana. El Banco Mundial no repercutido aún en sus cifras esta mayor inflación. Casi todas proyecciones económicas que sitúan a China por delante de Estados Unidos en los próximos años se basan en un PPA que está obsoleto. Estas proyecciones magnifican el PIB chino considerablemente y no se puede confiar en ellas.

Si la economía de China está ahora claramente por detrás de Estados Unidos, ¿cuánto durará eso? Aunque los datos chinos son ciertamente malos, es también cierto que el crecimiento chino ha superado el americano por un gran margen en los pasados treinta años. Entre 1981 y 2010, el PIB de Estados Unidos se incrementó unas impresionantes 4.7 veces [9]. Las cifras chinas son menos precisas que parece que el PIB de China se ha incrementado aproximadamente treinta veces en el mismo periodo. Tal rendimiento sobresaliente parece que casi garantiza que China superará a Estados Unidos en los próximos treinta años, y probablemente incluso antes. De hecho, el notabilísimo rendimiento de la RPC ha llevado a algunas proyecciones excepcionalmente inexactas de su trayectoria para las próximas tres décadas y más allá de estas.

¿Adónde va el crecimiento chino?

Los resultados económicos no están determinados por la historia. Si lo estuvieran, las reformas chinas habrían fracasado y el sufrimiento previo a 1978 habría continuado. Si lo estuvieran, Estados Unidos seguiría siendo la mayor economía mundial simplemente porque lo había sido durante más de un siglo. Si 30 años de crecimiento rápido garantizasen 30 más, Japón sería ahora la mayor economía del mundo. En vez de eso, a 40 años de acelerado empuje de Japón por la escalera global le han seguido 20 años de estancamiento.

Los resultados están determinados más bien por los recursos y políticas de una nación. Los recursos incluyen, pero no está limitados a, recursos naturales; también hay importantísimos recursos humanos y financieros. Pekín en particular ha forzado sin descanso la inversión durante una década. En 2001, la inversión fija fue el equivalente del 38% del PIB. En 2010, debido a que su crecimiento sobrepasaba fácilmente el PIB cada año desde 2001, la inversión fija fue el equivalente del 70% del PIB. No es posible exceder el 100% del PIB. La política de propulsión del crecimiento simplemente por la pura cantidad de dinero gastado no puede extenderse en la siguiente década como hizo en la anterior — China debe cambiar el rumbo o enfrentarse a ganancias del PIB fuertemente menores.En términos de recursos naturales, las dificultades medioambientales de la RPC son ampliamente conocidas, como lo es su fuerte dependencia de la importación de materias

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